La fiebre por comprar una vivienda en Málaga se dispara: récord de ventas desde 2007

Inmobiliario

La continua llegada de inversores nacionales e internacionales y el interés de los ciudadanos por cambiar de casa tras la pandemia provocan que se vendan 11.165 viviendas en el primer trimestre, un 54% más que hace un año

Con tanta demanda sube el precio y los jóvenes lo tienen cada vez más complicado

Dos jóvenes extranjeros miran el escaparate de una inmobiliaria en Málaga capital. / Javier Albiñana
Ángel Recio

20 de mayo 2022 - 11:40

Málaga/La fiebre por comprar una vivienda en Málaga se ha desatado. En el primer trimestre de este año se han realizado 11.165 operaciones en la provincia, lo que supone un 54% más que en el mismo periodo del año anterior y el dato más alto desde 2007, que no hay que olvidar que fue el último gran ejercicio del auge del ladrillo.

En los tres primeros meses de este año se han vendido 124 casas al día, según los registros publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y está creciendo tanto el mercado de segunda mano como el nuevo a pasos agigantados. Valga como ejemplo que el año pasado se firmaron 5.172 compraventas de inmuebles usados y este año han sido 8.510, un 65% más.

Málaga acapara un tercio de las ventas de viviendas en toda Andalucía en el primer trimestre, seguida muy de lejos por Sevilla con 6.163, prácticamente la mitad, y es la cuarta en España por detrás de Madrid (22.467), Barcelona (16.446) y Alicante (12.163). Málaga comparte además con Alicante el hecho de que ambas lideran la venta de viviendas a extranjeros en todo el país. Lo llevan haciendo desde hace años y la tendencia continúa.

¿A qué se debe este fuerte repunte?

Violeta Aragón, secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), lo achaca a dos motivos. El primero es que muchos malagueños, con la pandemia y el confinamiento, han decidido cambiar de casa, buscar otra que tenga más espacios libres, zonas comunes, piscina... Algo que no sea un piso con cuatro paredes y que ha sido muy agobiante durante los meses de encierro. "Al salir de la pandemia la gente ha valorado más dónde vivir y ha empezado a darle importancia a otra serie de cosas, no viendo solo la vivienda como un sitio al que ir a dormir", expone Aragón.

El segundo motivo, según la secretaria general de la ACP, es que "Málaga se está posicionando y está en el punto de mira de muchos inversores nacionales e internacionales" por varias razones. Están llegando a Málaga numerosas empresas, sobre todo tecnológicas, con una serie de trabajadores que necesitan una vivienda para vivir de forma temporal o permanente. A eso se le añade que, con la pandemia, el teletrabajo es una opción que ya no está mal vista por las compañías y eso está permitiendo que muchas personas estén viviendo en Málaga aunque trabajen para una compañía cuya sede esté a miles de kilómetros.

Por otra parte, Málaga sigue siendo un foco básico para el turismo tanto residencial como de corta estancia. En el primer caso, los extranjeros compran viviendas para pasar en la costa largas temporadas o incluso par vivir sus años de jubilación y, en el segundo, cada vez son más las empresas que están comprando casas y edificios enteros para arreglarlos y ponerlos en el mercado como viviendas turísticas o para alquileres de larga duración. Ejemplos de ello hay muchos. Uno de los últimos es Casavo, una firma que tiene a varios fondos de inversión detrás y que ha anunciado que tiene 10 millones de euros para comprar pisos en varias partes del centro de Málaga con la intención de reformarlas y venderlas más caras.

"La vivienda es uno de los grandes refugios para los inversores y en Málaga está habiendo mucha presión", subraya Carlos Rueda, delegado en Málaga del portal inmobiliario Idealista, quien añade que "he hablado con promotores de Barcelona o Valencia y me dicen que sus ayuntamientos están empezando a poner trabas allí a la construcción por lo que muchos inversores están apostando por Málaga".

No hay una burbuja, pero los jóvenes se quedan fuera

Suben las ventas y, por tanto, el precio, que está en su nivel máximo con 2.551 euros por metro cuadrado en la provincia, un 10% más que hace un año. En abril se alcanzó el precio máximo histórico en 17 municipios: Málaga capital (2.225 euros por metro cuadrado), Alhaurín de la Torre (1.790 euros), Benahavís (3.818 euros), Benalmádena (2.424 euros), Cártama (1.568 euros), Casares (1.968 euros), Estepona (2.542 euros), Fuengirola (2.595 euros), Istán (3.704 euros), Manilva (1.861 euros), Marbella (3.581 euros), Mijas (2.245 euros), Monda (1.582 euros), Ojén (2.696 euros), Rincón de la Victoria (2.072 euros), Torre del Mar (2.074 euros) y Viñuela (1.792 euros).

¿Podemos estar ante una nueva burbuja? Violeta Aragón cree que no porque "la burbuja de principios del siglo no fue inmobiliaria sino financiera ya que los bancos daban todo tipo de facilidades para comprar una casa, financiando incluso por encima de su valor". Ahora la situación ha cambiado. Los bancos dan, como mucho, el 80% del importe del valor del piso y eso obliga a que el comprador tenga que aportar, al menos, un 20% de inicio.

Traducido a euros es un dineral, una media de unos 60.000 euros, y eso no lo tiene todo el mundo. De hecho, se están creando dos grupos: los que pueden comprar y los que no. Y en este último están principalmente los jóvenes, que están a años luz de poder emanciparse. "Hay que buscar soluciones para los jóvenes porque ante este ritmo de oferta y demanda de pisos el precio sigue subiendo", señala Aragón. El alquiler es una opción cada vez más complicada porque su precio también se ha disparado -incluso tiene una cuota mensual superior al de la hipoteca- y los jóvenes solo pueden acceder con ayuda de sus padres y compartiendo piso.

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