El efecto

Clientes del Cash Converter de la calle Mauricio Moro esperando para vender productos.
Victoria R. Bayona / Málaga

01 de junio 2009 - 01:00

Desde el principio de la crisis ha habido ciertos negocios a los que se ha atribuido la imagen de que estaban sacando partido a la actual coyuntura económica. Sin embargo, y si en algún momento pudieron verse beneficiados por la situación, ahora la tónica general en todos ellos es una disminución del volumen de facturación. Eso sí, mientras inmobiliarias y constructoras se han visto obligadas a cerrar, al menos éstos han podido mantenerse en el mercado.

Los comercios dedicados a la compra-venta empiezan a ser también víctimas de la crisis, y lo notan sobre todo en las ventas. Aseguran que aunque el volumen de compra que ellos realizan se ha mantenido igual o, incluso, ha aumentado, las ventas no han tenido el mismo comportamiento. El responsable de marketing de la cadena Cash Converter, Alex Regueiro, que tiene dos tiendas en la capital -una en la calle Mauricio Moro y la otra en la Avenida Velázquez- considera que estos dos negocios han ido en aumento desde su apertura hace cinco años, pero que "últimamente hemos tenido un comportamiento más errático en las ventas, hay mucha más gente con interés por vender sus productos". A pesar de que las tiendas siempre están llenas de posibles clientes, lo cierto es que "ahora los que compran miran mucho más los precios", añade. En este sentido, desde la Joyería Barrios, negocio de venta-compra de oro de la calle Carretería, han observado un comportamiento parecido entre la clientela desde el último año y medio, ya que "el principal lujo del que la gente prescinde es del oro, al igual que cuando se tienen necesidades es de lo primero que se deshacen", explican. Para que este tipo de negocios funcione es necesario que haya un flujo de productos constante, tanto de entrada como de salida, ya que según comenta Regueiro "si no vendemos los stocks, estos se mueven menos y corren el riesgo de quedarse antiguos". Y es que en Cash Converter disponen de muchos productos informáticos y de última tecnología, por lo que el tiempo de salida ha de ser breve.

Un problema añadido con el que cuentan los negocios de compra-venta de oro es la proliferación de este tipo de comercios. Sólo en la calle Carretería y los alrededores han abierto al menos diez tiendas nuevas en los últimos meses. David Vera, de Vera Oro, asegura que el negocio ha ido bien en los últimos años e incluso al principio de la crisis, pero que desde la apertura de las últimas tiendas y dado que ahora hasta las joyerías de barrio compran oro, el volumen de negocio ha disminuido. Además, al aumentar la competencia los pocos comercios de este tipo que había se han visto obligados a adaptar sus precios a la nueva situación. Aún así, Vera considera que a pesar de que la cosa iba mejor antes, "no nos vamos a quejar", porque al menos pueden permanecer abiertos. Además, añade que "quien realmente tenía oro ya lo ha vendido, por lo que no hay negocio para tantas tiendas como han surgido", aparte de que las ventas sí que han experimentado una considerable disminución.

Otro de los negocios de los que también se ha hablado mucho como principales beneficiados de la crisis son las administraciones de lotería, pero éstas aseguran que lo único que ha variado son los comentarios de la gente. En la administración de Puerta del Mar exponen que "si antes la gente hablaba de que si le tocaba se iban de viaje, ahora sólo se habla de pagar la hipoteca", pero que ni las apuestas ni la venta de lotería han aumentado. En Teatinos, por el contrario, sí han apreciado una mejoría desde que abrieron hace dos años, pero este comportamiento se debe más a la expansión del barrio, que a la crisis.

Las reparaciones de coches sí parece que se mantienen estables, aunque la gente ahora suele coger menos el coche, por lo que el riesgo de avería disminuye considerablemente. El taller Repair, en Churriana, no ha notado una mayor entrada de coches en el último año y desde Talleres La Paloma del polígono Guadalhorce, su gerente, Fernando Díaz Sánchez, explica que el "volumen de trabajo es el mismo que hace un tiempo, quizás un poco inferior, pero no nos podemos quejar, al menos hay trabajo".

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