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El cambio climático ha llegado para quedarse, pero muchos investigadores trabajan día a día en diferentes ámbitos para poder mitigar sus efectos. Entre ellos está el catedrático de Química Inorgánica Miguel Ángel García Aranda, que con su investigación para desarrollar cementos bajos en carbono y menos contaminantes ha hecho historia en la Universidad de Málaga. Ha sido el primer investigador de la UMA en conseguir una de las ayudas ERC Advanced Grant (AdG) que otorga el Consejo Europeo de Investigación. Dicha subvención está dotada de 2,5 millones de euros y le permitirá continuar sus investigaciones durante los próximos cinco años.
García es catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Málaga desde el año 2011. Entre 2013 y 2019 fue director científico del sincrotrón ALBA, en comisión de servicios especiales de la UMA. A partir de enero de 2018 y hasta el 31 de diciembre de 2020 fue presidente del consejo del ESRF (European Synchrotron Radiation Facility), sincrotrón europeo en Grenoble y financiado por la colaboración de 21 naciones (13 estados miembros y 8 estados asociados) y cuenta con una plantilla de más de 800 personas.
Desde hace 10 años se dedica a investigar cómo reducir las emisiones de CO2 del cemento. Actualmente, el hormigón es el material artificial más utilizado por la humanidad, según el investigador, pero sostiene que la huella de carbono de las construcciones que utilizan este material es del 8% del total de emisiones de CO2 de origen humano. Además, incide en que más de 80% de los cementos son “puro portland” y con sus investigaciones quiere “reemplazar aproximadamente el 50% del cemento portland por otros materiales que tienen menos huella de carbono como astillas calcinadas”.
Este tipo de cemento continúa siendo experimental porque el cemento portland, que es el más común, en cuestión de días u horas se endurece y se vuelve una piedra, pero el proceso en cemento de bajo contenido de carbono es “más lento”. Por tanto, el objetivo de su proyecto es “acelerar este proceso usando técnicas novedosas y detalladas” con las que entenderían “la hidratación de esos cementos que tienen menos huella de carbono para acelerarlos”.
Otro aspecto que también abordan en esta investigación es la durabilidad del cemento bajo en carbono. “Queremos que los hormigones resultantes que se fabriquen sean muy durables para que las construcciones tengan una vida de más de 100 años”, apostilla García.
En cuanto al cambio climático, incide en que están intentando modificar los procesos "no para que no contaminen, sino para que lo hagan lo menos posible”, ya que al haber 8.000 millones de personas “siempre va a haber contaminación y emisiones de CO2”.
A partir de ahora y durante los próximos cinco años, gracias a la ayuda de la ERC Advanced Grant, su equipo de 10 investigadores va a pasar a estar formado por 17 personas porque van a entrar tres estudiantes doctorados para hacer su tesis doctoral, tres investigadores postdoctorales y un técnico de gestión. “El equipo va a tener un tamaño competitivo a nivel internacional, por lo que quiero pensar que en algunos años el grupo podría pasar no solo conocido, sino muy reconocido a nivel internacional”, añade.
El científico de la Universidad de Málaga decidió presentarse a esta ayuda en 2015. Estuvo cuatro años preparándose y en mayo de 2019 lo hizo por primera vez, pero no fue seleccionado. Al igual que tampoco lo logró en 2021. En su tercer intento, en noviembre del año pasado, recibió la “gran noticia” de que había pasado el primer corte. Desde entonces se estuvo entrenando para exponer su investigación durante cinco minutos en la segunda fase. Al respecto asegura que “han sido nueve años de preparación para conseguir esta financiación y para adquirir el reconocimiento” porque para García no todo se queda en esos 2,5 millones de euros, sino que hay mucho más detrás como “la posibilidad de acceder a medidas más sofisticadas y equipos más complicados”.
La actual convocatoria ERC Advanced Grant ha registrado 1.829 solicitudes de las que, finalmente, 255 propuestas de 32 nacionalidades diferentes han sido financiadas con una inversión total de 652 millones de euros procedentes de la Unión Europea. El proyecto de Miguel Ángel García Aranda ha sido uno de los 14 proyectos españoles que ha logrado convencer al tribunal evaluador, organizado en diversos paneles temáticos integrados por personal experto del mayor prestigio internacional.
García Aranda es el primer investigador de la Universidad de Málaga en conseguir la ERC Advanced Grant. Hasta la fecha la institución malagueña contaba con tres ayudas Starting Grant del programa ERC a cargo de los investigadores David Posé (Biología Molecular y Bioquímica), Diego Romero (Microbiología) y Juan Miguel Morales (Matemáticas Aplicada). Starting Grant, dirigidas a investigadores que posean un título de doctor con antigüedad de entre 2 y 7 años; Consolidator Grant, para los que lo hayan finalizado entre 7 y 12 años y, finalmente, Advanced Grant, destinadas a personal investigador en activo que tenga un historial de logros significados en los últimos 10 años, son las principales modalidades de convocatorias ERC.
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