Científicos de la UMA regresan del Ártico tras un mes de investigando las algas en ecosistemas de hielo

Raquel Carmona y Pablo Cobos aterrizaron el martes y fueron directos al Laboratorio de Investigaciones Polares de la Universidad de Málaga para depositar las muestras recogidas

El grupo de trabajo al que pertenecen comenzó a tratar con las macroalgas polares en el año 2002, habiendo desarrollado ya en torno a 20 campañas de investigación en el Ártico y en la Antártida

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Científicos de la UMA han pasado un mes de campaña en el Ártico.
Científicos de la UMA han pasado un mes de campaña en el Ártico. / Europa Press

La expedición comenzó a principios de junio en el archipiélago de Svalbard, en el paralelo 79 Norte, a apenas 1000 kilómetros del Polo Norte geográfico. En concreto, en la base científica de Ny-Alesund, el enclave humano más al norte del planeta. Hasta allí viajaron Raquel Carmona y Pablo Cobos, científicos del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga, para estudiar durante un mes las algas en ecosistemas de hielo.

Acaban de regresar y no lo han dudado: nada más aterrizar en el aeropuerto de Málaga han puesto rumbo al Laboratorio de Investigaciones Polares de la UMA, que se ubica en el centro de experimentación Grice-Hutchinson. Debían depositar las muestras recogidas de algas polares que tan lejos les han llevado y continuar con los estudios del impacto del cambio climático en estos ecosistemas bajo el hielo.

En esta nueva campaña de investigación, la número 17 de la Universidad de Málaga en el Polo Norte, se ha continuado con el proyecto Dynarctic, que busca estudiar la dinámica del uso de los nutrientes, durante los meses de primavera (de marzo a junio), por los principales productores primarios de Kongsfjorden, un fiordo de Svalbard donde los efectos del cambio climático se dan a una mayor velocidad que en el resto del planeta. En concreto, se ha analizado la capacidad de las macroalgas para usar nutrientes orgánicos, han precisado desde la universidad a través de un comunicado. "Debido al aumento de la temperatura en el Ártico, se predice un incremento en los aportes de materia orgánica en los ecosistemas costeros, que se debe al aumento anual y estival del deshielo glaciar y los ríos (IPCC 2019)", ha explicado Raquel Carmona.

La experta añade que, aunque el Nitrógeno Orgánico Disuelto (DON) no ha sido tradicionalmente considerado como una fuente importante de Nitrógeno para las macroalgas, algunas investigaciones han resaltado el papel potencial que tiene en el crecimiento de estos organismos fotosintéticos, especialmente en condiciones de baja disponibilidad de nitrógeno inorgánico en el agua de mar. "En Kongsfjorden la concentración de nutrientes inorgánicos es baja durante los meses de verano, periodo en el que la luz solar está disponible durante todo el día, por lo que el uso de sustratos orgánicos podría mantener el crecimiento de las macroalgas en dichos meses", ha afirmado Carmona.

Así, los trabajos realizados en el Ártico se han dirigido a analizar la capacidad de cuatro especies de macroalgas representativas de Kongsfjorden para incorporar nitrógeno y fósforo orgánicos. "Hemos planteado experimentos con distintos tratamientos de nutrientes con estas especies durante siete días en cultivo, recogidas por el equipo de buzos del Alfred Wegener Institute for Polar and Marine Research (AWI) para estimar sus tasas de crecimiento y de fotosíntesis, tasas de incorporación de nutrientes orgánicos, actividades enzimáticas y su composición interna, caracterizando así su respuesta metabólica a estos nutrientes", ha señalado la investigadora de la UMA.

Los resultados preliminares apuntan a que las especies de algas paradas, que forman los grandes bosques submarinos del fiordo, presentan una mayor capacidad de incorporar nitrógeno orgánico que las algas rojas.

Un laboratorio que transporta al Ártico

El Laboratorio de Investigaciones Polares de la Universidad de Málaga se localiza en la finca Grice-Hutchinson. Cuenta con varias cámaras climáticas para experimentación en condiciones de temperatura e iluminación controladas, dotadas de tanques de cultivo de varios cientos de litros de capacidad. Destaca una cámara para el trabajo a temperaturas de hasta 40 grados bajo cero.

El grupo de I+D Ecofisiología de Sistemas Acuáticos comenzó su trabajo con macroalgas polares en el año 2002, contando, hasta el momento, con cerca de 20 campañas de investigación en el Ártico y en la Antártida. Los científicos del grupo mantienen una colección de macroalgas árticas en este complejo, con las que realizan experimentos de simulación de la influencia del cambio global en la ecología de las macroalgas, con el fin de determinar la evolución futura del ecosistema de los bosques de algas marinas del Ártico.

 El Vicerrectorado de Investigación y Divulgación Científica de la Universidad de Málaga ha hecho posible la realización de esta nueva campaña que, también, cuenta con el apoyo de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación.

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