Cofrades de Málaga reparten juguetes en Valencia por Navidad

Saben que esta Navidad va a ser la más dura de sus vidas para los afectados por la DANA en tierras valencianas. Por eso, siquiera para mitigar un poco ese amargo sentimiento, decidieron poner en marcha una iniciativa centrada en quienes menos tendrían que sufrir lo sucedido: los más pequeños. Un propósito fraternal a la par que altruista que ha cuajado en la acción 'Caravana de Juguetes, Málaga con Valencia', que desde este viernes ha movilizado a 31 voluntarios del mundo cofrade a la zona cero de la riada, donde aún queda mucho por hacer, con el objetivo de repartir la ilusión a los niños.

Así lo cuenta María Piédrola, una de las integrantes de la comitiva de nueve furgonetas desplazada hasta la zona junto a miembros de El Rico, Sentencia, Las Penas, El Rocío, Viñeros, Sepulcro o Esperanza, hermandades que mantuvieron sus puertas abiertas del 28 de noviembre al 17 de diciembre para recibir donaciones (eso oficialmente, porque aunque no figuren en la lista también están colaborando desde el círculo de Mena, Gitanos o Huerto), y a las que también hay que añadir otras dos cofradías, una cordobesa y otra madrileña, que se sumaron vía redes sociales, así como varias empresas malagueñas que se han volcado con la causa.

"Hasta el miércoles habíamos recaudado unos 27.000 euros", afirma Piédrola, que relata que "el 90% de los objetos que llevamos son material escolar y juguetes". De momento, esta caravana solidaria ya ha pasado por Paiporta, Picaña o Aldaya esta misma tarde, donde van a realizar una cabalgata. Y aún le restan otras tantas localidades más antes de emprender la vuelta este domingo, tras realizar una misa en la Iglesia de María Madre, en Catarroja, en la que un grupo de "cinco o seis voluntarios" ayudó en un viaje anterior tras resultar dañada, y en la que han dejado un cuadro de La Esperanza en señal de unión. "Intentamos ir también a sitios donde se necesite más la ayuda, según nos guíen no sólo a los más conocidos", cuenta esta voluntaria, que apostilla que para entender lo que está sucediendo allí "hay que verlo en persona".

"Los que venimos por primera vez no somos capaces de entender cómo algo así puede pasar en el primer mundo", lamenta. Es por esto que dentro de sus posibilidades decidieron ponerse manos a la obra sin más tiempo que perder, respondiendo así a la convocatoria de Juan Ramírez, de El Rico, quien tuvo la idea. "La Navidad va a ser muy dura aquí. No es que vayamos a solucionar nada, pero queremos contribuir", relata Piédrola, que explica que además han llevado muebles, calefactores o enseres para ancianos. Y, como se comprometieron desde un primer momento, todo está siendo entregado en mano a las familias, sin la intermediación de asociaciones. "La gente se emociona: una de las mujeres que conocimos nos dijo que necesitaba alegría y nuestro acento. Nos vamos egoístamente agradecidos".