La tribuna
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Las autoridades colombianas alertaron al Cuerpo Nacional de Policía de que un cargamento de piñas, sospechoso de contener droga, ya cruzaba el Atlántico, rumbo a España. La mercancía partió desde la tierra de Pablo Escobar e hizo escala en Panamá. Tres contenedores embarcaron en un navío que atracó pasados los días en el puerto de Málaga: dos de ellos con destino a Mercamadrid y un tercero a una nave de Estepona. En este último viajaban 585 ladrillos de cocaína ocultos entre la fruta, arrojando un peso
Los Grupos I de Estupefacientes de la UDYCO de Málaga y Marbella, tras recibir la alerta, informó al Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. El buque tocó tierra y la mercancía permaneció en el puerto diez días, cuando la empresa responsable presentó la documentación necesaria para poder introducirla en la Unión Europea. Los agentes ya habían solicitado a la Fiscalía Antidroga una entrega vigilada -que consiste en el seguimiento de un transporte de sustancias ilícitas hasta su destino final-, por lo que se pusieron en alerta a la espera de recibir información sobre la salida de las piñas del puerto.
Los agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado y los funcionarios de Vigilancia Aduanera centraron sus esfuerzos en el contenedor que tenía previsto descargar en Estepona. El jefe del grupo I de Estupefacientes de Málaga recuerda en una entrevista con este periódico que la nave no contaba con instalación para mantener la cadena de frío y estaba ubicada en mitad de una carretera, lo que acrecentó sus sospechas.
Nada más abandonar el puerto de Málaga, los investigadores -en colaboración con policías de la Comisaría de Marbella, Vigilancia Aduanera y medio aéreos- comenzaron a seguir al camión que transportaba la mercancía ilícita, que los llevó hasta el apartado almacén. "En una gasolinera cercana observamos que había un punto de vigilancia y, en las inmediaciones, varios coches haciendo labores de contravigilancia", explica el inspector a cargo de la investigación.
Asimismo, el helicóptero policial facilitó a los agentes, en tiempo real, imágenes de la entrada del tráiler en la nave, donde cuatro personas aguardaban para descargar los palés. En su interior, entre 20.000 kilos de piñas, 675 de cocaína.
El tráiler ya se marchaba y la puerta de la nave, a punto de cerrarse, cuando los policías decidieron intervenir. Los individuos que se encontraban el interior trataron de huir a la carrera, aunque sin éxito. Uno, incluso intentó deshacerse de un teléfono móvil. Los policías lograron detener a los cuatro, además de a la persona que hacía de punto. Todos ellos se encuentran ya en prisión provisional por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Estepona.
Tres de ellos, de nacionalidad española, residían en Estepona o alrededores. "Uno es camionero, el segundo tenía una furgoneta preparada para el transporte de la cocaína y el tercero manejaba una carretilla elevadora. Eran de la zona, vivían muy cerca de la nave", narra el inspector, jefe del Grupo I de Estupefacientes, que añade que algunos de estos ciudadanos ya tenían antecedentes por tráfico de droga.
Entre los arrestados también figuran un británico y un colombiano. Este último, ejercía de "notario", como se conoce en el argot policial a la persona que representa a la organización criminal de origen en el país destinatario de la droga con el fin, además, "de comprobar que la entrega se lleva a cabo sin ningún tipo de incidente".
En cuanto al sospechoso que hacía labores de contravigilancia, logró darse a la fuga tras protagonizar una persecución policial. El individuo, de nacionalidad alemana y pendiente de detención, había preparado, según las pesquisas, "gran parte de la logística necesaria encargándose del alquiler de la nave y de una carretilla elevadora".
Cabe destacar que el puerto de Málaga, una de las puertas de acceso del país a la cocaína, se encuentra en auge desde principios del año pasado, cuando comenzaron a llegar regularmente barcos desde Sudamérica. Las principales organizaciones encargadas del transporte de esta droga tienen como "base de operaciones" este muelle, según la última memoria de la Fiscalía andaluza, debido a que una compañía de contenedores escogió la dársena malagueña como destino de embarcaciones con origen en América del Sur. Solo el ejercicio anterior, explica el inspector, jefe del Grupo I de Estupefacientes se llevó a cabo la aprehensión de once toneladas de cocaína. El golpe más furo fue asestado a una organización albanesa que pretendía introducir casi 5.000 kilos de cocaína en Europa por el puerto de Málaga. Y es que, desde la Unión Europea, advierten de que, a medida que se han ido intensificando las herramientas de interdicción en los principales puntos de entrada conocidos de la droga, parece que los traficantes se dirigen cada vez más a muelles más pequeños que pueden ser más vulnerables a las actividades del narco.
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