Los embalses de Málaga afrontan el gran periodo de consumo con casi 35 hectómetros menos que hace un año

Más de la mitad de las pérdidas se han producido en los dos últimos meses

Las siete reservas de la provincia apenas se encuentran a un cuarto de su capacidad total

Málaga aborda en un taller cómo gestionar el agua en los destinos turísticos

El embalse de La Viñuela en una imagen reciente.
El embalse de La Viñuela en una imagen reciente. / GEMA RUBIO GALO

A estas alturas, que las generosas lluvias de comienzos de año vuelvan a repetirse parece casi un espejismo. Falta, desde luego, hacen para que la situación de los siete embalses de la provincia vuelva a ser óptima. De momento, a la espera de esos ansiados aportes, lo previsible es que las reservas sigan a la baja, puesto que el gran periodo de consumo del año no ha hecho más que arrancar. Se encargarán de ese descenso la mayor evaporación de las reservas por el calor, el incremento en el gasto de agua para uso personal, el aumento de población por el turismo o el rellenado de piscinas, entre otros muchos factores. Unos meses de alta demanda que los pantanos afrontan, además, con 34,70 hectómetros cúbicos menos que hace justo un año.

No obstante, y con los datos en la mano, situar esta bajada en el inicio de la temporada alta no es más que una mera formalidad, ya que desde comienzos de abril, cuando cayeron las últimas lluvias medianamente generosas, las reservas se han dejado 18 hectómetros. Más de la mitad del descenso total. Calculado en conjunto se encuentran a un cuarto de su capacidad, según se explicita en la Red Hidrosur de la Junta de Andalucía.

En todo este tiempo, sin embargo, el mapeo de las pérdidas por embalses ha sido muy desigual, puesto que dos de ellos pierden muchos hectómetros, otro par apenas lo hace y los tres restantes van alza, aunque de una manera muy comedida.

El mayor perjudicado ha sido el de Guadalteba, que ha visto esfumarse en un año más de la mitad de su acumulado al pasar de los 66,99 h3 de entonces a los 30,94 actuales, es decir, ha perdido 36,05. Con todo, dadas sus dimensiones, se encuentra al 20,11%. Le sigue, en cuanto a pérdidas, el del Guadalhorce, con 16,47 h3 menos: el resultado de pasar de 37,34 a 20,87, lo que lo sitúa al 16,57%.

Justo detrás, aunque a una sana distancia, se sitúa el Limonero, al que apenas se le van 2,92 h3, sin embargo, su salud ni entonces, cuando tenía 7,27 h3; ni ahora, que tiene 4,35, es buena. Tanto es así que apenas está al 19,43%. Muy parecido le ocurre al de Casasola, que apenas se debilita con 1,76 h3 menos, eso sí, manteniéndose en estratos bajos tanto hace un año con 7,65 h3; como en la actualidad, con 5,89. Ahora, dado su tamaño más reducido, se encuentra al 27,12%.

El siguiente en la lista es el de la Concepción, que fue también el principal beneficiado por las lluvias de marzo y abril, unos cuantos días pasados por agua que le bastaron para acumular una cantidad prácticamente igual a la de 2023. En el último año ha ganado 1,47 h3 al pasar de 37,93 a 39,40; lo que lo sitúa al 68,46%. Algo más ha aumentado su nivel el de Conde del Guadalhorce al subir de 15,44 a 21,64; una diferencia de 6,20 que lo impulsan hasta el 16,57%% de su capacidad.

Mención aparte merece La Viñuela, que ha logrado sobreponerse de una situación muy complicada: batir constantemente su peor marca histórica (que logró por última vez el 15 de enero de 2024 al diezmar hasta el 7%, con 12,2 hm3). Los aportes de agua han logrado que doble sus reservas pasando de 15,20 a 30,03. Todavía lejos de una situación idílica, se sitúa al 18,27%.

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