Visto y Oído
Emperatriz
El paso de la DANA por Málaga desnudó la fragilidad de numerosas infraestructuras que sufre su capital y la provincia. Si la jornada arrancó en pausa, gracias al aviso a los móviles del día anterior, pronto quedó totalmente paralizada. Ni el Metro, ni el AVE, los Cercanías o los autobuses e incluso los taxis, pudieron prestar sus servicios. Sin juicios, sin clases, tampoco el jueves. Finalmente, sin supermercados.
Incluso el Hospital Clínico, con el agua transitando por los laboratorios y su aparcamiento convertido en una piscina con coches atrapados, necesitó aplicar el plan de emergencia y sólo ha atendido las urgencias. Como los centros de salud del distrito Málaga-Guadalhorce. En el Regional, buena parte de los trabajadores dobló turnos para evitar el desplazamiento de los compañeros.
Las imágenes de autocares de la EMT en la terminal de llegadas del aeropuerto internacional de la capital para recoger pasajeros a los que nos les quedaba otra alternativa de movilidad pública, resultaron inéditas. Durante la mañana, el recinto aéreo sólo pudo operar 135 de los 296 vuelos programados. La Costa del Sol recibió a sus turistas con un diluvio ya en el mismo vestíbulo.
En algunas estaciones del suburbano y del Cercanías, el agua llegaba hasta las propias vías. Si al principio se mantuvo el recorrido a Fuengirola, finalmente se cancelaron también los trayectos al litoral occidental. La línea al Guadalhorce pronto quedó inoperativa.
Las fuertes precipitaciones sirvieron imágenes de arroyos y ríos embravecidos y calles y avenidas de punta a punta de la provincia, convertidas durante unas horas en zonas navegables. Menos en Ronda. Como precaución, policía y Protección Civil desalojaron la noche del martes a casi 3.000 personas del millar de viviendas inundables en los márgenes de la ribera del Guadalhorce. Se presume que no debían estar construidas. El miércoles se sumaron más de mil residentes en Campanilllas, Benalmádena, Benamargosa y Torre el Mar. En total, la cifra supera los 4.200.
En Cártama algunas familias se negaron a marcharse, al residir en viviendas con una segunda planta de altura. Prefirieron quedarse para proteger sus enseres. Sólo en la capital, la Policía Nacional intervino en 32 rescates y auxilios hasta la tarde del miércoles.
Como si fuera una retrospectiva, justo 35 años después, Málaga revivía la pesadilla del 14 de noviembre de 1989 que los padres han contado en numerosas ocasiones a sus hijos. La Avenida de Andalucía convertida en un lago que rodeaba el Corte Inglés, mientras desde los pisos altos de la Avenida de la Aurora se capturaban las mismas estampas que el siglo pasado, sólo que entonces los móviles no se habían popularizado y tampoco había redes sociales para transmitir en directo una incidencia desde cualquier punto de la provincia.
Sí hubo otra gran diferencia. En aquella efemérides que el jueves se recuerda, la alerta roja se dio tarde. Los niños estaban en los colegios y los polígonos repletos de trabajadores cuando el Guadalhorce buscó su antiguo cauce. En Málaga no había rondas. El río sólo disponía de un puente que quedó intransitable y que sirvió de barrera para partir la provincia en dos y dejarla incomunicada.
El martes, el sistema S-Alert sobresaltó pero despejó cualquier duda, más con el antecedente de Valencia. A la hora de publicar esta crónica, no hay información oficial que cite daños personales por el momento. Sí la inconsciencia de algunos grandes supermercados que sólo decretaron el cierre cuando le vieron las orejas a esta la DANA.
Las precipitaciones, en algunos momentos torrenciales, provocaron a media tarde registros de casi 140 litros por metro cuadrado en Alfarnatejo, en los montes de Málaga, y 120 en Coín. En el Atabal la lluvia en ese momento llegaba a los 125 litros, pero el problema es que el temporal descargó 70 en una hora y "rebasó el umbral de torrenciabilidad", según dijo en X el Geografo malagueño José Damián Ruiz Sinoga.
La polémica de la jornada vino acompañada de las palabras de Francisco de la Torre al visitar a las personas recogidas en el polideportivo de Tiro de Pichón que albergó a unas 70 damnificados. Allí dijo que la ciudad no tenía "ningún problema" y tampoco con el Guadalmedina. Por la tarde, insistió en su tesis en el programa Y ahora Sonsoles de Antena 3. Si acaso alguna incidencia en la parte baja del río Campanillas que aseguró habrá que solucionar. Y para abundar en esa normalidad que el regidor insistía en transmitir, desde el centro operativo que vigila toda la ciudad, señaló a los telespectadores una imagen de la cámara de calle Larios para asegurar que los operarios se dedicaban en la tarde del miércoles a montar "las luces de Navidad".
Es cierto que las primeras manifestaciones se produjeron antes de que descargara la tromba pero para las segundas ya no le queda coartada. Así durante el día se sucedieron desde las redes sociales vídeos con vehículos surcando las aguas en el Paseo de los Curas, Carretera de Cádiz, Puerto de la Torre, calle Ayala, Ciudad Jardín, la Plaza Manuel Azaña, o el venero en que se convirtió durante un rato la calle Victoria.
Con el arroyo Mayorazgo, el Gálica, el Jaboneros o el río Guadalmedina, que después de desmadrarse por Casabermeja llegaba a la desembocadura de banda en banda. Y el Campanillas, con la presa de Casasola que se ha mostrado insuficiente para evitar la crecida aguas abajo. Y el Benamargosa, en la Axarquía, que da nombre a la misma localidad, y que también se desbordó. En la misma red social ya citada, Ruiz Sinoga remató: "Estamos lejos de Valencia, pero nuestro sistema hidrológico ya ha mostrado su vulnerabilidad".
La nueva facultad de Psicología y Logopedia se inauguró el 30 de octubre del año pasado con presencia del consejero de la Junta José Carlos Gómez Villamandos. El miércoles afortunadamente los alumnos no tuvieron que presenciar cómo se desplomaba parte de la cubierta por la rotura de dos bajantes a la entrada del salón de actos. La estrenada facultad tardó 15 años en construirse, desde que se aprobó el primer proyecto, y a las primeras de cambio no estuvo a la altura.
La UMA, como el resto de centros educativos de la provincia, no impartieron clase el miércoles En el Campus de Teatinos las goteras también estuvieron presentes, como por ejemplo en la facultad de Turismo y Comunicación. También el agua llegó al parking. El rector de la universidad, Teodomiro López, también ha decidido suspender las clases y las actividades presenciales con estudiantes el jueves "por motivos de seguridad", para evitar desplazamientos y por los daños sufridos "en algunos de nuestros centros". La Junta tomó después la misma decisión para los colegios.
En pleno temporal, otro fenómeno. Hasta tres mangas o trombas marinas se llegaron a las playas del Cable, Cabopino y Puerto Banús, sólo daños leves en alguna embarcación causaron. En la Cala de Mijas, un pequeño tornado barrió la terraza exterior de una gasolinera. En Iznate en la Axarquía descargó una fuerte granizada. A primera hora, los vecinos de la pedanía de los Romanes en la Viñuela también sufrieron una tromba de agua. Más de 40 litros, según algunos medidores locales, directos al pantano que ha ganado cuatro hectómetros en una semana, pero que aún no se encuentra ni al 18% de su capacidad.
Pero uno de los mayores momentos de angustia de la jornada se registró en el Club Hípico de Málaga, en la zona próxima a los Montes. Allí Bomberos, Servicios Operativos y Policía Local del Ayuntamiento se afanaron en rescatar, "excarcelar" es el término oficial empleado, a 39 perros. También a 41 caballos confinados en sus boxes con un metro de agua y lodo. Un arroyo cercano se había desbocado.
También en los Montes, en la localidad de Almogía, la alcaldesa Antonia García asegura que hay más de 30 viviendas anegadas y que, además, los trabajos de reparación, tras el episodio de hace dos semanas, para que los vecinos pudieran acceder a sus domicilios han quedado destrozados. Contabiliza más de 200 kilómetros de carriles destruidos. Cuando pase el temporal habrá que volver a evaluar los costes. En algunas zonas llueve sobre mojado.
Al cierre de esta crónica, AEMET mantenía la alerta roja de la provincia al menos hasta las 8:00 del jueves. Un día antes, el miércoles, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, visitó Málaga para comprobar el alcance del temporal. En teoría, la DANA habrá quedado atrás a medida que avance la jornada y, si no sucede algún episodio no esperado, también verificará que la prevención ha funcionado. Si en Málaga el tiempo forma parte de la conversación habitual, desde el martes la profesión de meteorólogo seguro que encabeza las más valoradas.
En esta información han colaborado María José Díaz Alcalá, Leonor García, Javier Albiñana, Carlos Guerrero, Conchi García, Victoria Bayona, Adrián Gámiz, Luis Vertedor, Ignacio Martín, Laura Plaza, María Jesús Serrano, Javier Flores, José Manuel Olías, Félix Godoy, Javier Cintora y Antonio Méndez
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