Los centros de salud diagnostican ya la insuficiencia cardíaca con una analítica
La innovación se aplica en el Hospital Clínico y en ambulatorios de su área · El análisis se utiliza sólo en el 10% de los casos, en los que hay dudas sobre si se trata de esa patología o de otra dolencia
Con una simple analítica ya se puede confirmar o descartar si un paciente padece insuficiencia cardíaca. El avance se viene aplicando desde hace un par de meses en el Hospital Clínico y en los centros de salud de su área. La mejora no es desdeñable si se tiene en cuenta que casi el 5% de la población en general padece esta patología y que entre los mayores de 70 años ese porcentaje se triplica.
La analítica -BNP- la puede pedir un especialista en el hospital o el médico de cabecera. Pero no se utiliza en todos los casos porque generalmente la enfermedad tiene unos síntomas bastante claros: dificultad para respirar incluso en reposo e hinchazón en los tobillos. Aunque en el 90% de los casos el facultativo no tiene dudas con la información que le aporta el enfermo, en el resto el diagnóstico no es tan fácil porque se confunde con otras patologías. Es sólo en estos "casos dudosos" en los que se utiliza esta analítica específica, según aclaró el jefe de la Unidad de Hemodinámica del hospital, José María Hernández.
Con este análisis, se tarda menos en confirmar o descartar la patología y se gana tiempo en el diagnóstico. Además, la analítica sirve para controlar la enfermedad en función de los niveles que refleje.
La innovación fue presentada dentro del balance hecho ayer por el jefe de la Unidad del Corazón del Clínico, Juan José Gómez Doblas, sobre la actividad de este centro sanitario y que se sitúa entre uno de los que más marcapasos coloca de toda España. El hospital hace al año unas 350 operaciones de cirugía cardíaca y ya ha intervenido a unos 150 enfermos mayores de 80 años por estrechamiento de la válvula de la aorta. "La edad ya no es una barrera", aseguró el jefe de Cirugía Cardíaca del Clínico, Eduardo Olalla.
Los facultativos comentaron también los retos de cara al futuro. Miguel Such, cirujano de la unidad, citó entre ellos el de avanzar en la creación de quirófanos híbridos, que son aquellos en los que se combinan las técnicas de los cirujanos cardíacos -que abren al paciente por el esternón para acceder al corazón- con las de los especialistas en Hemodinámica -que llegan al mismo sitio por las arterias mediante pequeñas incisiones hechas en la muñeca o en la ingle-. La finalidad no es otra que abrir menos al paciente, lo que reduce las complicaciones y acorta el postoperatorio. Un avance que es bueno para el enfermo porque reduce su estancia en el hospital y para el sistema sanitario porque no necesita tantas camas, apuntaron. Otro de los retos es avanzar en el uso de la robótica en las intervenciones de la especialidad.
Desde que comenzó hace una década, la Unidad del Corazón del Hospital Clínico ha hecho más de 3.500 operaciones de cirugía cardíaca, 20.000 cateterismos, 6.000 angioplastias y ha implantado más de 4.000 marcapasos.
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