Desesperación e impotencia en El Palo, el barrio malagueño en un limbo legal

En el antiguo barrio pesquero de El Palo, unas 4.000 personas viven en casas que se consideran parte de la playa y, tras más de 40 años de lucha, explican que sienten una gran desesperación, incertidumbre e impotencia porque su situación parece congelada en un limbo legal.

"No quisiera morirme sin ver mi casa legalizada, porque soy nacida aquí. Tengo ya 83 años y soy la más chica de trece hermanos. Todos hemos nacido en la misma casa", explica a EFE Sole Herrera, una de las vecinas afectadas.

Según cuenta, la mayoría residen en estas viviendas desde que nacieron y en muchos casos pertenecen a familias que llevan viviendo en el barrio desde hace seis y siete generaciones, pero el suelo en el que están sus casas es de dominio público marítimo terrestre, aunque se encuentran por detrás del paseo marítimo y a entre 60 y 120 metros del mar.

"Tenemos escrituras, muchas están inscritas en el Registro de la Propiedad, desde siempre hemos pagado las facturas, los impuestos… ¿Pero entonces para qué estamos pagando? ¿A qué esperan para cumplir la ley?", lamenta indignada.

Décadas de falsas esperanzas

Manuel Benavides, presidente de la asociación Rebalaje -creada en 2008 para aunar a los vecinos y defender al regularización de estas viviendas de El Palo-, cuenta a EFE que la "lucha" por regularizar la situación de estas 570 viviendas comenzó en los años ochenta.

Explica que en 2013 sus casas quedaron protegidas por la Ley de Costas que aprobó el Gobierno presidido por PP y que, en la disposición adicional séptima, establecía que iban a excluir del domino público los terrenos de doce núcleos de población en algunas localidades de Alicante, Valencia o Málaga, entre las que incluyeron las de El Palo.

Sin embargo, la oposición liderada entonces por el PSOE recurrió la Ley de Costas aunque, posteriormente, el Tribunal Constitucional reconoció que este núcleo de viviendas no pertenecía a la playa.

Desde entonces, el Ministerio competente -actualmente el de Transición Ecológica y el Reto Demográfico- tiene esta zona como 'Límite de Dominio Público Terrestre en tramitación' y los vecinos exigen que se ejecute el deslinde y la línea que separa el terreno urbano del marítimo terrestre -la playa-, se adelante al paseo marítimo y sus casas queden regularizadas.

El Gobierno busca una "solución satisfactoria"

Fuentes del Gobierno aseguran a EFE que están buscando una "solución satisfactoria" para las viviendas de estos vecinos. El subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, y el grupo parlamentario del PSOE están trabajando en una iniciativa parlamentaria para sacar a los vecinos de El Palo del "callejón sin salida" en el que se encuentran.

Según estas fuentes, el PP aprobó en 2013 una disposición adicional séptima de la Ley de Costas por la cual se otorgaba una situación excepcional a las casas de El Palo y a otra docena de núcleos poblacionales del país.

Aseguran que esta reforma legislativa de los populares abocó a estos núcleos de población a un "procedimiento administrativo complejo" que supone que los bienes a desafectar tienen que ser revertidos por los propietarios a Patrimonio del Estado y que estos luego sean devueltos a sus propietarios conforme a la ley, lo que obliga al Estado a una transmisión a precio de mercado.

"El inicio del deslinde abocaría a las casas afectadas a seguir el procedimiento marcado por la disposición adicional séptima que no sería satisfactoria para los intereses de los vecinos", afirman las mismas fuentes.

Sacar a los vecinos de esa disposición séptima es "la solución más óptima", a juicio del Gobierno, que espera que el procedimiento esté definido "en breve" para poder explicárselo a los vecinos.

Viviendas sin rehabilitar y un trato desigual

Mientras tanto, los paleños siguen defendiendo sus viviendas en las protestas que organizan cada martes frente a la Subdelegación del Gobierno en Málaga y los jueves en la Demarcación de Costas.

Algunos, como el presidente de la Asociación de Vecinos Zona Popular de El Palo, Rafael Caparrós, critican también el trato desigual que están recibiendo, ya que núcleos de viviendas en una situación similar -Pedregalejo o La Araña-, sí cuentan desde hace años con el deslinde.

Como concluye Pablo Berlanga, un joven de 24 años cuya familia vive en El Palo desde hace cinco generaciones, continuarán con sus reivindicaciones para que "cuanto antes" se regularice una situación que califican de insostenible, ya que ni siquiera puedan rehabilitar sus viviendas al no poder hacer obras mayores desde hace más de diez años.

"Llevamos muchos años luchando. Nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos... y ahora, nosotros. Es una lucha que va a seguir, porque por desgracia hemos perdido a mucha gente por el camino, pero venimos mucha gente nueva detrás empujando", asevera.