El coleccionista de palabras

El poeta, licenciado en Filología Hispánica y profesor de español David Leo García ha hecho historia en el concurso de Telecinco Al día siguiente, aunque aún sin su parte de los 1,8 millones del bote, le llovían las entrevistas

El malagueño David Leo García en una imagen del programa número 75 de 'Pasapalabra'.
El malagueño David Leo García en una imagen del programa número 75 de 'Pasapalabra'.
C. Fernández Málaga

12 de octubre 2016 - 01:00

La alegría llevaba contenida dos semanas. Las mismas en las que se sabía ganador. Pero la tarde del lunes fue emitido el programa en el que se confirmaba la hazaña histórica del poeta malagueño David Leo García. Había completado el rosco final de Pasapalabra después de 13 veces a las puertas de conseguirlo. Y con él se llevó el mayor bote de la historia de Telecinco, 1.866.000 euros. Después de 109 programas, con sus cuatro horas diarias de estudio del diccionario, de campos semánticos, de probabilidades y rarezas, tras una preparación de meses y el casting previo, el joven de 27 años pudo decirle a su madre que su plan A había funcionado, que su apuesta por el concurso resultó todo un éxito que lo ha hecho millonario -después de descontar el 45% de Hacienda aún le queda algo más de un millón-, dinero que no había recibido todavía ayer. No hacía falta para que gracias a su gesta le llovieran las entrevistas. "Tengo en espera a quince medios", decía con el agobio lógico del que tiene que gestionar un éxito un tanto sobrevenido. ¿Qué hará ahora con tanto dinero? "El mayor lujo es poder vivir sin angustias, centrado en la literatura", aseguraba a El País.

Pero David Leo ya supo lo que era ser el más joven, el primero, con tan sólo 17 años. A esa edad ganó la XXI edición del Premio de Poesía Hiperión con su libro Urbi et Orbi, siendo el galardonado más precoz de este prestigioso certamen. Y esto lo logró un año después de ganar su primer concurso literario, el Noctiluca de Poesía Amorosa, con su poema Veintiocho, lo que también supuso su primera publicación. Y si se puede remontar aún más, el malagueño ya coleccionaba palabras en su primera adolescencia. Vivir sometido al verso ha sido desde muy pronto su disfrute y su tormento.

Estudió Filología Hispánica y cuando terminó una beca de la Fundación Antonio Gala en Córdoba se trasladó con su novia, la periodista y fotógrafa Laura Rosal, a Barcelona. Allí, tras hacer un postgrado de español para extranjeros, inició su etapa como profesor. A sus alumnos, según asegura en varias entrevistas, los pone a prueba con roscos como los del concurso, un método de aprendizaje que utiliza en sus clases en la ciudad condal. Quizás sea de allí de donde parta a Japón para cumplir uno de los planes más inmediatos que se marca tras conseguir el premio. El resto, montar una librería café, una editorial o una suerte de academia de "saberes inútiles" para el encuentro e intercambio de conocimientos de especialistas del campo de las Humanidades, lo ve como algo más lejano. Lo que sí es cierto que, mientras materializa sus proyectos, el respaldo económico lo tiene para seguir escribiendo, para continuar pegado a las palabras.

Por alguna razón, David Leo García vio en los concursos televisivos vinculados al saber una especie de salida profesional. Simpatía, carisma, buena presencia y mucha preparación le servían para ir avanzando en los programas a la vez que conquistaba al equipo técnico y, por supuesto, al público. No fue en Pasapalabra su debut. Ya había participado en otros programas que supusieron un acercamiento al medio y, además, una fuente de ingresos. Eso sí, nunca al nivel logrado esta semana. Según contaba Telecinco.es cuando el malagueño llegó al programa 75, con tan solo 18 años se presentó al concurso Gran Slam, "donde conoció a otros campeones de Pasapalabra, como Alberto Izquierdo o Sebastián Cárdenas, que le venció en aquel programa". Después participó en Avanti y ganó 54.000 euros, premio que le permitió mantenerse en Barcelona. Después probó suerte en Saber y Ganar, el mítico programa de Televisión Española. Unos 19.000 euros consiguió en esta aventura. Pero la meta definitiva, después de una conversación con su madre sobre su futuro laboral, un tanto incierto, la fijó en Pasapalabra. "Desde el año 2013 ha estado preparándose para participar en el concurso, viendo roscos y apuntándose palabras. En 2015 se inscribió finalmente en el casting y, a partir de ahí, repasa cada mañana una media de 10-15 programas por internet, clasificando las palabras por campos semánticos y letras, además de elaborar una lista interminable con personajes históricos", explicaron en Telecinco.es. Eso era cuando aún le faltaban 34 programas para resolver esa ranzón con la que hizo la gesta de las 25 definiciones acertadas.

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