El colegio Manuel Altolaguirre de La Palmilla reubica a 60 niños de Infantil tras la declaración de ruina del edificio

Urbanismo está acometiendo obras de emergencia en Primaria para crear aulas, baños adaptados y un comedor para las tres clases desplazadas

Cae un muro del colegio Manuel Altolaguirre que estaba en mal estado desde 2018

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Alumnos de Infantil son conducidos por el patio del colegio Manuel Altolaguirre. / Javier Albiñana

La caída de un muro exterior del edificio de Infantil del colegio Manuel Altolaguirre, en el distrito Palma-Palmilla, fue el detonante. Hacía años que se venía reclamando la intervención en este centro, con problemas en la cimentación, suelos hundidos y grietas en cada muro, y el incidente acabó con la declaración de ruina del edificio. Ante esta situación, el equipo directivo decidió reubicar a los 60 escolares del ciclo, de 3 a 5 años, en el edificio de Primaria, que se encuentra al otro lado de la calle Arlanza. Desde la vuelta de las vacaciones de Navidad, están acogidos de forma provisional en clases de la primera planta, mientras continúan las obras de emergencia que Urbanismo está llevando a cabo para poder dar cabida a este alumnado en la planta baja.

"Los niños de Infantil están ahora bajando y subiendo escaleras todo el día. Los de 5 años van muy bien pero a los más pequeños les cuesta. Hemos ocupado una clase de tercero de Primaria y la compañera de tercero ha tenido que marcharse a otro aula, esto ha sido un tetris", explica una de las maestras de Infantil. En dos días, relata, tuvieron que empaquetar los materiales en 200 cajas, realizar la mudanza y acomodar al más del medio centenar de alumnos que llegaban a un centro en el que ya había casi 200 estudiantes de Primaria.

"La forma más fácil era utilizar las clases de abajo, el antiguo comedor, el aula matinal y otras de usos múltiples y habilitarlas como aulas con cuartos de baño para Infantil", explica Miguel Ángel Muñoz, director del centro. "Hemos perdido espacios comunes", dice mientras muestra cómo un pasillo, que se utilizaba como sala de consejeros para reunirse los alumnos a trabajar, ahora es el comedor de los más pequeños. "El colegio está tensionado por estos cambios, aunque las maestras son grandes profesionales y los niños están asimilando todo bastante bien", agrega el director.

Uno de los obreros trabaja en la adaptación de la planta baja. / Javier Albiñana

Las obras que está acometiendo la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga con un plan de emergencia están previsto que terminen en unos días, pero las labores de limpieza, instalación de mobiliario y pizarras digitales llevarán varias semanas, por lo que esperan tener el espacio lista a mediados de febrero. Mientras tanto, los pequeños "están en mesas altas, en espacios destinados a niños más mayores y usando baños que también le quedan grandes", indica Muñoz. Ahora una de las escaleras se ha destinado exclusivamente a Infantil y la otra a Primaria y también se están utilizando puertas de acceso al centro diferenciadas para evitar problemas en las entradas y salidas.

"A nivel del centro hemos hecho todo lo que teníamos que hacer y más, pero el problema es que luego hay una parte exterior, como son los patios, que no están habilitados para los niños de Infantil, que tienen el suelo rajado y hundido en algunas partes", comenta el director del centro. "Había una emergencia y se ha intentando subsanar, pero desde el colegio no podemos poner una rampa, ni un ascensor, ni puedo preparar los patios para no haya accidentes", añade.

Para las maestras de Infantil también es prioritario que se habilite el gimnasio, con problemas de humedades, desprendimientos en las paredes y grietas, como aula de psicomotricidad. "Los niños de Infantil necesitan un espacio adaptado con colchonetas, suelo tarima, espejo, requieren particularidades que no se cumplen aquí, no está preparado todavía este edificio para esto", afirma una de las docentes.

Los pequeños sacan al patio juguetes guardados en el antiguo gimnasio. / Javier Albiñana

"Lo podríamos haber hecho a trozos, pero al ser de urgencia no se ha podido hacer, y una vez resuelto el problema educativo lo demás se dilata mucho, yo sé que todos tienen muy buenas intenciones pero va todo muy lento, los procesos son protocolariamente lentos, no se pueden conculcar los derechos de nadie, pero los primeros que se conculcan son los derechos del alumnado y más en una zona de transformación social como esta", estima Miguel Ángel Muñoz.

Para este veterano director, el colegio necesita "darle a la zona lo que no tiene, nuestra misión es que estos niños consigan no irse del barrio y que la educación sea un ascensor social, darle las herramientas suficientes para que las familias sigan apostando por el Altolaguirre, que no se tengan que ir a colegios de alrededor". Y subraya que "aquí tenemos muchos proyectos, vienen prácticos aquí, Erasmus, vamos a ser comunidad de aprendizaje, tenemos 32 iPads, nuestro canal con 53 vídeos, un programa para hacer pan, ajedrez, muchas cosas… Pero no corresponde la educación que le estamos dando a nuestros hijos con la infraestructura, el continente no tiene nada que ver con el contenido".

Un edificio vacío y otro con más de 250 alumnos y el mismo problema

Un grupo de trabajadores está arreglando los muros perimetrales del edificio de Infantil para que no se caigan y puedan ocasionar daños, pero la parcela ha quedado totalmente vacía. Cuando terminen los trabajos en el edificio matriz tapiarán puertas y ventanas y esos 4.000 metros cuadrados quedarán momentáneamente en desuso. Esto provocará, como explica Muñoz, la desafectación del centro "y las distintas administraciones empezarán a pugnar para utilizar este suelo que está considerado como equipamiento".

Muro caído en el edificio de Infantil, en una parcela vecina. / Javier Albiñana

Posiblemente, considera Muñoz, de derruirá el edificio de una planta que ha albergado durante décadas el ciclo de Infantil del Manuel Altolaguirre y que linda con el IES La Rosaleda. Así que, salvo cambios, Infantil queda adherido para siempre al edificio de Primaria, que tiene el mismo problema de suelo que su vecino. La tierra sobre la que se construyó se mueve y los pavimentos se rajan, los muros se agrietan hasta que colapsan y se caen. "La Agencia Pública Andaluza de Educación está haciendo un estudio de la solera de este edificio, porque habría que pivotarlo completo y esto implica una obra grande", apunta Muñoz.

El director del colegio destaca que la mayoría de centros de la zona tienen una ITE (inspección técnica de edificios) desfavorable. Por eso ya se planteó hace unos años hacer un gran centro educativo público en La Palmilla que los reuniera a todos y que acogiera a escolares desde Infantil a Secundaria, con una "infraestructura digna, dotado de las últimas tecnologías, metodologías pedagógicas y personal especializado". Pero esa idea quedó en el aire.

Nuevo comedor habilitado para los alumnos de 3 a 5 años. / Javier Albiñana

"En principio no hay daños estructurales muy fuertes, pero sí habría que arreglar el suelo para que se mantuviese. Luego están los temas exteriores, las cubiertas, los patios...", incide Muñoz. "Estamos aquí para crear calidad educativa y lo que pido es que por favor se nos tenga en cuenta, que la calidad pasa porque un centro no se caiga, porque los patios no tengan hundimientos, porque los muros estén bien, y no sé a quién pedirlo ya, he hecho escritos a un lado y a otro", destaca. Las competencias en materia de mantenimiento corresponden a los ayuntamientos y las de infraestructuras a la Junta de Andalucía.

Por su parte, desde la delegación territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación de Málaga comentan que se ha mantenido una reunión con el director donde se ha acordado una próxima visita al centro educativo por parte de los técnicos de la Agencia Pública Andaluza de Educación para estudiar las posibles soluciones técnicas.

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