Las claves de IMEC, el centro que diseñará el futuro de la electrónica desde Málaga

Pretenden que sea el primer paso para generar un ecosistema de semiconductores que permita mutar de "imán a mina", de atraer talento a crearlo

"El IMEC puede hacer que se multiplique por tres el sector tecnológico en Málaga"

La facturación de Málaga TechPark creció un 25% en 2023 hasta los 3.460 millones de euros

Una imagen de la actual sede del IMEC en Lovaina. / Efe/ Olivier Matthys

Málaga/"Esto es la semilla, la patada, para construir un ecosistema de microelectrónica que no sólo sea de Málaga, sino de Andalucía y de España", afirma rotundamente Mario Nemirovsky, CTO de Innova IRV y una de las personas clave y que trabajó en el sembrado y en labrar el terreno para que, finalmente, se haya podido acordar la llegada de IMEC, el principal centro de diseño y desarrollo de chips del mundo, a Málaga.

Pero, ¿por qué y en qué medida es importante el anuncio de la llegada de IMEC a Málaga? Para responder a esa pregunta, primero hay que tener claro a qué se dedica el Centro Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC, por sus siglas en inglés).

"La microelectrónica es, ahora mismo, uno de los grandes motores de las tecnologías digitales, fundamentalmente de la inteligencia artificial y cada vez necesita chips más rápidos y potentes", asegura Felipe Romera, director general del Málaga TechPark –donde se va a instalar el centro–, pero no sólo es necesaria para la inteligencia artificial, los chips con los que funcionan los coches, los teléfonos móviles, los ordenadores, los relojes inteligentes o los microondas, también son hijos de la microelectrónica.

De ahí que la segunda idea que ofrece Romera sobre qué se va a hacer en el IMEC sea que este es el "centro más relevante en investigación de microelectrónica del mundo y aquí abre su segunda sede [contaba antes con pequeñas oficinas en otros países, pero esta será la primera oficina de producción fuera de Lovaina]", señala. Para dar cuenta de la magnitud que puede suponer esto, Nemirovsky hace una comparativa en la que asemeja los chips con tortitas. "IMEC no diseña los chips, pero dice cuánta harina, cuánta sal y cuánta leche le hace falta a la tortita para que las máquinas funciones y las foundrys [fábricas de estos componentes] puedan fabricarlos correctamente", es decir: de Málaga no van a salir camiones cargados de obleas para instalar en teléfonos, lo que saldrá es el conocimiento sobre cómo montarlas para que expriman al máximo sus recursos. "Se diseña la tecnología del futuro", acierta a resumir Nemirovsky.

En este cómo montarla influye tanto el porcentaje de semiconductores a utilizar en cada uno de los chips (el silicio es el más común, pero en IMEC también hacen pruebas con otros materiales que reaccionen de distinta manera a altas cargas eléctricas o soporten mayores temperaturas, por ejemplo), como los sensores, los millones de transistores, que incluyen en las obleas.

Otro de los padres de esta semilla que pretende que germine en todo un ecosistema entorno a la microelectrónica es Ezequiel Navarro, CEO de Innova IRV, que, horas después del anuncio de la llegada afirmaba a este periódico que el desembarco de IMEC está a la altura "de la creación hace treinta años de un parque tecnológico. Si hoy, gracias a esa decisión, hay más de 20.000 trabajadores [el PTA ya supera los 25.000] y una parte importante del PIB de Málaga depende de la tecnología, la llegada del IMEC puede multiplicarlo por tres o por cuatro en los próximos años".

Este crecimiento no tiene por qué darse de la mano de las empresas que trabajan con los diseños de IMEC, "puede pasar que las empresas quieran tener, al menos, una oficina cerca de dónde se desarrollan estas obleas, pero, por ejemplo, TSMC [la empresa que fabrica, por ejemplo, los procesadores de los iPhone y los ordenadores de Apple] tiene procesos con IMEC, pero está en Taiwán, trabajan de forma remota", explica Nemirovsky, que subraya que el centro sí puede comportarse como un "honeypot [cuenco de miel, traducido del inglés] al que se acerquen los osos. Las compañías pueden querer probar o compartir conocimiento con ellos directamente".

También son importantes para esto las residencias, una estancia temporal de las grandes empresas con las que colabora IMEC para que puedan hacer estas pruebas. Estos periodos de testeo de las tecnologías que se da frecuentemente en las instalaciones de Lovaina son, en muchas ocasiones, el primer paso antes de que se instale definitivamente en las proximidades.

"El éxito tiene muchos padres y nosotros lo que hemos hecho es ser el francotirador que apunta a un objetivo, luego muchísima gente ha ido a por él", decía también Navarro. Esa muchísima gente que se ha puesto de acuerdo, que ha remado en la misma dirección, aúna desde los propios directivos de IMEC, PTA y Universidad, como todas las administraciones alineadas –Gobierno, Junta y Ayuntamiento–, en una operación que marca la buena tónica que impera en el ecosistema tecnológico de Málaga.

Gobierno, Junta de Andalucía e IMEC sellan el memorando de entendimiento para que el instituto se instale en Málaga. / M. H.

IMEC en cifras

Hasta ahora se han compartido pocos datos oficiales, en tanto que el acuerdo aún está en una primera fase, de lo que supondrá la llegada del centro de investigación a la tecnópolis malagueña. El primer gran dato es que se espera que trabajen directamente el edificio hasta 450 personas con la más alta cualificación. A esto habrá que sumar las llamadas 'residencias' –estancias de personal de las empresas tecnológicas– pero también los doctorandos que enrolen su investigación en IMEC y otros perfiles técnicos que sean necesarios pero que no sean, directamente, investigadores. Sin contar con el efecto llamado de un centro de investigación de esta magnitud.

En sus centros en Lovaina, ahora mismo, el IMEC cuenta con más de 5.000 investigadores de 95 países y más de seiscientos socios industriales, lo que ya habla por sí mismo del tamaño que puede alcanzar, no sólo físicamente, sino de influencia en el entorno.

La localización: IMEC Fab 5 prevé emplazarse en Málaga TechPark, en una parcela en la primera fase de ampliación del PTA, zona SUP-CA.10. Este. El proyecto contempla alrededor de 32.000 metros cuadrados edificables sobre una parcela de 46.000 metros cuadrados.

La inversión, si bien no se ha dado a conocer oficialmente, sí se ha esbozado por parte del secretario general del PSOE en Málaga, que anunció un montante total de 700 millones de euros, "500 del Gobierno central gracias al PERTE chip y 200 millones en avales".

Parcela, aún baldía, en la que se prevé que se instale IMEC en el PTA. / Daniel Pérez/EFE

Relación con la UMA, y otras universidades andaluzas y españolas

Pero la inversión que trae IMEC aparejada no sólo contempla la puesta en marcha del edificio, sino que, por el propia alma del centro interuniversitario, la relación con las instituciones educativas del entorno es primordial. De ahí que buena parte del trabajo previo en el que se trabajó desde Innova IRV de la mano con la UMA se centrase en crear estudios propios alrededor de la microelectrónica.

"Primero hicimos un centro de innovación, después, impulsamos el máster propio, y la última noticia es la cátedra, que es la que ha recibido más financiación [5,5 millones de euros] de todos los proyectos en España que han optado a la Cátedra CHIP", afirma Nemirovsky, que señala que ya trabajan en el siguiente paso: un clúster que incluya, al menos, a las universidades de Sevilla y Granada, además de la de Málaga.

Este programa de Cátedra CHIP es, además, muy importante en la concepción que Nemirovsky tiene de lo que supondrá IMEC: "Es una oportunidad para España, no sólo para Andalucía". En total, el plan dirigido a la financiación de cátedras universidad-empresa tanto en centros públicos como privados y que tendrá una duración mínima de cuatro años, movilizará una inversión público-privada de 54,5 millones de euros.

Esto hace que IMEC no vaya a ser sólo un polo de atracción y detección de talento, sino también un generador de talento. Ahora mismo en su sede en Lovaina hay en torno a 800 doctorandos desarrollando su investigación en el centro, creando conocimiento de primer nivel. Esto según apuntan los expertos consultados es lo que puede hacer pasar de imán a mina, emulando un proceso parecido al que se desarrolló con Bernardo Quintero, fundador de VirusTotal y artífice de que Google esté en Málaga, "ese conocimiento que se genere en el IMEC puede hacer que se desarrollen grandes empresas directamente en Málaga y que, en vez de irse a Europa, California o Asia, se quieran quedar en su ciudad".

"Este centro lo querían no sólo muchas ciudades de España, también Polonia, Alemania y otros países europeos", señala Nemirovsky para dar cuenta de su valor. "Lo importante no son tanto los números, lo importante es el conocimiento que se va a generar, va a hacer que Málaga pase de primera a la Champions League del conocimiento en semiconductores, que entre en el foco mundial", concluye Romera.

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