La 'Champions' de las jábegas desembarca en el puerto de Málaga

El muelle 2 acoge la 62 edición del GP Ciudad de Málaga para disfrute de locales y foráneos

Récord en el puerto de Málaga: llega un crucero con casi 7.000 pasajeros

Dos jábegas durante la prueba con La Farola de fondo. / CARLOS GUERRERO

Tradición, competitividad y un puntito de salitre. Son los tres ingredientes principales de los que lleva nutriéndose 62 años, que se dice pronto, la Champions League de las jábegas (oficialmente, GP Ciudad de Málaga), que tiene lugar cada año en el puerto gracias al impulso de la Asociación del Remo Tradicional (ART). Y que en la presente edición sirvió, una vez más, para acercar el mar a malagueños y foráneos, aficionados o no a la disciplina, puesto que su ubicación, al principio de la dársena desde la plaza de la Marina, hace la prueba visible desde buena parte del Palmeral de las Sorpresas.

La cita, penúltima puntuable de la XII Liga Provincial de Barcas de Jábega, arrancó con el sorteo; mientras los participantes aguardaban pacientes intercambiando pareceres bajo las carpas dispuestas por la organización. El calor apretó menos que en la antesala de la prueba, aunque más de lo deseado, y el repliegue del terral también se dejó notar en el agua, que mantuvo unas condiciones propicias, aunque lo cierto es que poco había que temer a resguardo del puerto.

A lo largo de la tarde habría tiempo para casi todo, con duelos apasionantes sobre las olas y satisfacción en los clubes fuera cual fuese el resultado tras pasar las tres ciabogas.

En la categoría absoluta masculina la emoción permaneció intacta hasta el final, cuando el club La Cala del Moral logró imponerse por poco a La Araña, ampliando su ventaja en la general, donde la diferencia es de siete puntos. El tercer puesto fue para el club de Torre del Mar, que volvió al podio tras sufrir un traspié en la prueba disputada en Torremolinos. En la misma categoría, pero femenina, no hubo quien tosiera a La Araña, que se impuso con holgura sobre el resto de competidoras; logrando certificar su título provincial desde hoy y proclamándose como campeonas invictas (a falta de un último GP). La segunda posición fue para La Cala Del Moral y la tercera para Pedregalejo.

Entretanto, en la categoría veterana masculina tuvo lugar una lucha a brazo partido entre Torre del Mar y La Araña; logrando la victoria a tiempo real el primer club, aunque finalmente iría a parar a manos del segundo tras aplicar el handicap. En lo que a veteranas femeninas se refiere, La Cala consiguó ampliar su ventaja contra La Carihuela, al tiempo que La Cala B logró subir al tercer escalón tras un período de sequía.

En juvenil masculino, Pedregalejo logró arrebatar un punto a la líder, La Cala, situándose a tres puntos del primer puesto en la tabla de la clasificación.En juvenil femenino Torre del Mar gozaba de un punto de ventaja sobre La Cala, fundamental a estas alturas del campeonato. Finalmente, Torre del Mar acabó sacando músculo de nuevo, por delante de La Cala y La Carihuela.

La mayor de las sorpresas saltó entre los cadetes. Rincón, hasta la fecha segundo, dio un golpe de timón y se impuso; recortando un preciado punto a La Cala y dejando una clasificación de lo más apretada. Torre del Mar llegó al podio.

Entre el público, el ambiente fue total, porque actos como estos no se pueden entender sin las personas y, muy especialmente, sin los familiares, que en no pocas ocasiones son quienes transmiten la pasión por la jábega a sus seres queridos. Era el caso de Carlos García, natural de Huelin, y quien pese no a participar compartía su pasión por todo lo relacionado con el mar gracias a su abuelo, especialmente el mundo de las embarcaciones. Justo al revés le ocurría a Juan Requena, que aseguraba asistir por primera vez a la cita sin tener mucha idea de ella porque su cuñado iba a competir, aunque reconocía su interés.

Igualmente, es de recibo reconocer el papel de todos aquellos que quisieron acompañar a los participantes porque así lo quieren con firmeza, como Laura Baena, que asistía en calidad de coach de su hijo de 15 años, perteneciente al club La Carihuela, y que se estrenaría minutos después en el GP. Sin antecentes marineros, afirmaba que su gusto por el remo había nacido en el instituto, gracias a su profesor de Educación Física. Se hallaba también por el Palmeral, un escaparate de primer nivel para dar a conocer la prueba, Gustavo Pisani, un turista uruguayo que acababa de llegar a Málaga apenas un día antes y acudía para presenciar la prueba con unos amigos; de todo, se queda con "su enorme belleza".

Todo un crisol de historias que lleva manteniéndose 62 años con un doble objetivo: acercar el mar a quienes no lo conocen y seguir fascinando a quienes lo aman.

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