Un colegio de Cártama también prohíbe los disfraces de la serie 'El juego del calamar'

La serie 'El juego del calamar', que cuenta cómo un grupo de 400 personas endeudadas son atraídas por una organización que les invita a participar en macabras versiones de juegos infantiles para conseguir 33 millones de euros, sigue dando que hablar en los centros educativos de Málaga. Si la pasada semana era un colegio de Alhaurín de la Torre el que prohibía a su alumnado utilizar disfraces o iconografía basada en el drama de ficción coreano, esta semana ha sido el CEIP La Campiña, situado en la Estación de Cártama, el que ha impulsado la misma medida, según han confirmado a este periódico desde la secretaría.

De esta forma, el centro ha remitido un comunicado a las familias de los estudiantes para notificarles la censura de esta vestimenta en la fiesta del día más terrorífico del año que, previsiblemente, se celebrará el viernes. La decisión se ha adoptado a raíz de comprobarse la cantidad de disfraces relacionados con los personajes de la serie que ya se han adquirido en las tiendas más cercanas. "Pensamos que el disfraz de ese juego no forma parte de Halloween. Además, no es una serie para niños", ha subrayado una portavoz del CEIP, quien ha recordado que nunca antes se había generado ningún tipo de problema relacionado con la indumentaria elegida por los alumnos con motivo de la fiesta. "Siempre se han disfrazado de calabazas o brujas, sobre todo los más pequeños. Los profesores nos ponemos accesorios. Nunca habíamos tenido que prohibir nada", ha afirmado.

Por su parte, la portavoz de la Federación de asociaciones de padres y madres de alumnado (Fdapa), Pilar Triguero, ha asegurado que "no hay ninguna alarma", sino que, en realidad, en su opinión hay "más preocupación entre los medios que entre los padres", que, además son quienes compran los disfraces a sus hijos. "Esto se ha desbordado por la repercusión que está teniendo a través de las redes sociales", ha apostillado.

Asimismo, la representante de Fdapa ha precisado que en los centros educativos se vigilan "todos los comportamientos violentos", más allá de los que puede implicar la producción de Netflix, cuya popularidad ya es imparable.