"Hay que educar en hábitos saludables y enseñar a las familias a comer"

carlos carrasco. médico escolar y secretario general del colegio de médicos

Defiende la necesidad de un nuevo Hospital Regional, aunque advierte que su ubicación propuesta detrás del Materno Infantil puede suponer problemas de accesibilidad

Carlos Carrasco en el Colegio de Médicos de Málaga. / Fotografías: Javier Albiñana
Leonor García

14 de enero 2018 - 02:05

Carlos Carrasco es buen conversador. Se hable de viajes, de hábitos de vida saludable, de carriles bici o del déficit de infraestructuras sanitarias. Facultativo de familia, este sevillano forma parte del equipo de médicos escolares que trabajan en los centros educativos públicos. Es secretario general del Colegio de Médicos, puericultor y viajero.

-La figura del médico escolar es poco conocida...

-Es muy poco conocida. Nuestro ámbito de actuación son los colegios públicos; en Infantil y Primaria; en el ámbito privado no se conoce. A los institutos, no llegamos.

-¿Y debería ampliarse a Secundaria?

-Sería ideal porque ahí hay una población adolescente con una problemática muy específica.

-¿Cuántos son?

-En la provincia somos 17 y dependemos de la Delegación de Educación. Yo estoy en Ciudad Jardín, pero llevo también Casabermeja y Colmenar. Yo llevo 26 años en esta función, pero los equipos, que se llaman de orientación educativa, llevan unas tres décadas. Hay médicos, logopedas, psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales.

-¿En qué consiste vuestro trabajo?

-Trabajamos sobre todo con niños con discapacidad, con déficits; con alumnos con necesidades educativas especiales. Hay casos de autismo, síndrome de Down, de Asperger, parálisis cerebral... Es la atención y la adecuación de la escuela a este tipo de alumnos. Pero por la amplitud de funciones que tenemos, se abre a mucho más ámbitos. Hacemos programas de hábitos saludables, tenemos un plan de prevención de obesidad infantil, de prevención de caries... Nosotros supervisamos esos programas y hacemos un asesoramiento al profesorado sobre lo que tiene que hacer. Otras veces, nosotros nos metemos en el aula y hacemos alguna actividad conjunta, bien con el alumnado, con el profesorado o con los padres. A los profesores por ejemplo le enseñamos cómo actuar ante una crisis epiléptica, una hipoglucemia... Tenemos una magnífica relación con el Hospital Materno, con Endocrinología y el Aula del Diabetes. Cuando un alumno ingresa en el hospital porque debuta con una diabetes, nos llaman y ponemos en marcha un protocolo, vamos al colegio, hablamos con los profesores...

-¿Ayudan a los profesores, pero también contribuyen a normalizar una enfermedad de un alumno? Porque es importante que su entorno educativo sepa que ese niño está encajando un momento complicado de su vida.

-Claro. Cuando el niño vuelve al colegio hablamos con el alumno, con los padres... Desdramatizamos mucho el tema, sobre todo con los padres; porque los padres suelen estar más preocupados que los niños. Nosotros hacemos el apoyo a los padres y al profesorado. Ese niño varias veces en su horario escolar se va a hacer una prueba de glucemia, incluso delante de los demás alumnos.

-Es una manera de que los compañeros participen en un proceso personal de un alumno porque de alguna manera ellos son parte de su soporte...

-Claro, y que lo vean como una cosa normal. Estos alumnos con diabetes son los únicos que pueden comer durante una clase [para mantener sus niveles de azúcar].

-¿Y qué otras actividades hacen estos equipos?

-Hacemos semanas de hábitos saludables, escuela de espalda para enseñarles cómo sentarse adecuadamente o cómo llevar la mochila. Incidimos en la importancia de hacer ejercicio, de fortalecer la musculatura. A los más pequeñitos, como en un juego, les explicamos cómo se tienen que cepillar los dientes. Y además, en forma lúdica, intentamos inculcar hábitos saludables.

-¿Y qué pasa con el exceso de peso?

-Es la gran preocupación que tenemos los médicos porque hemos llegado a unos índices de sobrepeso que nos llevan a enfermedades crónicas. Hay que educar en alimentación y hábitos saludables y enseñar a las familias a comer. Además, hay que incidir en la necesidad de ejercicio porque la vida sedentaria nos condiciona a un desequilibrio porque el sobrepeso, sobre todo en la población infantil, es impresionante. Andalucía es una de las regiones de España que padece el mayor índice de sobrepeso en población infanto-juvenil. Algo preocupante porque si no lo controlamos, a corto y medio plazo va a incidir en mayor diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia; que son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

-Justamente la Junta trabaja en un proyecto de ley para poner coto a la bollería y los refrescos en los colegios. ¿Cómo lo ven?

-Es una medida correcta. La llevábamos reivindicando mucho tiempo. Bienvenida sea la decisión. Creo que es equiparable a la limitación que se hizo del tabaco en los establecimientos de hostelería.

-¿Cómo ve la calidad de la comida de los comedores escolares.

-No es mala, pero hay que dividir entre los que comedores que elaboran su comida y los que tienen catering. El catering no es malo, se supervisa, pero algunos catering dejan que desear. Hay que controlarlo más. El comedor escolar debe ser una herramienta educativa. Creo que los comedores en los que se hace la comida in situ son mejores.

-El Sindicato de Enfermería reivindica la enfermera escolar. ¿Es necesaria?

-Cuantos más recursos se pongan mejor. Si hubiera una enfermera escolar, fantástico. Pero creo que es utópico.

-¿Con las vacunas estos equipos escolares tienen que hacer seguimiento?

-Cuando se hace la primera matriculación en los centros, al presentar la documentación, se le pide a los padres que aporten la cartilla de las vacunas. Controlamos que estén completas. El calendario de vacunas de Andalucía es bastante completo y el índice de cumplimiento es muy alto.

-¿No hay problemas con los antivacunas?

-Yo no los he tenido.

-¿Hace falta más actividad física en el horario escolar?

-Habría que meter más horas y favorecer las actividades extraescolares de ejercicio físico.

-Bueno, el proyecto de ley en el que trabaja la Junta aumenta a un mínimo de cinco horas semanales la actividad física... ¿Y hay que impulsar el deporte en la comunidad?

-Sí, hay que impulsar el deporte comunitario. Hay que pegar un achuchón desde todas las administraciones para aumentar el deporte, el andar, las actividades lúdicas en torno al movimiento. Es fabuloso que los niños aprendan idiomas o informática, pero hace falta que los lleven a danza, a natación, a hacer ejercicio...

-¿Y cómo ve la crisis del ruido? Porque se fomenta el ejercicio y luego se dificulta que hagan deporte...

-Ha sido falta de comunicación y de entendimiento. Eso se tiene que arreglar. Debe haber más comunicación entre las administraciones y flexibilidad de los vecinos. Hay que respetar el descanso de los vecinos, pero también facilitar que los jóvenes hagan deporte. Ha faltado comunicación. Era un conflicto que había, pero los conflictos hay que gestionarlos porque si no se enconan.

-¿Hace falta un gran hospital en Málaga?

-Sí. Habrá que hacerlo; es necesario. Pero hace falta además adecuar todo lo que tenemos porque algunos servicios no están aprovechados al 100%. En el Clínico he visto plantas cerradas. Pero es necesario porque Málaga, en comparación con otras provincias de Andalucía, está por debajo en la ratio de camas hospitalarias. Málaga necesita un hospital. ¿Dónde lo ponemos? La propuesta de que vaya detrás del Materno... el sitio no está mal, pero el problema son los accesos; ahí van a ser un poco complicados. El grupo de la Junta que ha estado trabajando en el diseño nos lo presentó. Yo participé como miembro del Colegio de Médicos. Yo no vi mal la propuesta, aunque tiene el handicap de la accesibilidad. Pero tiene las dos vertientes que necesita un hospital del siglo XXI; la formativa y la investigadora.

-¿Hace falta además un centro hospitalario en la zona este?

-Los vecinos lo llevan solicitando muchos años. Por volumen poblacional, allí se necesita un equipamiento sanitario. En El Palo y en Rincón de la Victoria hay mucha población. Esa zona está muy cargada demográficamente. Se necesita estudiar la posibilidad de un equipamiento sanitario en ese sector de Málaga.

-¿Qué infraestructura le falta a Málaga?

-A mí me encanta viajar y he viajado mucho por los países nórdicos. Y creo que hace falta potenciar la bicicleta. Debe haber más kilómetros de carril bici. Málaga además es una ciudad que puede tenerla. En Noruega, Finlandia, Alemania, Holanda, Dinamarca se utiliza muchísimo la bicicleta. Y aquí tenemos muchas más horas de sol. ¿Has estado en Copenhague?

-No. He estado en Amsterdam y me he quedado impresionada de la cantidad de bicicletas.

-Pues ve a Copenhague y verás. Allí todas las bicicletas son iguales. Todas negras y no le ponen cadenas. Las dejan una encima de otra. No son públicas, son de ellos; pero como son iguales, cogen la primera que pillan. Allí toda la gente joven va en bicicleta. Los carriles bicis son preferentes. Yo creo que aquí deberían ampliarlos más y fomentarlos. Creo que se debería animar más a la población a usar la bicicleta porque por el clima y por la estructura prácticamente llana de la ciudad -salvo algunas zonas-, es el vehículo ideal para los desplazamientos.

-¿Cómo se lleva eso de ser sevillano en Málaga? Digo por la pica que hay entre las ciudades...

-Bueno, yo me casé con una malagueña y mis hijos son malagueños. Cuando voy a ver a mi familia a Sevilla, todo el mundo tiene envidia de que viva en Málaga. Esas disputas son muy provincianas... La Semana Santa, la Feria... no es mejor ni peor la una que la otra, son diferentes. La rivalidad no nos lleva nunca a nada. Al contrario, lo que hay es que aunar. Sevilla y Málaga son dos ciudades fantásticas. Yo llevo 35 años en Málaga y aquí se vive estupendamente. Además, Málaga desde hace 10 o 15 años ha pegado un cambio radical. Málaga ha cambiado un 120% y para bien. Por el centro, hace años, cuando se cerraban los comercios no se podía salir, daba susto. Ahora están el Muelle Uno, los museos... Además, se ha sumado el aeropuerto, que tiene un carácter internacional fortísimo, y el AVE, como elemento vertebrador de la provincia y de Andalucía. Ahora puedes ir a Madrid en menos de dos horas y media. Puedes comprar en Madrid, comer allí y venirte por la noche.

Un primer médico escolar de Málaga

Carlos Carrasco fue el primer médico escolar de la provincia. Fue contratado hace ya unos 35 años por la Delegación de Educación para atender al alumnado de la Universidad Laboral. Una década más tarde pasó a los equipos de apoyo que trabajan en los centros educativos para dar respuesta a los estudiantes con necesidades especiales, asesorar a los maestros sobre cómo afrontar algunos problemas sanitarios, promover hábitos de vida saludables y apoyar a los padres cuyos hijos padecen patologías que deben vigilarse durante el curso escolar. Es sevillano, aunque lleva media vida en Málaga y confiesa que está enamorado de esta provincia, de donde procede su mujer y donde nacieron sus hijos. Estudió Medicina en la Universidad hispalense. Allí comenzó su inserción en la vida laboral, trabajando en la Facultad de Medicina. Luego ejerció como médico de familia en Trebujena (Cádiz) y finalmente, llegó a Málaga para atender a los alumnos internos de la Universidad Laboral. También es puericultor y ha dedicado casi toda su vida a una labor en la que la prevención es la meta.

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