Dos años de Covid en Málaga: La pandemia en primera persona

El Covid deja en estos dos años historias de pérdidas, superación, solidaridad y esfuerzo

Supervivientes, trabajadores y voluntarios desgranan sus vivencias de esta crisis sanitaria

Dos años de Covid en Málaga: La pandemia en primera persona

Málaga/Han pasado dos años de pandemia. En este tiempo, el Covid ha golpeado a todos. Cada uno tiene su propia historia. Este reportaje reúne apenas un puñado de testimonios en primera persona.

Como el de Ana Belén Sánchez, una embarazada que tuvo la mala fortuna de contraer el virus apenas unos días antes de dar a luz. Fue hace un año. Hoy son ejemplos de esperanza porque ambos están sanos y felices. Eric, ya a punto de echar a andar.

Historias como la de Antonio Leal, otro superviviente del Covid. Es uno de los pacientes que más tiempo ha estado hospitalizado en España debido al virus. En total, pasó ingresado 343 días, 74 de ellos en la UCI del Clínico. Él es un ejemplo de lucha, la de miles de enfermos por superar las secuelas. Tras tanto tiempo hospitalizado no ha vuelto a caminar. Pero sigue intentando mejorar cada día.

Son relatos muchas veces duros. Como el de Javier Barranquero, que en 11 días perdió a sus padres por el Covid. Tenían 82 años. Pero hasta que no se les cruzó el Covid envejecían sanos y felices. Su testimonio es de dolor y ausencia; la que dejan los que se han ido en estos dos años. Paradojas de la vida, delante de su casa donde posa para la foto alguien ha hecho una pintada que pone “No hay Covid”. Pero Javier sabe que sí y que es el virus que le arrebató a sus padres.

Imad Ben Abdellatif ha luchado contra el Covid en la UCI del Clínico casi desde el inicio de la pandemia. Este médico intensivista se ha puesto el EPI cientos de veces. Dice que lo que más les satisface a los profesionales es “ver de pie” a pacientes a los que han conocido sedados, inconscientes y conectados a un respirador; en ese delgado filo entre la vida y la muerte. “Verlos recuperados nos ayuda a seguir luchando”, sostiene. En esta crisis, él ha trabajado en la zona más sensible del hospital de la provincia que más pacientes ha tenido ingresados con Covid.

Durante este tiempo también ha habido historias de mucho esfuerzo y solidaridad, como la de los enfermeros jubilados que se apuntaron a la campaña para vacunar en verano y arrinconar antes al virus. Francisco Cuevas es uno de ellos. Cuenta que sólo querían arrimar el hombro en esta crisis sin precedentes. Es uno de los cientos de casos de personas solidarias y de profesionales –desde los sanitarios, hasta los policías, las trabajadoras de ayuda a domicilio o los cajeros de supermercado– que durante estos dos años han estado al servicio de los demás.

Cada historia conmueve. Cada relato de estos cinco protagonistas enfoca a su manera vivencias personales, miedos, pérdidas y, todavía, incertidumbres. Cuenta Barranquero que cuando sus padres estaban en el hospital, a veces uno mejoraba y otro empeoraba. “Era una montaña rusa de sentimientos”, resume. Y quizás sea esa la mejor definición emocional de esta pandemia: una montaña rusa de sentimientos...

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