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Cuarenta y ocho horas después de que las jugadoras de la Selección Española Femenina de Fútbol hiciese historia proclamándose campeonas de mundo, la victoria continúa aún empañada por el beso en los labios, mientras le sostenía la cabeza, de Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a Jenni Hermoso, una de las integrantes del equipo, durante la entrega de medallas. Este acto ha desatado la polémica y ha hecho que algunos representantes políticos levanten contra el gesto. La concejala del Ayuntamiento de Málaga por el PSOE Rosa del Mar Rodríguez ha iniciado incluso una recogida de firmas para pedir la dimisión de Rubiales.
A través de la plataforma change.org, en la que ya acumula más de 8.650 firmas, la edil pide que se cese al actual presidente de la Federación Española de Fútbol por la conducta que tuvo tras ganar el Mundial, ya que la califica de "impresentable" y que "sobrepasa a todas luces lo que debe ser una felicitación formal en ese contexto, haciendo uso de la vulnerabilidad de la jugadora en un momento de tanta euforia y de su posición de poder". De esta manera, insiste en que "este individuo no puede seguir al frente de la Real Federación Española de Fútbol ni un minuto más", por lo que concluye pidiendo "su dimisión".
Incendiadas las redes de críticas hacia este beso, la Federación Española de Fútbol difundió un vídeo de su presidente en el que se disculpaba y ofrecía algunas explicaciones: "Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, creo que de una manera muy espontánea...". Sin embargo, esto no ha sido suficiente para la concejala socialista, que opina que Rubiales "sigue sin entender lo que ha hecho mal" y con las disculpas ofrecidas ahora hay "más motivos para echarle", ha comentado en su cuenta personal de Facebook.
En declaraciones remitidas a los medios, Rosa del Mar Rodríguez también ha manifestado que "en 2023 tiene que quedar muy claro que un beso forzado no es de ninguna de las maneras una felicitación". "Lo que es un símbolo de poder y del machismo más rancio". "No podemos olvidar que la situación se produce en una asimetría total de poder; él es el jefe y ella, podemos decir, que es una trabajadora", ha señalado.
Ha insistido, por tanto, en que "poco margen tenía ella para escapar de ahí" y añade Rodríguez que la jugadora "llega a decir en el vestuario poco después 'Eh, no me ha gustado, pero qué hago yo'". "Forma parte de una manera de entender el cuerpo de las mujeres como parte de su voluntad, de la cultura del acoso, y sobre todo, lo peor también es que se produce al albur de todas las cámaras, de todo el mundo, justo en un momento donde deberíamos haber estado celebrando que las mujeres por fin empiezan a asentarse en un lugar primordial en el deporte, después de tantos sacrificios y tanto esfuerzo".
Por su parte, el presidente en funciones del Gobierno central, Pedro Sánchez, ha expresado que, a su parecer, el gesto fue "inaceptable". "Creo también que las disculpas que ha dado el señor Rubiales no son suficientes, hasta incluso yo creo que no son adecuadas y que, por tanto, tiene que continuar dando pasos".
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