La construcción del hotel del puerto de Málaga se eterniza
Pasan ya más de cuatro años desde que se falló el concurso para la concesión del terreno a un grupo inversor catarí sin que se haya completado el proceso
Málaga/Uno de los males que los urbanistas y arquitectos achacan desde hace años al urbanismo español es que a fuerza de normativas se ha acabado convirtiendo en una proceso casi laberíntico, en el que cualquier proyecto de cierta entidad ha de sortear un sin fin de trámites burocráticos de administraciones diversas antes de poder si quiera mover una sola piedra sobre el terreno.
Muchos son los ejemplos de los que puede presumir una provincia que sigue sin ver convertido el antiguo Campamento el Benítez en un parque de carácter metropolitano o en la que el grabado de un simple poema en un muro de cemento necesitó siete meses antes de recibir el visto bueno de la Delegación de Cultura.
Pero si hay un referente de hasta qué punto puede llegar a ser compleja la maraña administrativa que ha de sortear se antes de activar la maquinaria ese es el hotel de 150 metros proyecto en los suelos ganados al mar tras la construcción del dique de levante, en el puerto de Málaga capital.
Un repaso somero a la hemeroteca así lo demuestra, al punto de confirmar que esta iniciativa privada se encuentra instalada en una especie de cuenta atrás sin fin. De acuerdo con lo que avanzan dos de los actores protagonistas en la tramitación del proyecto, la Gerencia de Urbanismo ya Autoridad Portuaria, pareciera que ahora sí se encuentra más cerca del final de su extensa tramitación. Aunque decir esto siempre puede resultar arriesgado cuando de la torre diseñada por José Seguí se trata.
Los antecedentes obligan a la prudencia. Y si no algunas referencias temporales. La primera ocasión en la que los inversores de origen catarí pisaron las instalaciones del Puerto para poner sobre la mesa su propuesta de levantar un hotel de gran lujo en el recinto tuvo lugar hace ahora poco más de cinco años. Para ser precisos, un 17 de junio de 2015.
Ese paso adelante permitió activar los resortes del organismo portuario para, vía concurso, licitar la concesión de los terrenos del dique de levante con el objetivo de edificar un hotel de hasta 150 metros de alto. La publicación de la denominada concurrencia competitiva tuvo lugar a principios de 2016, fijando un plazo para la presentación de las ofertas por parte de los grupos interesados.
Solo concurrieron dos. Uno, el mismo que meses antes había mostrado su deseo de hacerse con el proyecto; otro, una alianza empresarial de dudosa procedencia que, tal y como se demostró, incumplía la mayor parte de las exigencias demandadas por el Puerto. Tanto es así que hace poco más de cuatro años la Autoridad Portuaria, por aquel entonces con Paulino Plata al frente, excluyó la segunda proposición, dando por preadjudicataria a los promotores cararíes.
Cuatro años después la adjudicación no solo no se ha formalizado, por cuanto ello en última instancia del dependerá del informe favorable del Consejo de Ministros, si no que además ni siquiera se ha consumado el ajuste urbanístico necesario para dar encaje a un proyecto que supondrá materializar sobre la parcela un techo edificable de unos 45.000 metros cuadrados, siete veces más que lo actualmente contemplado en ese espacio. Es por ello, así como para asignar el uso hotelero a la parcela, por lo que es precisa una modificación de elementos del plan especial portuario.
Un trámite activado por la Gerencia de Urbanismo, a petición del Puerto. La aprobación inicial tuvo lugar mediados de junio de 2018, dando paso a la apertura del proceso de información pública que, una vez cerrado, recogió 1.100 alegaciones por parte de colectivos, ciudadanos y entidades, muchas de ellas contrarias a la ejecución del hotel en ese punto de recinto portuario.
Quince meses después de que se cerrase el periodo de consultas, el proceso sigue pendiente de ser aprobado de manera provisional y no se descarta que de hacerlo, el Puerto aún tenga que subsanar ciertas deficiencias de rango menor antes de que el Pleno del Ayuntamiento dé aprobación definitiva al ajuste urbanístico.
El concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, confió en que la espera no se extienda mucho más en el tiempo y si bien no quiso aventurarse con una fecha concreta, consideró que antes de agosto debería quedar resuelto. Por su parte, el presidente del Puerto, Carlos Rubio, informó de que los técnicos de la Autoridad Portuaria "tienen casi listo el informe a remitir a Urbanismo, con lo que espero que esta semana, o todo lo más la que viene, será remitido".
A pesar de lo dilatado de todo el proceso, la familia real catarí mantiene intacto su interés por el proyecto. O así lo vienen exponiendo sus representantes en las encuentros que han mantenido en los últimos meses tanto con el Puerto como con el Ayuntamiento. Precisamente para conocer el estado en el que se encuentra el trámite urbanístico acudió hace ahora algo más de una semana a la capital de la Costa del Sol el abogado Ramón Calderón, ex presidente del Real Madrid. En el encuentro con el concejal de Ordenación del Territorio éste le informó del procedimiento que, ahora, parece acercarse al final.
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