El duro verano de la sanidad pública malagueña
Salud dice que hay más camas, pero los sindicatos protestan por la baja contratación, usuarios por las esperas y médicos por el recorte de actividad de tarde
La Consejería sostiene que ahora hay en el SAS 4.674 profesionales más en Málaga que en 2018
Médicos del Clínico de Málaga se rebelan contra un recorte que "aumentará las listas de espera"
Alertan que el "recorte" estival del SAS en Málaga obligará a cerrar camas y consultas
Málaga/La Consejería de Salud defiende su gestión, ve el vaso medio lleno y precisa que este verano la provincia de Málaga tiene 787 camas más en la sanidad pública que el año pasado. Asegura además que ahora hay 4.674 profesionales más que cuando gobernaba el PSOE.
Pero sindicatos, profesionales y usuarios ven el vaso medio vacío y hacen un análisis más crítico de la situación al describir un duro verano por la falta de personal, cierre de camas y de consultas. De julio a septiembre cada mes falta un tercio de la plantilla, que se va de vacaciones. Hay puestos que por su especialización no son fáciles de cubrir para un mes y categorías profesionales que escasean, pero el quid de la cuestión es la falta presupuesto. “El problema es el dinero”, resume el delegado del Sindicato de Enfermería (Satse) en el Hospital Regional, Ignacio Anguita. Lo admitió la dirección del Clínico en un documento interno en el que informó de los recortes estivales. Su encabezado era:“Reducciones de actividad por dificultad presupuestaria”.
Así que –sobre una plantilla ya deficitaria, en una provincia con más población de hecho que empadronada y que además se multiplica por el aluvión veraniego– cada gestor hace malabarismos y encaja las restricciones presupuestaria como puede. Por su parte, los trabajadores se van un mes de vacaciones y antes o después, pagan con sobrecarga de trabajo, el descanso de los compañeros.
“Hay recortes en todos los centros, en unos más y en otros menos, sobre todo en el capítulo de personal porque el presupuesto es insuficiente”, asegura el presidente del Sindicato Médico de Málaga, Antonio Martín, quien reitera su demanda de un rescate de la sanidad pública mediante una inversión extraordinaria a nivel autonómico de unos 5.000 millones de euros.
La Consejería de Salud hace hincapié en su “importante esfuerzo” para mejorar las infraestructuras sanitarias y la inversión desde 2019 de 240 millones de euros, lo que supone un 376% más que lo destinado desde 2011 a 2018. Además concreta que frente a los 16.925 trabajadores que tenía la sanidad pública malagueña en 2018, ahora cuenta con 21.599 (4.674 más) y que de 1.658 camas de hospital que se utilizaron en el verano de 2022, en este periodo estival hay disponibles 2.445 (787 más).
Sin embargo, UGT, CCOO, CSIF, Satse y Sindicato Médico han emitido diferentes comunicados en las últimas semanas para arremeter contra el Plan de Verano del SAS.
Según UGT, en el Regional, las 71.959 jornadas contratadas en el verano pasado, este año se han reducido a 44.169. Además, este sindicato denunció a mediados de julio que mientras pacientes esperaban más de la cuenta en Urgencias por sitio en planta para ser ingresados, había más de 140 camas cerradas. Eva Cañas fue uno de esos enfermos afectados. Otro fue Luis Gutiérrez, que a sus 80 años tuvo que esperar unas 30 horas para su hospitalización. Al final, la presión asistencial obligó al hospital a abrir 30 camas. El centro sanitario niega el concepto de camas cerradas porque esgrime que “están disponibles en función de las necesidades”.
Anguita explica que de los 2.000 enfermeros que tiene el Regional, un tercio están de contrato y que hay más de 300 puestos sin cubrir. Así que la plantilla se queda más que corta por lo que en periodo estival –con un tercio menos de trabajadores– no hay más remedio que cerrar camas y consultas. Carlos Bueno, delegado de UGT en el centro sanitario acota: “En verano tienen que cerrar consultas para llevarse personal a las plantas”.
En el Clínico se han cerrado camas en la tercera planta, en la cuarta, en la sexta, en la UCI... En total, un centenar. Otras 30 en el Hospital del Valle del Guadalhorce y 20 más en el Marítimo. Además, se suspende desde el 1 de agosto la actividad extra de tarde (continuidades asistenciales) de al menos una docena de especialidades. Con este recorte que afecta exclusivamente a los facultativos, según Martín, “le han metido la mano al bolsillo a los médicos”. La medida ha indignado a estos profesionales que han remitido varios escritos a la gerencia en los que se eximen de responsabilidades por el incremento de listas de espera y morbimortalidad (los pacientes que enferman y los que mueren) que, estiman, traerá aparejada la medida.
También el Colegio de Médicos ha intervenido en el asunto para advertir de los retrasos que puede ocasionar en los tratamientos oncológicos, de la posible mortalidad de pacientes cardiacos y que el otoño será “muy complicado” por ese recorte asistencial.
El facultativo del Clínico José Manuel García Pinilla explicaba que pruebas que se hacen en ese tiempo extra de trabajo de tarde –actividad que se recorta desde agosto– son imprescindibles para valorar la función cardiaca antes de empezar una quimioterapia, de continuarla o de dar el visto bueno para una operación. Sin esas pruebas, esos tratamientos e intervenciones se frenan. Otro tanto ocurre con los estudios que hace Anatomía Patológica, que son esenciales para iniciar tratamientos oncológicos. “De esos retrasos en el diagnóstico y tratamiento se derivará un aumento de la morbimortalidad en el área de referencia del Clínico de la que no nos hacemos responsables. Serán responsables los que hayan tomado la decisión unilateral” de recortar las continuidades asistenciales, afirmaba.
Las críticas de sindicatos y profesionales de los últimos días se centran en los dos principales hospitales de Málaga, pero todos aseguran que en general, éste será un verano muy duro en la sanidad pública. Para los trabajadores y para los pacientes...
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