¿Cuándo deben dejar de usar los niños el pañal?
CONTENIDO PATROCINADO
El control de los esfínteres parece adquirirse de manera mayoritaria en torno a los dos o tres años, pero siempre hay excepciones. Por lo tanto, urge ser pacientes antes un proceso de maduración que, tarde o temprano, llegará, a pesar de la urgencia que algunos padres muestran por que el niño abandone el pañal.
Lo cierto es que estamos ante un pequeño hito en el desarrollo de los más pequeños, que, según los expertos, se trata de una cuestión de gran envergadura dentro del aprendizaje. No obstante, no cabe presionar para que este momento llegue lo más rápido posible, pues si el sistema de los niños no está preparado para ello, será bastante infructuoso empeñarse en ello: simplemente, todavía nuestro hijo es incapaz de dar el paso.
No obstante, si está preparado para controlar estas necesidades, debemos ser capaces de reconocer ese momento, para que así inicie un aprendizaje que le permitirá adoptar unos hábitos. En suma, el niño debe asimilar cómo abrir o cerrar los músculos de este área.
Pero ¿cuándo debe abandonar el pañal? A juicio de los psicólogos, la mayoría puede hacerlo a los dos años, aunque muchos niños pueden controlar sus micciones y deposiciones poco después de cumplir el año.
En concreto, entre los 12 y los 18 meses, se puede observar cómo el niño reconoce su necesidad de orinar, pues ha alcanzado un nivel de maduración suficiente en el sistema nervioso. Así, alude al pipí, adopta posturas como las piernas en tijera para impedir su salida, realiza gestos y pone caras que delatan que tiene ganas de orinar o defecar. Incluso algunos son capaces de pedir que quieren ir al baño o manifiestan que su deseo por un cambio de pañal.
Pero, sin duda, sobre los 3 años esta meta parece haber sido alcanzada por todos estos pequeños, pues en su mayoría han aprendido a contraer los músculos pélvicos, son capaces de aguantarse las ganas y retener la orina durante cierto tiempo.
En cualquier caso, durante este proceso de aprendizaje, los padres y educadores deben hacer gala de una gran paciencia y tener muy en cuenta algunas de estas pautas:
- Hablarle sobre ello, para que el niño tome conciencia del cambio que se avecina, y abordarlo como un momento ilusionante.
- Evitar reñir a los niños y niñas durante dicho proceso, pues únicamente les ocasiona ansiedad y dificulta que puedan llegar a dominar los esfínteres.
- Procurar que el niño se siente en el orinal a unas horas determinadas del día para crear hábitos, especialmente si hablamos de sus deposiciones.
- Nunca debemos obligarle a que se siente en el orinal. Debe hacerlo de buena gana y sin sentirse presionado.
- No hay que castigarlo por haberse orinado encima.
- Conviene premiarlo cada vez que alcance su meta, pero también si ha estado a punto de conseguirlo pero no ha podido finalmente aguantarse.
En suma, los niños deben abordar este crucial momento cuando estén preparados para ello y no antes. No podemos olvidar que la adquisición del control voluntario de la micción es un fenómeno complejo que depende de la maduración del sistema nervioso central.
También te puede interesar
Lo último