Comienza el ‘desguace’ del astillero de Mario López en el puerto de Málaga

Málaga/Con la presencia de dos buques de crucero, un portacontenedores y el Melillero, lo más destacado en los muelles malagueños en la mañana de este pasado lunes se centraba en la imagen del desmantelamiento de la nave de los astilleros Mario López.

Concluida una primera fase en la que se han transportado a las instalaciones que el grupo Mario López Cernaval tiene en localidad sanroqueña de Campamento todo el material de reparaciones y la maquinaria existentes en las dependencias que ahora se están desmontando, desde la pasada semana, ya con la nave situada en el muelle 5 totalmente expedita, se trabaja en desvestirla de las chapas que la conformaban. Eliminada más del 50% de la cobertura exterior que mira a la dársena de Heredia, estas labores podrían prolongarse entre dos y tres semanas, según ha podido saber Málaga Hoy.

Una vez retirados todos elementos metálicos, la demolición de la base de la nave, de obra, iniciaría una tercera fase; momento en el que se acometerá la destrucción de los muros que delimitan la concesión, así como del edificio de las oficinas del astillero.

Con la previsión de que estas instalaciones hayan desparecido en enero de 2023, en la actualidad, un vigilante y los obreros que están desmontando la nave además de algunos empleados de las oficinas son los habitantes del astillero malagueño; una factoría de reparaciones navales presente en el puerto de Málaga desde hace cuarenta años.

Celebrada una reunión entre responsables de la Autoridad Portuaria y del grupo Cernaval varias semanas después de que el dique Andalucía dejara las aguas malacitanas, la insinuación por parte del Puerto de que esta factoría se dedicara en exclusividad a las reparaciones de grandes yates fue el detonante principal para que esta empresa decidiera dejar el recinto portuario. De esta forma y de mutuo acuerdo entre el Puerto y el grupo Cernaval Mario López se decidió extinguir la concesión del dique flotante, el taller y edificio de oficinas ubicados en el muelle 5; una resolución ratificada ayer en el consejo de administración del puerto y que posibilitará según la Autoridad Portuaria que el espacio del astillero pueda usarse para otro tipo de operaciones logísticas.

Una muy significativa actividad que, aunque ya forma parte de la historia industrial malacitana, no dejará ninguna señal física de su paso por el puerto de Málaga.