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Fernando Germán Benítez | Fiscal delegado de Medio Ambiente en Málaga
Málaga/Pese a que Moreno Bonilla aseguró que se “dará caza a los asesinos” que provocaron el incendio de Sierra Bermeja, la práctica dice que es un tarea ardua y compleja. El fiscal delegado de Medio Ambiente en la Fiscalía Provincial de Málaga, Fernando Germán Benítez, asegura que la dificultad a la hora de juzgar este tipo de delitos por los que se prende fuego al monte intencionadamente es probar la autoría de los hechos. “El que se preocupa de incendiar un bosque lo hace en condiciones en las que procura no ser descubierto”, afirma.
Subraya el fiscal que, a diferencia de los incendios por imprudencia, “en los que se suelen dejar pruebas y restos de la acción por el terreno”, en los incendios dolosos el autor se preocupa de ocultar su rastro y “el monte es muy grande y todo el mundo puede suponer lo sencillo que es pegarle fuego al monte y salir sin que nadie te haya descubierto”.
Y sin pruebas en el lugar de los hechos, la única manera de que se pueda demostrar la autoría es que haya “testigos que te puedan identificar o te pillen in fraganti”. He ahí la complicación de estos casos.
También aseguró Moreno Bonilla que iba a pedir el aumento de la pena parta estos delitos, Benítez baja los pies a la tierra. El aumento punitivo es completamente innecesario: “Las penas para este tipo de delitos son de las más elevadas que hay en el Código Penal. La pena por un delito intencionado con peligro para la vida, como es este es el caso, es de 10 a 20 años de prisión. Tiene más pena que el delito de homicidio que es 10 a 15 años, la misma pena que un asesinato, entonces, decir que se van a elevar las penas es un brindis al sol”.
En la memoria de la Fiscalía de 2019 –la última disponible–, no hay rastro de sentencia condenatoria, pese a que aumentaron los procedimientos judiciales incoados por incendios forestales –39 frente a los 9 del año anterior–. El profesor de Derecho Penal de la UMA José Luis Rodríguez Candela lo explica: “cuando en los delitos de incendio no se ha producido un riesgo para la integridad de las personas y es un incendio forestal se castiga como daños, lo que se inicia como un procedimiento por incendios se acaba castigando como un incendio como daños”. Esto, unido a la falta de pruebas para determinar la autoría son las explicaciones que Rodríguez Candela da a esta casuística.
En cuanto al origen del incendio, la Fiscalía advirtió que los primeros informes muestran la existencia de varios focos iniciales originados de forma prácticamente simultánea y cercanos a sendos puntos de una carretera poco transitada, lo “que puede apuntar a una etiología intencional”. Al parecer, el autor o autores del fuego habrían utilizado un líquido inflamable, probablemente gasolina.
Hay quién apunta a las recalificaciones de terreno cuando busca las causas intencionadas de un incendio como el que se ha producido en Sierra Bermeja. La llamada Ley de Montes es clara, en los 30 años posteriores al incendio no se podrá cambiar el uso forestal de de las superficies incendiadas. De ahí que Fernando Germán Benítez se muestre tajante: “La recalificación no es un motivo para prender un bosque, no creo que tenga nada que ver con eso el motivo del incendio. Cuando descubramos quién es el autor, si lo descubrimos, intentaremos saber cuál es el motivo por el que lo ha hecho, pero desde luego no es la recalificación del terreno”. José Luis Rodríguez Candela, profesor de Derecho Penal de la Uma, asegura que, además, con el Código Penal en la mano, el juez que instruya este caso puede acordar que se impida la recalificación del suelo en el plazo de 30 años, además de limitar o suprimir los usos que venían siendo llevado a cabo en las zonas afectadas por el incendio.
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