Las cohortes

Opinión | Territorio Comanche

Mala suerte que los datos se empeñen en mostrar otra Málaga, que no existe para el “dedursismo”. El último informe OMAU que ha sido tildado como demoledor, solo ha puesto en negro sobre blanco algo que todos conocemos perfectamente

La regla 3-30-300

Vista de la ciudad de Málaga. / M. H.
José Damián Ruiz Sinoga - Catedrático de Geografía Física

06 de enero 2023 - 06:15

Málaga/Uno de los motivos de la existencia de esta sección semanal es la explicación de la complejidad de los procesos territoriales, su dinámica, índole y heterogeneidad, por lo que pretender reducirlo en beneficio propio no solo es un ejercicio de simplismo sino que puede ir asociado a otro de mala fe. Pero en esta sociedad donde se pretenden imponer negros sobre blancos o viceversa, corren malos tiempos para el sentido común aplicado a la compleja lógica territorial. Hemos de asumir que estamos atrapados en una doble vía, por un lado, la que se empeña en demostrarnos la puñetera realidad, constatable tan solo saliendo a la calle, y por otro, la de un escenario virtual que en un periodo preelectoral alcanza una mayor relevancia. Y todo dependerá naturalmente de lo que a usted le vaya en el tema. Por ejemplo, si opina como malagueño de a pie, tendrá una opinión muy respetable pero convendrá conmigo que menos interesada que si cobra por ello. Y es así amiguitos, como se empiezan a leer cositas que dan cierta vergüencita.

Desde aquí ni se pretende competir con ningún publireportaje ad hoc (clinc-clinc), ni lanzar una homilía dominical, por aquello de que no es domingo (clinc-clinc), ni dar lecciones de malagueñismo autocomplaciente (clinc-clínc ), pero sí dar nuestra pincelada referida a esta dinámica virtual, infográfica en la que se ha visto inmersa nuestra querida capital, a falta de realidades constatables, en los últimos tiempos, casualmente preelectorales. Ocurrencia tras ocurrencia, bajo el lema de que la realidad no nos joda nuestra bonita infografía o nuestro “negosiete”.

Un breve paseíto: La del tramo urbano del Guadalmedina hay que reconocer que es muy buena, solo que si una vez vista se comete el grave error de pasar por cualquiera de los puentes, y si encima le da por mirar lo que observa, dista bastante de la misma. Pero si usted piensa que esta de lujo, borro todo lo anterior, que no estoy por molestar un día de Reyes Magos. Otra, ¿Cómo no se había ocurrido antes que lo que los malagueños queremos es tener abierto en canal Málaga durante un par de décadas para esconder el tráfico?. Que exagerado podrá usted decir, pero claro, eche para atrás la mirada de la obra del Metro, e igual concluye que me he quedado corto. Bastante corto. Otra, venga, hablemos de la de los Baños del Carmen. Vale, de acuerdo, que solo han tenido 23 años para hacerla, que las pirámides de Egipto tampoco se hicieron en un cuarto de hora. A la de la Explanada de la Estación o a la Torre del Puerto le han puesto unos arbolitos, para que se vea bien que en eso de sostenibles no nos gana nadie, y si hay que poner de verde, aunque sean moquetas sostenibles, se ponen. ¿Puerto de San Andrés? ¿Las sostenibilísimas torres de Repsol?¿Distrito Zeta? Y un laaaaargo etcétera, ¡vive Dios!

Puñetera mala suerte que los datos se empeñen en mostrar otra Málaga, que no existe para el “dedursismo”. El último informe OMAU que ha sido tildado como demoledorúltimo informe OMAU, en realidad solo ha puesto en negro sobre blanco algo que todos, incluido nuestro regidor, conocemos perfectamente. Otra cosa es que intentemos desviar la atención, pero eso ya hoy día, con toda la información de la que disponemos, no solo no cuela sino que se detecta antes el error. Todo lo que sucede en el territorio puede ser tratado y representado geoestadística y cartograficamente, y por supuesto, la dinámica demográfica de la capital, o la dinámica económica del precio de la vivienda... Pero si usted cree que es mejor inventarse un dato con tal de poder darle de comer a sus churumbeles, no seré yo quien le contraríe, pero no me pida petalada. ¡Petalada no, oiga!

Simulemos el proceso sociodemográfico en, por ejemplo, las torres de Martiricos o en las Torres Picasso. Usted está comprando un piso por un millón de euros en un entorno digamos que no es muy favorecido socialmente. Eso encarece el precio de las viviendas de los alrededores así como de los servicios. Es el mercado, amigo. Las criaturas que están de alquiler empiezan a ver como su cuota entra en la dinámica inflacionista, los propietarios de esos pisos comienzan a especular con ellos, con las lógicas tensiones del mercado. Ante esto, la población residente inicia la búsqueda de otros pisos más asequibles, ya claro, en otra zona, ya periférica de la anterior. Y así sucesivamente. Esto está sucediendo, ¡y no es nuevo!. Quien lleva 22 años gobernando la ciudad, intenta motivar dicho proceso cargando las tintas en el déficit educacional de la población, en la necesidad que tiene esta sociedad de llevar a cabo un gran pacto por la educación, lo que por otra parte es cierto, pero que no tiene nada que ver con que el precio del alquiler mensual de un piso de 70 metros en un barrio periférico, digamos entorno Martiricos o entorno barriada de La Paz, de la Luz, de Belén…se coloque en cerca de 1.000 pavos. Considerando que el salario mensual de un contratado postdoctoral es de 1.600 euros vayan ustedes sacando sus propias conclusiones.

Que sí, que seguro que si hay en esta sociedad malagueña muchos más doctores tendremos más cabeza, incluso también a la hora de votar, pero que mucho me temo que Aehcos (Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol) no está buscando precisamente doctores en química física o en filosofía clásica para que sirvan mesas como camareros, básicamente porque no está dispuesta a pagarles lo que les correspondería por su formación. Así que al discursito de la educación igual que hay que ir dándole una vuelta.

Y una cuestión que debemos considerar, de la misma manera que es infantil plantear si es mejor el éxito o el fracaso, debiéramos tener bien presente que lo peor sí que es enemigo de lo bueno, y esa sí que nos la tenemos que grabar: milongas aparte, hay actuaciones territoriales que empeoran el estado actual. En Estados Unidos los mandatos son de 8 años para entre otras razones evitar los vicios de la propia democracia. No solo las alfombras, que también, sino de las cohortes de papistas. Aquí este será su año feliz, como electoral que es, con el ruego de que les sean perdonadas las promesas. Así que con estos breves apuntes les pido disculpas por dar mi opinión de gratis total.

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