Derriban la villa Acacia en El Palo de Málaga, con más de cien años, para construir un bloque de viviendas

Derriban la villa Acacia en El Palo, en Málaga para construir un bloque de viviendas en su lugar. La vivienda contaba más de un siglo y en esa misma parcela vivió el compositor malagueño del siglo XIX Eduardo Ocón. En 2021, la Gerencia de Urbanismo incoó un expediente para la protección patrimonial del edificio, bajo la premisa de que en la misma había vivido el músico. Pero el mismo decretó que la vivienda no es la misma en la que residió el malagueño. "La hipótesis de que la casa fuese del músico carece de rigor y fundamentación histórica", asegura el documento resultante ya que, sobre la casa, "que fue adquirida a la viudad y al hijo del compositor" se construyó la actual vivienda.

El expediente se impulsó a instancias del Ateneo de Málaga, pero la documentación aportada por los propietarios de la vivienda certifican que "no queda nada", de la residencia donde alguna vez pasó sus días Ocón. La parcela en sita en el número 7 de la calle Marcos Zapata, una zona residencial con baja densidad de construcción en el barrio oriental de la capital.

El compositor la usaría como vivienda de veraneo, ya que residía habitualmente en la torre de la Catedral, donde murió en 1904. Según la documentación aportada por los actuales propietarios, fue un familair suo quien compró la finca con una casa de una planta y 120 metros cuadrados en la que sí habitó el músico. Pero en 1909, comenzó una obra de transformación "para modificar enteramente la edificación existente, cuyos planos, libros de mediciones y presupuestos de los trabajos de construcción fueron aportados a Urbanismo", según señalan desde la Gerencia.

La casa actual consta de dos plantas de 137 metros cada una y 260 en total y tiene una construcción anexa. Igualmente en los libros del constructor, que también aportó al ente municipal la propiedad, "costa el detalle de la demolición de la casa original, la comprada a la viuda y al hijo de Eduardo Ocón", así como el resto de trabajos para la construcción de la nueva casa. Por esto queda acreditado "que la casa actual es la construida por el familiar de los actuales propietarios y no la casa donde vivió Eduardo Ocón".

Destrucción de Villa La Atalaya y Villa Maya

No es la primera villa que se derriba en Málaga en los últimos años. Hace dos veranos, en agosto de 2023, entró la piqueta en villa La Atalaya, en el número 5 de calle Salvador Rueda. El Ayuntamiento también la incluyó en el expediente para estudiar su protección, como con Villa Acacia, en 2021, pero la misma no cumplía los requisitos para formar parte del Plan General para la protección de una edificación ni de interés histórico.

Pasa que, según reconocían desde el Ayuntamiento entonces, los técnicos municipales acudieron a la vivienda varias veces, pero sin éxito, ya que les fue imposible acceder para valorarla y estudiarla. Asimismo, la propiedad, junto con la solicitud de licencia fechada en el 12 de mayo de 2021, aportó un informe pericial firmado por un arquitecto del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga en el que se aseguraba que esta edificación no cumplía las condiciones para ser protegido ni ser incluido en el catálogo de edificios protegidos.

Según el informe pericial la edificación “no era un ejemplo del modelo de villas que se construyeron en ese momento histórico, es un proyecto resuelto con indolencia hacia los valores tipológicos y arquitectónicos de la cultura de su época”. Como resultado, al cumplirse el año de suspensión cautelar que aprobó el Ayuntamiento al proponer la formulación de la modificación del Catálogo de Edificios Protegidos del PGOU vigente, la Gerencia de Urbanismo tuvo que conceder la licencia de demolición para cumplir con la normativa vigente.

Antes, en 2019, cayó Villa Maya, donde residió Porfirio Smerdou, cónsul honorario de México en Málaga en 1936 y esposo de una hermana de Manuel Altolaguirre. Esta, además, tenía un fuerte carácter histórico para la ciudad ya que durante la Guerra Civil Smerdou ocultó allí, para salvarles la vida, a más de 500 personas, primero falangistas y posteriormente republicanos. Esta historia recuerda a la conocida figura de Oskar Schindler, que evitó la muerte de 1.200 judíos durante el Holocausto al emplearlos en sus fábricas y sobornar a dirigentes nazis para que no les llevaran a los campos de concentración. La misma no contaba con ningún tipo de protección, ni valor arquitectónico, más allá del peso histórico que pudiera tener.