Un muro de cristal para ver los restos del fuerte de San Lorenzo en la Alameda
Estudian una especie de pliegue de 2 metros de alto en el lateral norte para que los peatones puedan contempler el muro oeste
Málaga/Imaginen un muro acristalado de unos 2 metros de alto, con una anchura de entre 2 y 3 metros que emerge del pavimento reurbanizado del lateral norte de la Alameda Principal para permitir al peatón visualizar desde la superficie el muro oeste del fuerte de San Lorenzo. Este, grosso modo, es el esquema en el que vienen trabajando en las últimas semanas los técnicos del departamento de Arquitectura de la Gerencia de Urbanismo en la apuesta compartida con la Junta de Andalucía para hacer posible la exhibición parcial de los restos de la antigua fortaleza encontrados durante los trabajos de construcción del tramo del Metro entre el Guadalmedina y la futura estación Atarazanas.
Los detalles teóricos de la operación fueron aportados ayer por el jefe de Arquitectura de Urbanismo, Javier Pérez de la Fuente, en la información sobre el desarrollo de la semipeatonalización de la Alameda Principal ofrecida a los miembros del Consejo de Urbanismo. "A todos nos ha sorprendido ver la integridad de los sillares del fuerte", señaló Pérez de la Fuente, para quien no hay mejor manera de explicar a los ciudadanos el valor del hallazgo "que verlo".
Preguntando por el sistema de integración que se está planteando, aludió a la idea de generar "un pliegue del pavimento, que podría levantarse por encima de la altura de una persona y a través del cual se podrá ver el muro oeste". La naturaleza de la actuación tiene ciertas semejanzas con la pirámide acristalada instalada en su día en la calle Alcazabilla para poder observar parte de los restos del teatro romano.
Durante su intervención, el directivo de Urbanismo también ofreció detalles sobre el ritmo de los trabajos. Si bien admitió que la evolución en la plataforma central es menor de la esperada, lo justificó en los problemas existentes con la renovación del viejo colector y la negativa de la Delegación de Cultura a permitir un cajeo de unos 60 centímetros sobre los restos de los muros este y oeste del fuerte de San Lorenzo. Ante la negativa a actuar en esta dirección, la solución final adoptada para cambiar el colector incluye la creación de una tubería de poliéster reforzado con fibra de vidrio, lo que permitirá ganar velocidad al agua a evacuar. Pérez de la Fuente confió en que esta parte de la nueva Alameda pueda estar finalizada en enero e incluso en diciembre.
Asimismo, defendió de manera tajante la decisión de sustituir las farolas actuales, cuya antigüedad es de apenas 30 años, así como el traslado hacia el lateral norte del conjunto escultórico del Marqués de Larios. En relación a las farolas, fue claro: "mantener algo porque parezca antiguo no demuestra más cultura; no tienen valor". Al tiempo, destacó la naturaleza de la Alameda como espacio siempre abierta a la innovación. En cuanto a la escultura del Marqués de Larios, insistió en la necesidad de retirarla de la salida de humos del aparcamiento de la Marina. "Lo importante es que se integre bien en el espacio y que se rehabilite", dijo.
Para Pérez de la Fuente, ha de entenderse la actuación en la Alameda, con sus tres fases, como una "oportunidad", que, además, abre las puertas a "desestresar" la actual situación del Centro. "Va a abrir el Centro al Soho; creemos que mucha gente descongestionará el Centro para ir a la zona sur", explicó.
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