La defensa del dueño de la finca culpa a una piqueta de la muerte de Julen
Los abogados remiten un informe al juzgado en el que apuntan que pudo provocarle un golpe en la cabeza durante el rescate
La defensa de David Serrano, el dueño de la finca de Totalán en la que falleció el pequeño Julen, intenta demostrar ahora que su muerte se produjo posteriormente a la caída al pozo, esto es, durante las tareas de rescate. De confirmarse, ello supondría un giro al caso, que sigue su curso con la toma de declaraciones a los diferentes testigos para esclarecer los hechos.
Así lo recoge un informe que los abogados han remitido al Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, en el que se muestra un análisis de la maniobra de rescate y se precisa que fue una piqueta de acero que los servicios de emergencia introdujeron en las primeras horas del rescate la que pudo provocar el traumatismo craneoencefálico que, según reveló la autopsia, le ocasionó la muerte al menor.
“Se apunta a que puede ser posible. No es concluyente ni definitivo, sino la piedra de toque. Tiene que valorarlo la jueza”, señalaron fuentes de la defensa. Asimismo, en el escrito enviado a la instructora se solicita la práctica de una serie de pruebas que permitan arrojar más luz al caso y confirmar su hipótesis. “La investigación está aún en fase temprana. Es un momento delicado”, precisaron las mismas fuentes.
En el documento, que ha sido elaborado por uno de los letrados que forman parte de Lawbird Legal Service, el bufete que representa al dueño de la parcela, también se pide que sean citados a declarar varios bomberos y guardias civiles que intervinieron el día en que el que se produjo el accidente para afianzar la teoría que ahora defiende el responsable de la finca.
El informe reflaja que se produjeron “un total de 10 impactos violentos en los que la piqueta perforó la superficie del tapón, pudiéndose establecer que las cuatro últimas penetraron al menos 35 centímetros en su interior, distancia superior a la que se encontraba la cabeza del menor, con una fuerza de 50 kilos en punta”, según El Mundo. Asimismo, los abogados apuntan que el hecho “de que tras extraer la piqueta por última vez, en torno a las 21:00 del día del incidente, se recogiesen de su extremo ocho pelos pertenecientes al menor, tres de ellos con raíz telógena” lleva a preguntarse “qué otra tesis alternativa a la del impacto directo contra la cabeza del menor puede llegar a explicar la presencia de esos restos biológicos en la punta de la piqueta?”.
David Serrano es, por el momento, el único investigado en el proceso por un delito de homicidio imprudente. Durante su declaración en la Ciudad de la Justicia, que tuvo lugar la semana pasada, afirmó ante la jueza en un “intenso interrogatorio” que no vio caer a Julen y que antes advirtió del riesgo de lesionarse en el pozo que él tapó con hormigón, aunque nunca imaginó que en él podría introducirse una persona.
Tras declarar ante la jueza, uno de sus letrados, Juan Martínez, pidió ante los medios de comunicación “comprensión” para todas las partes afectadas, entre ellas su patrocinado, que sigue “conmocionado” por la desgracia. Así, recalcó que “hay un investigado por un presunto delito –de homicidio imprudente– y no un culpable ni un cabeza de turco, menos aún un chivo expiatorio”, apostilló, mientras que también subrayó que todavía “queda la duda de cómo fue la caída”.
El viernes, fueron los padres de Julen los que acudían a declarar como testigos. José y Victoria revivieron cómo se produjo la caída del niño poco después de que llegaran a la finca en la que tenían previsto hacer una comida familiar. Su abogada, Antonia Barba, destacó al finalizar la declaración de la pareja que la Justicia “esclarecerá si hay responsables”.
Senderistas dicen que el pozo no se veía a simple vista
Los tres senderistas que acudieron a ayudar a los padres de Julen después de que se produjera la caída del pequeño declararon ayer como testigos en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, encargado del caso, para manifestar lo que vieron cuando llegaron al lugar, indicaron a Europa Press. Julen cayó el domingo 13 de enero a un pozo de tan sólo 25 centímetros de diámetro y de algo más de 70 metros de profundidad. Su cuerpo fue encontrado a las 1:25 de la madrugada del sábado 26 de enero por los equipos de rescate que lo buscaban desde el momento del suceso. Las tres personas que comparecieron fueron las primeras en llegar a la finca donde estaban los padres del pequeño, el dueño de la parcela y su pareja tras el suceso y avisaron a los servicios de emergencia ante el nerviosismo de los familiares. Según fuentes del caso, declararon que no recuerdan si había bloques de hormigón y que el pozo no se veía a simple vista. Aparte de los senderistas, en estas diligencias del juzgado han declarado como testigos los padres del pequeño, quienes ratificaron lo manifestado en la Guardia Civil.
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