Coronavirus: Así son los respiradores diseñados en Málaga
El nuevo dispositivo, que se podría fabricar en un tiempo estimado de dos horas, ya ha arrojado resultados satisfactorios tras más de 24 horas en funcionamiento
Málaga/Como ya adelantó el consejero de presidencia, Elías Bendodo, Andalucía va a comenzar a fabricar sus propios respiradores. Y lo hará gracias a un equipo multidisciplinar de profesionales que han unido sus fuerzas para diseñarlo y así paliar las carencias provocadas por la propagación del coronavirus en la asistencia médica. El dispositivo, cuyos primeros resultados son satisfactorios, está basado en piezas industriales comunes, de fontanería y aire acondicionado, y podría ser fabricado en, aproximadamente, unas dos horas.
El grupo está formado por profesionales sanitarios de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y profesores de ingeniería de la Universidad de Málaga.
Según el vicerrector de Investigación de la UMA, Teodomiro López Navarrete, el objetivo que se fijó entonces fue crear un respirador fácil de hacer, barato y, sobre todo, que satisfaga la necesidad de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales para atender pacientes con patologías respiratorias causadas por la pandemia.
En la fase de diseño, los profesionales buscaron prescindir de piezas médicas para eludir posibles desabastecimientos por lo que el prototipo resultante está basado en elementos industriales comunes, fontanería y aire acondicionado, usados comúnmente, por ejemplo en sistemas de riego o puertas de garaje.
El precio aproximado –en materiales– es de 600 euros y su tiempo de fabricación, de unas dos horas contando con el trabajo manual de dos personas, por lo que todo apunta a que se reducirá tras la fase de industrialización, según explica el catedrático y experto en robótica móvil y quirúrgica Víctor Muñoz. Él y el profesor de Ingeniera Carlos Pérez del Pulgar han sido los encargados de trasladar la ideal del diseño original a la ingeniería aplicada a la salud, siguiendo siempre los parámetros indicados por los profesionales sanitarios.
El respirador, según explican ambos, consigue suministrar oxígeno a un paciente mediante conducción –es decir, no utiliza oxígeno de ambiente– y puede ser manejado a través de una pantalla en la que los profesionales sanitarios pueden configurar los parámetros de respiración apropiados para el paciente y establecer, por ende, la frecuencia determinada para que el aire entre y salga.
El prototipo está dando, según el vicerrector de Investigación de la Universidad de Málaga, “unos resultados esperanzadores”. Ya ha sido probado con resultados satisfactorios en un pulmón artificial y con cerdos, aunque continúa en fase de experimentación para testar su seguridad con humanos. El objetivo ahora, según Muñoz, es que el prototipo salga adelante y comience a fabricarse la primera tirada.
Para ello, y con el fin de garantizar que los respiradores cuentan con todas las medidas de seguridad y eficacia pertinentes, las unidades que se vayan produciendo van a ser validadas por un laboratorio externo que velará por el cumplimiento en materia de seguridad y controlará, además de la producción en sí misma, que dispongan de los correctos mecanismos de alarma en caso de apagón u otra incidencia. Según estos expertos, el diseño estará en todo momento abierto a posibles mejoras.
Para estos malagueños, este proyecto es una forma de poner un granito de arena para paliar la difícil situación que la pandemia está creando. “Es una satisfacción que alguien que no es médico puede ayudar”, ejemplifica Muñoz.
Además de estos dos profesores de la Universidad de Málaga, en el proyecto han participado el director del IBIMA, Francisco J. Tinahones; Isabel Guerrero, responsable de la Unidad de Innovación de este instituto de investigación malagueño, así como su gerente, José Miguel Guzmán. Desde el ámbito sanitario han trabajado, desde el Hospital Regional, Ignacio Díaz de Tuesta, cirujano cardiovascular, y Miguel Ángel Prieto, intensivista y coordinador clínico; y desde el Virgen de la Victoria, José Luis Guerrero Orriach, anestesista e intensivista. Asimismo, Gonzalo Varela Simó, cirujano torácico y asesor científico del Hospital Universitario de Salamanca.
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