Quebradero de cabeza en las comunidades de vecinos de Málaga por la suciedad de la calima
Medio Ambiente
Las empresas de limpieza aseguran que están "desbordadas" y esperan un fuerte aumento de la demanda
Limpiar una fachada puede costar en torno a 15.000 euros
Málaga/El ser humano lleva décadas pensando en cómo sería vivir en Marte e incluso la NASA ha enviado varios robots para reconocer el terreno. No hacía falta tanto gasto. En Málaga lo estamos viviendo en primera persona con la calima y una de las primeras conclusiones que se saca es que se respira peor, te fastidia el coche o la moto y, encima, hay que hincharse de limpiar. El barro que está cayendo del cielo al juntarse la lluvia con el polvo rojo procedente del Sáhara está provocando auténticos quebraderos de cabeza en todas las comunidades de vecinos, que ven las fachadas de sus edificios teñidas de rojo, sus portales parecen la pista de Roland Garros mojada y, en aquellas urbanizaciones que tienen piscina, el agua está completamente marrón.
Tanto el presidente de la comunidad como el resto de vecinos ya saben que eso solo supone una cosa: otra derrama importante. "Nunca hemos vivido una situación como esta, con tantos días lloviendo barro, y eso está provocando que las comunidades de vecinos estén intensificando la limpieza en los portales, las escaleras y en los recintos cerrados porque, además, es muy peligroso ya que el suelo está muy resbaladizo y se pueden producir accidentes", explica Manuel Jiménez, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla.
La primera decisión en las comunidades está siendo, por lo tanto, ampliar el número de horas del personal de limpieza y mantenimiento, lo que ya supone un gasto extra. Otra cosa que preocupa a los vecinos es la limpieza de las conducciones de evacuación de pluviales, que ahora están con restos de arena. Otro gasto más. Y luego viene el que más miedo da: la fachada. Da pena ver cómo están todos los edificios en Málaga, desde el bloque de viviendas más humilde hasta grandes instalaciones públicas como Tabacalera. Los edificios blancos se están llevando la peor parte, pero las manchas de barro están en todos sitios.
Aún está lloviendo y los vecinos están a la expectativa. Están comprobando si ese barro de las fachadas se puede limpiar directamente con el agua de lluvia que pueda caer estos días, lo cual sería la solución más deseable porque sería gratuita. Si no es así, tocará aflojarse el bolsillo contratando a empresas de limpieza e incluso pintando de nuevo las paredes. Y no es barato, los administradores de fincas y las empresas especializadas consultadas explican que puede estar en torno a los 15.000 euros, aunque depende lógicamente del tamaño del edificio, el número de plantas, si es solo una fachada o tiene varias paredes, del tipo de material, etcétera. Si, por ejemplo, vive en un edificio de 6 plantas con tres vecinos por planta, es decir, 18 vecinos, la broma le puede salir a cada inquilino por 800 euros.
Jiménez detalla que "si la fachada está pintada o es de ladrillo vista lo más probable es que se pueda limpiar sola con la lluvia, pero las que son monocapa, que es la técnica utilizada en la mayoría de promociones nuevas, absorben más la humedad y se ven mucho las manchas". El presidente de los administradores de fincas prevé que en las próximas semanas será uno de los temas estrella en las reuniones de comunidad.
Las grandes beneficiadas de la calima son, entre otras, las empresas de limpieza, que van a hacer su agosto aunque se están viendo desbordadas. "Trabajamos para varias comunidades de vecinos que tienen suelo de mármol o tejados de metacrilato y está siendo horrible porque nos está llamando todo el mundo y quiere además que vayamos en el mismo día", explica Antonio Martín, administrador de la empresa de limpieza Martin Clean.
Este empresario destaca que sus trabajadores están echando horas extra para poder limpiar, aunque con la resignación de saber que hoy o mañana puede seguir lloviendo barro y dejar todo como estaba. "Hay fachadas que están completamente marrones, en las zonas diáfanas hay barro puro y duro en el suelo y la verdad es que estamos desbordados", prosigue Martín, cuya empresa también se dedica a la pintura y rehabilitación de fachadas y sabe que le queda mucho trabajo por delante. "La calima es un un negocio para nosotros, pero tampoco es bueno que sea tan de golpe porque te desborda y tampoco podemos contratar más trabajadores de un día para otro", señala Martín, quien subraya que "tengo 50 años y no recuerdo haber visto nunca una calima de este tipo en Málaga".
En la empresa PS del Prado está ocurriendo lo mismo. Su administradora, Natalia Alonso, asegura que trabajan con muchas urbanizaciones de la provincia y ya empezaron fuerte la semana pasada con la primera gran calima, que tuvo lugar el 15 de marzo. "Nos llamaron para limpiar muchas piscinas y ahora están otra vez igual", afirma. En esta compañía también están echando horas extra y otros empleados están yendo de una urbanización a otra para ser más rápidos, aunque son conscientes de que mientras siga lloviendo barro es pan para hoy y hambre para mañana. "En los ratos que nos da una tregua intentamos limpiar pero es complicado", indica Alonso, quien señala que la fórmula es "mucha paciencia, personal para limpiar y todo saldrá adelante". La administradora de PS del Prado afirma que ya está entregando muchos presupuestos para la limpieza y pintura de fachadas y "la semana que viene suponemos que nos pedirán muchos más".
Cristina Ferris, directora de Marketing de la empresa de limpieza Castor, comenta que "efectivamente vamos a tener mayor demanda, igual que sucedió la semana pasada, porque es una situación que deja las instalaciones en un estado que requiere de especialistas".
El reto de limpiar una ciudad entera
Si limpiar un bloque de viviendas lleno de barro es difícil, ¿qué hay que hacer para limpiar una ciudad entera donde viven más de 600.000 habitantes? Los ojos en Málaga capital están puestos en la empresa Limasam, que va a reforzar el servicio de baldeo de las calles durante todo el fin de semana y en los primeros días de la semana que viene. El alcalde, Francisco de la Torre, aseguró ayer que había hablado con los gestores de Limasam para poner en marcha el plan de baldeo, aunque había que esperar, lógicamente, a que no siguiera lloviendo barro porque si no sería trabajar prácticamente para nada.
El Consistorio informó que ayer viernes reforzó su servicio habitual de limpieza de las aceras con 15 equipos, alcanzando un total de 107 ya que hay 92 que trabajan de forma habitual los viernes por la tarde. Este sábado habrá 81 equipos (15 habituales y 66 extraordinarios) y mañana domingo 79 (13 habituales y 66 extraordinarios). Para eliminar el barro se está utilizando cisternas, hidrolimpiadores y minihidros. La venta de este tipo de pistolas de agua a presión se disparará presumiblemente también entre los particulares para limpiar chalés, ventanas de pisos o vehículos.
La calima ha sorprendido a toda la provincia, dando imágenes espectaculares. Pero tras tomar la fotografía está la realidad y esa no es otra que andar por las calles o circular con un vehículo, especialmente de dos ruedas, está siendo un auténtico peligro porque el suelo es una pista de patinaje. Se han producido caídas de viandantes y el propio De la Torre afirmó haberlas visto en primera persona e incluso haber sufrido algún ligero traspiés. El alcalde aconsejó a los malagueños que no salieran a la calle si no era necesario y que, si tenían que salir, que evitaran las aceras y circularan por las calzadas si el tráfico lo permitía. "Las aceras están hechas de un material más noble que las calzadas, pero es poco práctico para momentos así", dijo el regidor malagueño, quien pidió a los ciudadanos que anduvieran "con un cuidado exquisito y un calzado que agarre lo más posible".
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