Los crímenes del año: Málaga cierra el 2024 con al menos una veintena de asesinatos
La mayoría relacionados con la violencia de género o los ajustes de cuentas
Los asesinatos, los delitos sexuales y en internet tiran del aumento de la criminalidad en Málaga
El año comenzó negro y no ha terminado mucho más afable. Los crímenes que desencadenan la violencia de género y los ajustes de cuentas siguen señalando a Málaga como una de las provincias españolas donde más sangre y lágrimas se derraman. La cara más violenta de la Costa del Sol, refugio y -en ocasiones- campo de batalla del crimen organizado eleva las estadísticas por homicidios dolosos y asesinatos consumados con al menos una veintena al cierre de 2024.
“¡La han matado! ¡La han matado!”. Fueron las primeras palabras que el hijo de Ana, la primera víctima mortal (de la violencia machista) del año articuló cuando la encontró en su piso de Torre del Mar tendida en su cama, boca arriba, junto a una vela y con evidentes signos se asfixia. A pocos metros, en su casa, encontró al hombre con el que su madre mantenía una relación sentimental desde hacía un año con una soga al cuello. Natural de Rumanía, modista de profesión y dedicada entonces al cuidado de personas mayores, aquel viernes no llegó a trabajar. Así se lo confirmó la anciana de la que se encargaba a su hijo. A él tampoco le cogió el teléfono.
Solo era 12 de enero y Ana sería la primera de las cuatro que le sucederían.
En marzo, el 17, Gracia fue sorprendida por su expareja cuando regresaba, en compañía de su hija menor, a su casa de un cumpleaños, en el municipio de Pizarra. La esperaba con dos armas de fuego en una esquina. El 6 de abril, Bianca, de origen estadounidense, fue asesinada por su pareja, con el que estaba de vacaciones, en un piso turístico en el centro de la capital. A Petra su marido, con el que llevaba toda la vida, la estranguló hasta quitarle la vida el 28 de junio en su domicilio de Fuengirola. El cuerpo sin vida de Laila fue hallado en una cuneta de Antequera el 5 de julio. Su pareja fue detenido por presunta autoría en la muerte por asfixia de la mujer.
En Domingo Heredia, en la capital malagueña, el 17 de marzo, una mujer de 59 años era apuñalada mortalmente por su hijo, de 37. También hirió de gravedad a su hermano. El presunto responsable, que ingresó en prisión provisional, estuvo hospitalizado en un centro de salud mental. El día de autos debía continuar tomando mediación. Si bien, él mismo reconoció que había dejado de tomarla porque se encontraba bien.
No es el único caso en el que el presunto autor material padecía un trastorno mental. Cinco meses más tarde la historia se repetía. Un enfermo psiquiátrico, de 38 años, era detenido por supuestamente matar a su madre, de 62, en su domicilio, también en Málaga capital. El asesinato tuvo lugar durante la tarde del 18 de agosto. La autopsia determinó que se trataba de “una muerta de naturaleza violenta” y las pesquisas que el autor material del crimen sería el hijo de la mujer. Solo una semana antes de estos hechos, un interno psiquiátrico era arrestado por la Policía Nacional tras acabar, presuntamente, por acabar con la vida de otro paciente con el que compartía habitación. La víctima mortal fue hallada por el personal de la clínica especializada en el tratamiento de trastornos mentales, situada en la localidad malagueña de Benajarafe y en la que se encontraba interna, con signos de asfixia.
El 17 de abril un hombre de 51 años era asesinado y una joven de 19 era hospitalizada tras recibir al menos una docena de puñaladas por parte de su pareja, un individuo de 34, que fue detenido por su presunta responsabilidad en ambos hechos, ocurridos en Fuengirola. Según las averiguaciones policiales, la reyerta se desató en un piso que compartían los tres implicados. La mujer supuestamente habría amenazado al supuesto autor con delatar su presunta responsabilidad en la muerte con un palo de golf de un hombre de 39 años, cuyo cadáver fue encontrado solo una semana antes con “claros signos de violencia” por su compañero de piso en otro inmueble próximo al de este último incidente.
La madrugada del 30 de mayo, un hombre 37 años resultaba herido de bala durante un tiroteo en la barriada de García Grana -situada en el distrito de Cruz de Humilladero-, en Málaga Capital, y horas más tarde terminaba falleciendo en el Carlos Haya.
Apenas unos días más tarde, Luis, un joven de 23 años que residía en la provincia de Jaén y que se desplazó hasta una discoteca de Málaga para asistir a una fiesta, recibió una puñalada mortal en la espalda en el transcurso de una reyerta junto al establecimiento de ocio nocturno.
Desde la urbanización El Brillante (en el distrito de Campanillas), el 11 de septiembre, el teléfono 112 recibía una llamada que alertaba de que su padre, de 81 años, había sido apuñalado por su hermano. El herido fue evacuado, muy grave, a El Cínico; a las horas, terminó falleciendo. “No ha podido superar las gravísimas heridas, pese a que lo operaron de urgencia”, señalaron fuentes próximas a la investigación del caso. El presunto autor del ataque, también con trastornos mentales, fue detenido por la Policía Local poco después de que huyera del inmueble.
El pasado 3 de diciembre un hombre de 38 años, supuestamente, arrebataba la vida de su hermana Adela. Los allegados del presunto fratricida de Benalmádena habían detectado en él, desde hacía algún tiempo, actitudes extrañas influenciadas, al parecer, por temas esotéricos. Horas antes del crimen, J. M. F. (de 38 años) se desplazó desde Madrid hasta la provincia de Málaga con la intención de comprar un gato de raza sphynx o esfinge, cuya característica más destaca es la ausencia de pelo, en Vélez-Málaga. La víctima (de 42), preocupada por el comportamiento de su hermano, decidió acogerlo en su casa y pasar tiempo juntos: fueron de compras y cenaron en un restaurante. Sobre las 00:30, llegaron a la urbanización en el coche del sospechoso. Después, se fueron a dormir en habitaciones separadas y, poco antes de las 4:00, el individuo se dirigió a la cocina para coger dos cuchillos, con los que supuestamente atacó a su hermana mientras dormía, apunta la principal hipótesis policial.
Durante escasos minutos, los vecinos aledaños al domicilio de Adela oyeron golpes y gritos de “auxilio”. Alertaron a los servicios de emergencias y, rápidamente, acudieron varias patrullas de policías, que comprobaron que el sospechoso se encontraba en el interior del domicilio. Intentaron acceder al interior del inmueble. Pero, en ese momento, el investigado se escapó por la terraza y saltó por los balcones hasta acceder al aparcamiento. Se subió a su coche y se dio a la fuga por la carretera A-368, en dirección Mijas, sorteando el dispositivo policial e iniciando una persecución. A la altura del kilómetro 4, J. M. F. colisionó contra un quitamiedos. Lejos de entregarse, continuó la fuga a pie por una zona de montaña y se escondió durante aproximadamente una hora; en ese mismo lugar, también enterró varios efectos personales como teléfonos móviles, documentación y una tarjeta del Colegio de Abogados de Madrid con su nombre. Finalmente, fue localizado y capturado por los agentes.
El último crimen que ha trascendido tuvo lugar ocurrió el 8 de diciembre en Fuengirola. Un hombre de 30 años murió durante la madrugada tras recibir varios disparos, uno de ellos en la cabeza. La investigación a cargo de la Policía Nacional está todavía abierta para determinar si el móvil del crimen fue un ajuste de cuentas y localizar al presunto autor material.
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