La despedida a un comandante en su último vuelo a Málaga: "Feliz jubilación, aviador"

El comandante Pedro Picón tiene un sabor agridulce. El sábado realizó su último vuelo a los mandos de un avión, el último con destino a Málaga. Se trata de un querido profesional de la aerolínea Vueling que pone fin a sus años de servicio.

El experimentado piloto, una "magnífica persona", en palabras de los controladores aéreos, fue recibiendo felicitaciones a través de distintas frecuencias mientras cubría la ruta entre Tenerife y Málaga. "Don Pedro Picón, el equipo de control de la torre de Málaga quiere expresarle los mejores deseos para esta nueva etapa que se abre ante su merecida jubilación. Que nada se interponga en su camino y que los vientos le sean siempre favorables", recogía el mensaje de despedida.

El colofón llegó en Málaga, cuando, por sorpresa, el avión pilotado fue escoltado por tres vehículos del aeropuerto, según publicaron poco después los controladores aéreos a través de su cuenta en Twitter.

El comandante, por su parte, respondió agradecido "por todo el día que me habéis proporcionado". "Ha sido una maravilla y una sorpresa. Esperemos que la aviación nos permita retirarnos de la forma más buena posible", expresó Picón, que consideró la sorpresa "un detallazo".

Para concluir, los controladores mostraron el recorrido y las maniobras del último aparcamiento en pista protagonizado por el piloto. "¡Feliz jubilación, Aviador!", recoge la publicación.

El rezagado que se coló en plena pista del aeropuerto

Unos días atrás, el aeropuerto de Málaga fue el escenario de una peculiar escena en la que un pasajero, que había llegado tarde a su vuelo, se coló en plena pista para tratar de subirse al avión. El embarque ya había cerrado. Pero, no le importó. Sorteó todos los obstáculos y consiguió colarse en plena pista, cometiendo un delito grave contra el tráfico aéreo, apuntan fuentes cercanas al caso. Como era de esperar, la aeronave no lo esperó. El individuo fue identificado y denunciado por la Guardia Civil.

Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo 11 de junio cuando las puertas de embarque para el vuelo de la compañía Ryanair con destino a la ciudad de Fez, situada en el país marroquí, cerraron. Los pasajeros se encontraban ya en sus asientos, esperando el despegue, excepto uno.

Uno de los viajeros que había comprado el billete para desplazarse en el vuelo que estaba a minutos de partir no llegó a tiempo. Su embarque en el vehículo ya era imposible. Insistente, no acató la norma y trató de subir en el avión fuera como fuese.

Con una mochila de color roja a sus espaldas como único equipaje, sorteó todos los obstáculos que los trabajadores de la compañía aérea interpusieron para impedirle el paso y se coló en el túnel -también conocido como finger-, que conecta el aeropuerto con el avión, por el que los pasajeros acceden habitualmente a la nave.

Sin embargo, la pasarela de abordaje ya estaba desconectada del avión, pues estaba previsto que en apenas unos minutos un tractor remolcase el vehículo y lo desplazase hasta la calle de rodaje para terminar finalmente en la pista de despegue. El impuntual pasajero, desesperado, trataba de explicar con señales a los trabajadores que se encontraban en la pista que tenía que subir al avión.

Ante la negativa del personal de la aerolínea, el viajero no lo pensó dos veces e intentó bajar desde el túnel, situado a unos pocos metros de altura, hasta la pista. Finalmente, terminó cayendo recibiendo un fuerte impacto contra el suelo, si bien, pudo levantarse por su propio pie.

El propio aeropuerto activó todos los protocolos y la Guardia Civil se hizo cargo del asunto, procediendo a su identificación. Además, los agentes le interpusieron una denuncia por una infracción contra la ley de seguridad aérea.