Desmantelan una fábrica clandestina de tabaco que trabajaba 24 horas en Alhaurín el Grande
La Guardia Civil ha detenido a diez personas por su presunta responsabilidad y la autoridad judicial ha enviado a prisión a todos ellos
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La Guardia Civil ha desmantelado una gran factoría de tabaco falsificado en Alhaurín el Grande con la detención de hasta diez personas y la intervención de 1.448 cajetillas. Según las pesquisas del Instituto Armado, la fábrica trabajaba durante las 24 horas del día y permitía la distribución de cigarrillos por todo el territorio nacional, proporcionando una facturación estimada de cuatro millones de euros al mes.
La operación Kilin, a cargo de los agentes del Equipo de Policía Judicial de la Compañía de Coín, comenzó el pasado mes de septiembre, cuando los investigadores averiguaron que varias personas dormían en una nave de un polígono industrial situado en Alhaurín el Grande. Después de varias semanas de vigilancia, los agentes llegaron a la conclusión de que la nave albergaba una fábrica clandestina de tabaco donde se elaboraban y falsificaban cigarrillos de cuatro marcas comerciales internacionalmente conocidas, que luego eran distribuidos por todo el territorio nacional.
El pasado 24 de octubre, durante una de las vigilancias de la nave industrial, los investigadores decidieron precipitar la explotación cuando un camión camuflado con matrículas falsas trataba de entrar en las instalaciones.
Productos químicos y maquinaria
Tras la detención del conductor del vehículo, los agentes entraron en la nave y encontraron a nueve personas en su interior. Después de practicar las correspondientes detenciones, el registro del edificio y del vehículo permitió confirmar la actividad de fabricación de cigarrillos falsificados, gracias al hallazgo de productos químicos y diversa maquinaria.
Asimismo, se averiguó que la fábrica tenía una gran capacidad de producción y un considerable nivel de sofisticación, pues los agentes hallaron un "potente" equipo electrógeno autónomo para alimentar la maquinaria, así como 500 litros de combustible para garantizar su funcionamiento. Para evitar ser detectados, los operarios habían insonorizado el generador y fabricado una tubería para la expulsión de los gases.
Los agentes intervinieron en el registro un total de 1.448 cajetillas de cigarrillos listas para su venta, así como 2.040 kilogramos de picadura de tabaco, abundante material, como papel, filtros o boquillas, diversa maquinaria, planchas serigrafiadas con el nombre de las marcas comerciales y cajetillas para ensamblar.
Los diez detenidos fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, quien decretó el ingreso en prisión de todos ellos por su supuesta autoría en los delitos de pertenencia a organización criminal, contrabando de tabaco, contra la propiedad industrial y falsedad documental.
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