La donación de hueso y tendones hace posible más de 500 operaciones al año

Las técnicas se llevan realizando muchos años, aunque siempre quedan eclipsadas por los trasplantes · Los fragmentos óseos se usan sobre todo para lesiones en las que es necesario dejar fija la columna

La donación de hueso y tendones hace posible más de 500 operaciones al año
La donación de hueso y tendones hace posible más de 500 operaciones al año
Leonor García / Málaga

05 de septiembre 2011 - 01:00

Hace años que las familias de personas fallecidas donan huesos y tendones. Y hace años que de esa generosidad se benefician cientos de enfermos. Sin embargo, es una actividad poco divulgada y que siempre queda eclipsada por los trasplantes de órganos. Cada año más de 500 enfermos encuentran una solución a su problema de salud gracias al injerto de estos tejidos que no pueden comprarse a ningún laboratorio y que solo se consiguen con solidaridad. "Los donantes de órganos salvan vidas. Los de tejidos mejoran la calidad de vida de muchas personas porque mejoran los resultados de ciertas cirugías", explica el coordinador de Trasplantes de Málaga, Miguel Ángel Frutos.

Esta alternativa quirúrgica es posible en primer lugar por los donantes. Pero también, gracias a los coordinadores de trasplantes que consiguen la donación, a los técnicos del Banco de Tejidos que procesan los huesos y tendones para su conservación y a los traumatólogos que hacen los injertos. Cuatro de cada cinco intervenciones que recurren a un implante óseo de donante cadáver son fijaciones de columna. Esta operación se hace cuando se gastan los discos entre las vértebras y el dolor es incapacitante. Los traumatólogos ponen tejido óseo donado entre vértebra y vértebra y raspan la capa superficial del hueso del paciente. Esta técnica tiene el mismo efecto que si se produjera una fractura: pone las células madre del hueso del paciente a trabajar. Así, los cirujanos las engañan y hacen que creen tejido óseo donde antes había un disco. El resultado es que la columna en ese tramo no se articula, pero se elimina el dolor incapacitante.

"Sin saberlo, los traumatólogos estamos utilizando las células madre desde principios del siglo XX. El hueso de donante sirve de andamio para que las propias células del paciente organicen allí un nuevo tejido óseo", indica el jefe de Traumatología del Hospital Carlos Haya, Francisco Villanueva. El tejido óseo de donante también se emplea para rellenar la zona de un hueso que ha tenido que ser extirpada por un tumor o para fracturas que tardan en soldar. En este último caso, el tejido donado ahorra trabajo al paciente porque sus células no tienen que regenerar toda la parte lesionada, sino que solo tienen que colonizar el injerto.

Las familias que donan tejidos deben saber que cada vez ayudan a más enfermos. En 2008 se utilizaron para injertos 290 piezas óseas; en 2009, 315 y en 2010, 327. El uso de tejido tendinoso ha tenido más oscilaciones. Trece en 2008, 25 en 2009 y 20 en 2010. Los tendones donados se emplean sobre todo en injertos para sustituir ligamentos cruzados de la rodilla cuando fallan los del paciente. Entre los beneficiarios de las donaciones de tejido osteotendinoso hay desde niños a ancianos. En los pequeños se utilizan los injertos para corregir deformaciones de columna o rellenar partes de huesos extirpadas por un tumor. En los adultos, además de para estos usos, se emplean sobre todo para reparar lesiones provocadas por la artrosis.

A diferencia de los órganos -como riñón o hígado- en los que hay que mantener sus células vivas para el trasplante, en los tejidos están muertas. De hecho, estas donaciones se congelan a 80 grados bajo cero y no se pueden utilizar hasta que no pasan un par de meses. Debido a que es tejido muerto, el enfermo que recibe el injerto no necesita tomar medicación antirechazo como sí ocurre en los trasplantes. También hay una diferencia en la forma en que se produce la donación. En los órganos, es necesario que ya no haya actividad en el cerebro pero que el corazón esté latiendo. Por eso, una persona que muera de un infarto no puede donar órganos. Pero sí puede donar tejidos, entre los que se incluyen huesos, tendones, córneas, piel y válvulas cardiacas. Miles de pacientes se curan cada año gracias a estos donantes de tejidos.

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