Los crímenes del año: Málaga cierra 2022 con al menos 18 asesinatos

Málaga registró el año pasado al menos 18 asesinatos, siendo mayo el mes en el que la provincia se vio sumida en una espiral de violencia

Las vidas que se crobró la violencia machista en 2022

La discoteca en cuyo exterior fue asesinado José Carlos. / Javier Albiñana
María José Díaz Alcalá

02 de enero 2023 - 06:45

La violenta muerte de José Carlos García tras recibir un botellazo en la cabeza y ser embestido por un vehículo a las puertas de una discoteca de la capital malagueña; el asesinato de Ángela Mérida a manos de su hijo y de un amigo de éste, que ocultaron su cadáver en una alcantarilla en la barriada de Teatinos, o el apuñalamiento mortal a Cees V., un ciudadano holandés, por otro hombre originario del mismo país en un pub de Torremolinos han dejado este 2022 un reguero de crímenes.

2022 cierra el año con al menos 18 asesinatos en la provincia de Málaga, tres más que el año anterior y diez más que en 2020. Si bien, es importante destacar que entre marzo y junio de 2020 hubo un confinamiento duro en toda España, y las restricciones –más puntuales– se sucedieron hasta bien entrado el 2021. Como consecuencia de ello, la criminalidad descendió de manera natural.

En cambio, si se compara la cifra de 2022 con la de 2019, se observa un decrecimiento del 28%. Y es que el año anterior a la pandemia el crimen dejó su rastro más violento en la Costa del Sol con 25 asesinatos, muchos de ellos causados por ajustes de cuentas. Durante este periodo también tuvieron lugar los dos primeros casos consumados de narcoterrorismo en Benahavís y San Pedro Alcántara. Aunque las explosiones no dejaron heridos, una de ellas sirvió de advertencia a un traficante que terminó encontrando más tarde la muerte a las puertas de la iglesia en la que su hijo acababa de recibir la Primera Comunión.

Este año, la violencia filioparental se ha cobrado la vida de dos madres. Los fiscales destacan que se está convirtiendo en una normalidad el peregrinaje de los padres por las fiscalías en busca de una respuesta inmediata debido a los malos tratos que reciben por parte de sus hijos. Aunque indican que no siempre va en aumento este delito, aseguran que sí se observa en muchos casos un comportamiento reincidente.

Según algunos expertos, el joven que ejerce este tipo de violencia se presenta como una persona que muestra poco o ningún afecto por los miembros de su familia; que es propenso a la impulsividad y tiene tolerancia cero a la frustración, y es de excitación fácil y débil ante el abuso o consumo de sustancias tóxicas.

Ángela Mérida, antes de ser asesinada por su hijo menor, de 22 años, ya le tenía miedo. Así lo confesó a uno de sus cinco hermano, a través de un audio de WhatsApp días antes del crimen. "Mi pequeño el otro día me rompió el mando de la televisión y el móvil. También me sacó un cuchillo y tengo miedo de él".

El autor del homicidio vivía con su padre, pero éste lo echó porque tenía actitudes "conflictivas" y se fue a vivir con la madre. Tanto la familia como los vecinos estaban al tanto de las numerosas peleas que se producían con frecuencia en el domicilio, situado en Carril del Capitán. La situación era tensa y, normalmente, estallaba por motivos económicos. Mismo móvil que el 25 de mayo originó una disputa que acabó con el peor de los desenlaces.

Según la investigación, el hijo de la fallecida y un amigo, de 17 años, asaltaron a la víctima en su domicilio, ubicado en la calle Carril del Capitán, con el objetivo de robarle los 900 euros que había sacado ese día del cajero. Si bien, terminaron estrangulándola y depositando su cuerpo sin vida en una alcantarilla próxima al inmueble, que apareció un mes y medio después.

El Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hijo de la víctima; mientras que la Fiscalía de Menores ordenó para el otro implicado en los hechos su internamiento en un centro de menores en régimen cerrado.

La última vez que este tipo de violencia se manifestó en la provincia fue a principios de diciembre, concretamente el 5, cuando una ciudadana holandesa viajó a Estepona tras conocer que su hijo, de 26 años, estaba pasando por un mal momento anímico y tenía un comportamiento violento y extraño.

Madre e hijo se quedaron a solas en el domicilio de una amiga del joven que lo había acogido. Al día siguiente, la chica regresó a la vivienda, junto a su pareja, y encontró la a habitación del joven entreabierta, con mobiliario detrás de la puerta que dificultaba su acceso. Si bien, desde fuera se podía observar todo desordenado y los pies de una persona entre distintas prendas en el suelo.

Agentes de la Policía Nacional encontraron al joven transitando por la A-7, muy agitado. Tras ser detenido y trasladado a un hospital, donde permaneció unos días bajo valoración psiquiátrica, el responsable ingresó en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 6 de Estepona.

Sin embargo, la violencia más cruenta, a veces, se da al contrario: de padres a hijo. Como ocurrió el 13 de septiembre en Carranque. Un padre, de 63 años, apuñaló en el pecho a su hijo, de 32, perforándole uno de los pulmones. En este caso, la agresión no se cobró la vida del joven.

En otras ocasiones, padres e hijos se alían para cometer el crimen contra un tercero. Así ocurrió el 15 de junio en Marbella cuando un joven y su progenitor acabaron con la vida de la pareja de su madre y de su expareja, respectivamente, ya que no aceptaban la nueva relación de la mujer. Ambos ingresaron en prisión apenas dos días después.

En la barriada de La Palmilla, el 14 de septiembre un joven de 18 años propinó una puñalada mortal en el tórax al exnovio de su madre, un hombre de 39 años. Al parecer, el agresor y la víctima tenían ciertas desavenencias y se encontraban manteniendo un enfrentamiento cuando el joven lo hirió con un arma blanca.

Mayo, espiral de violencia

Mayo fue, sin lugar a dudas, el mes negro del 2022. La provincia malagueña se vio sumida en una espiral de violencia en la que se produjeron al menos cinco asesinatos, que comenzaron el día 15 con el fallecimiento de José Carlos.

Aquella madrugada, el joven festejaba cumpleaños de Fernando –uno de sus amigos– en Akari, una discoteca situada en el polígono Valdicio. Reían y bailaban. Todo apuntaba a que sería una noche de esas que terminan bien. Sobre las 6:30, las luces del local se encendieron y el grupo de amigos salió. José Carlos se quedó más rezagado y le perdieron durante unos minutos la vista, recuerdan. La siguiente imagen que tienen del joven es cayéndose “a plomo” tras ser golpeado en la cabeza con una botella, que le hizo perder el conocimiento. Dos amigos y su novia corrieron a auxiliarlo. De repente, un Golf GTI de color blanco comenzó a acercarse hacia ellos a gran velocidad. No les dio tiempo a reaccionar y fueron embestidos. José Carlos falleció en el acto. Adrián sufrió varias lesiones, entre ellas una fractura en el fémur y otra en la cadera. El segundo amigo, un traumatismo renal, y Miriam –la pareja del joven que perdió la vida– heridas que no revistieron gravedad.

Tan solo cinco días más tarde, un pensionista de 72 años también fallecía tras ser golpeado con un azadón en la cabeza durante el robo de su casa en el municipio de Humilladero. Agentes de la Guardia Civil detuvieron a dos personas como supuestos autores de los delitos de homicidio, robo con violencia y quebrantamiento de condena.

Al día siguiente, el 26 de mayo, un ciudadano holandés fue asesinado en la puerta de una bar de La Carihuela (Torremolinos) a manos de un hombre de su misma nacionalidad. El agresor supuestamente estaba haciendo comentarios obscenos a unas chicas jóvenes que se encontraban también en el local, una actitud que la víctima le habría recriminado y habría sido motivo de un rifirrafe entre ambos, que habría terminado con un machetazo en el abdomen.

El 28, unos vecinos en la localidad de Almáchar también discutieron por unas lindes y uno de ellos golpeó al otro, lo que le causó un grave traumatismo craneoencefálico. No pudieron hacer nada por salvar su vida. El último de este mes sangriento se produjo el 29 cuando una mujer murió a manos de su pareja; todo ocurrió en la casa en la que residían, en Benajarafe (Vélez-Málaga). La delegación del Gobierno decretó este suceso como un crimen de violencia machista.

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