Destinan a compost las 7.200 toneladas de algas asiáticas recogidas en la Costa del Sol

Será cedido a los ayuntamientos de la zona para el abono de las zonas verdes y jardines

Toneladas de alga asiática llenan varias playas de Benalmádena en una noche

Arribazones del alga asiática en la costa de Benalmádena.
Arribazones del alga asiática en la costa de Benalmádena. / M. H.

Las más de 7.200 toneladas de algas asiáticas recogidas en el litoral de la Costa del Sol occidental entre abril y julio se están tratando junto a los residuos orgánicos recogidos de forma selectiva y los restos de poda para obtener un compost de calidad.

Este compost será cedido a los ayuntamientos de la zona para el abono de las zonas verdes y jardines, ha informado este viernes la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental en un comunicado.

Desde comienzos de abril, los ayuntamientos de Casares, Estepona, Manilva, Marbella y Mijas han depositado en el Complejo Ambiental de la Costa del Sol un total 7.229 toneladas de algas.

Por municipios, Estepona ha trasladado 2.769 toneladas; Marbella, 1.964; Mijas, 1.530; Casares, 496, y Manilva, 469 toneladas de algas.

Esta gestión ha abaratado en un 50% el gasto de los ayuntamientos para deshacerse de este residuo, ya que se ha reducido de 85,93 a 42,94 euros por tonelada el importe de entrada de ese material en el Complejo Ambiental, al considerarlo como restos vegetales sucios.

Sobre el alga asiática

El director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Universidad de Málaga (UMA), Francisco Franco, ha señalado que en los últimos años se está estudiando “el impacto que genera el alga cuando llega a la arena, porque la invasión es silenciosa y no vemos cómo va colonizando el fondo marino”, por lo que el problema surge cuando el vegetal “se desprende de la roca y es arrastrado por las corrientes hasta la orilla”.

Así, se ha referido al “gran problema de calidad en el entorno litoral” que existe con la presencia de este alga en las costas, especialmente con los temporales de levante, ya que “genera una barrera que impide la regeneración natural de la playa”.

En este sentido, ha explicado que el mar es “dinámico” y “el agua quita arena pero también la devuelve”, incidiendo en que cuando llega un arribazón del alga invasora que “a lo mejor tiene un espesor de medio metro, impide que la arena que trae el agua se coloque sobre la playa porque es un muro”, al tiempo que “deja que se lleve la arena que hay debajo” de los residuos vegetales.

Por otro lado, ha destacado que un segundo efecto es que “conforme el alga se descompone sobre la arena, libera una serie de ácidos que disuelven parcialmente los minerales que forman parte” de ésta, lo que genera una pérdida por “efecto químico con la disolución química que produce la lixiviación de los ácidos durante la descomposición” del vegetal.

Franco también ha destacado que los restos vegetales del alga en las playas generan “un sustrato idóneo para que determinados insectos desarrollen colonias”, por lo que los usuarios del litoral tienen que soportar el olor de los ácidos y “las pequeñas moscas que crecen en ese entramado”.

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