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Fumando, con síntomas de embriaguez y desobedeciendo las indicaciones de la tripulación. Así viajaba, presuntamente, un pasajero a bordo de un avión, que tuvo que ser desviado con urgencia a Málaga. Se trataba de un viajero "altamente conflictivo", según la información difundida por los controladores aéreos en su cuenta de X (@controladores).
El incidente ocurrió esta semana. Un A320 de la compañía Easyjet que partió desde Agadir (Marruecos) con destino Lyon se vio obligado a desviarse al aeródromo malagueño ante la actitud desafiante que mantenía uno de los pasajeros. La tripulación avisó a la torre de control de que el individuo no obedecía sus instrucciones y le informó de que precisaba aterrizar lo antes posible. El hombre iba, al parecer, bebido, pero, además, estaba fumando, un comportamiento que en España la normativa tiene prohibido en los aviones desde los años 90. Y esta restricción incluye cigarrillos, puros y vapeadores. Esto aplica tanto en la cabina como en los baños. Tampoco se puede consumir bebidas alcohólicas.
Tras lo ocurrido, la torre de control facilitó "descenso continuado y ruta directa en lo posible para aproximación". Mientras tanto, los responsables coordinaron con el aeropuerto "la presencia policial a su llegada", explican los controladores. Los agentes se hicieron cargo del individuo que, supuestamente, había protagonizado los hechos, aunque se desconoce si adoptaron medidas contra él. El avión pudo continuar después su ruta hacia Marruecos, como tenía previsto inicialmente.
Los controladores aéreos difundieron también un mensaje de apoyo dirigido tanto a las tripulaciones como a los pasajeros, "que tienen que soportar estas situaciones" , cada vez "más habituales".
Durante un vuelo, hay una serie normas y pautas que los pasajeros deben cumplir para garantizar la seguridad y comodidad del resto. Una de ellas, seguir en todo momento las instrucciones de la tripulación, preparada para manejar situaciones de emergencia. Ha habido casos en que, si el pasajero se ha mostrado muy violento, ha sido amarrado con bridas, pero no es lo habitual, según los controladores.
Hace solo unas semanas, un curioso suceso sorprendía al pasaje de un vuelo con destino a Málaga. La presencia de un ratón, que al parecer apareció en la comida de una pasajera, ha obligado a un avión que se dirigía a la capital de la Costa del Sol a aterrizar en Dinamarca, según aseguró entonces un portavoz de la compañía aérea Scandinavian Airlines System (SAS), operadora del vuelo, a la agencia AFP.
A tenor de los datos facilitados por la compañía, la aeronave volaba desde Oslo, capital de Noruega, hasta Málaga, cuando el roedor fue descubierto a bordo del pasaje y obligó a parar de imprevisto en Copenhague. Por protocolo, los pasajeros realizaron el resto del viaje en otra aeronave, y se procedió a realizar una inspección en la que apareció el pequeño polizón. "Lo crean o no, una señora sentada a mi lado abrió su comida y un ratón apareció de un salto", publicó uno de los viajeros en su perfil de Facebook.
Cabe recordar que no es el único imprevisto surgido en las últimas semanas en un avión con destino a Málaga. La noche del 28 de agosto una mujer que volaba de Barcelona a Málaga, acompañada por un hombre, protagonizó un altercado a pocos minutos de que partiera el avión que obligó al desalojo de todos los pasajeros. El desencadenante, que el suelo donde se ubicaba su asiento supuestamente tenía restos de galletas, acomodándose sin permiso en otra butaca más espaciosa y que suponía un coste adicional, según pudo saber Málaga Hoy.
La aeronave de la compañía de bajo coste Vueling tenía previsto partir sobre las 22:10 desde el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y aterrizar en Málaga apenas una hora y media después. Si bien, varios retrasos demoraron el embarque. Sobre las 23:05, los viajeros esperaban ya en sus asientos asignados a que el avión despegara cuando una mujer llamó la atención de una azafata para protestar por la suciedad que había en la moqueta de su parcela. Según manifestó, había restos de galletas.
La empleada le habría pedido disculpas y justificado que se debía a la rapidez entre un vuelo y el siguiente, además de darle la opción de poner una reclamación. Parecía que la cosa había quedado ahí y la mujer, acompañada por un hombre, se había quedado conforme con las explicaciones de la tripulación cuando se cambió a un asiento que era más espacioso y requería un añadido económico en el precio del billete.
Aena enumera una serie de prohibiciones, entre las que están:
A estas indicaciones se suman cualquier tipo de comportamiento que pueda afectar a la seguridad o al normal desarrollo de las actividades del aeropuerto o a la alteración del orden público. Señalan que estas acciones pueden conllevar el desalojo del aeropuerto y la denuncia ante las autoridades competentes.
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