Emoción y austeridad en el arranque de las rebajas en Málaga

A pocos minutos de las 10 de la mañana ya hay un gran número de personas que esperan con entusiasmo en las puertas de los centros comerciales a poder entrar en las tiendas. Con puntualidad, la marea humana se mueve con prisa entre escaparates, buscando buenas ofertas, alguna ganga, devolviendo regalos o simplemente dejándose llevar por el bullicio propio del inicio de las rebajas en Málaga. Los grandes centros comerciales se llenan de ruido, algunos incluso se mueven al son de la música que anima a comprar. Se empiezan a formar colas que serpentean hacia las cajas registradoras desde bien temprano. También en los comercios del centro de la ciudad. Bolsas por arriba, bolsas por abajo.

Las rebajas han empezado oficialmente en la provincia, pero en la voz de los compradores se percibe una mezcla de entusiasmo moderado y resignación. Ana Lara, una malagueña de 30 años, se adentra en las tiendas más por necesidad que por deseo: "Unas tiendas están bien de precio, pero otras no merecen la pena; hoy estoy sobre todo para las devoluciones de los regalos de Reyes y no hay nada que me llame la atención, a lo mejor encuentro algo que me guste". Consciente del impacto de las fiestas en su presupuesto, añade que después de estas fechas pasadas, no es lo mejor para el bolsillo, pero "como duran un tiempo"... Quizás se anime.

Algunos, como Teo Vargas, ven en estas rebajas una oportunidad práctica. "Necesito algo para una boda y hemos aprovechado las rebajas por si veíamos algo de la nueva colección, hoy nos hemos gastado algo menos de 100 euros; ya nos habíamos gastado la semana pasada porque ya había algunas rebajas". El hombre va acompañado por su mujer. En total, han gastado 200 euros. "Preferible es algo que hayas visto antes y lo veas ahora con diferente precio", comenta con satisfacción tras elegir el atuendo adecuado tras una búsqueda con comparaciones.

Carlos Mendoza, por su parte, tiene una misión clara: "Vengo a comprar ropa para las niñas, principalmente, y tengo 200 euros de presupuesto como mucho". De momento, lo que ha visto, dice, son buenas rebajas, con un "precio bien rebajado", pero tampoco ha entrado en muchas tiendas todavía. Cuando mira el reloj, son las 11 de la mañana. A pesar de su enfoque familiar, reconoce los retos económicos: "La cuesta de enero va fatal porque hay poco dinero, pero es lo que hay, todo va para las niñas porque los adultos ya tenemos".

No todos los compradores muestran entusiasmo. Remedios Sánchez, por ejemplo, cuenta que ya lo ha comprado todo antes del inicio oficial de las rebajas de invierno y que ya no le interesan "muchas cosas": "Si acaso algo que vea que me llame la atención, que lo dudo, que haya algo que vaya a por eso precisamente, la verdad es que no". Y Ángel Bellido, mientras camina cargado de bolsas, confiesa: "Vengo a comprar ropa, camisetas, pantalones, de todo un poco, estimo que me voy a gastar unos 100 euros, pero las rebajas por lo que he visto en los artículos no es gran cosa, 10 o 15 euros, no mucho más".

Para Lorena García, presidenta de Málaga Comercio, las rebajas son aún una tradición importante, aunque reconoce su transformación: "Aunque las rebajas ya no son lo que eran, porque es verdad que desde hace unos años cada uno las pone cuando quiere, mucho las mantenemos y empezamos hoy". Esperan que sean unas "buenas rebajas", aprovechando que también "nos acompaña el frío y que tenemos buenos productos a buenos precios". Sin embargo, es consciente de que la temporada navideña y las circunstancias económicas pueden influir: "No sabemos si va a haber dinero también para rebajas, pero confiamos en que sí, que aprovechen que hay buenos productos a buenos precios".

Jesús Burgos, presidente de la Unión de Consumidores de Málaga, se muestra menos optimista: "Las rebajas han perdido su sentido de ser, el comercio tiene expectativas muy bajas porque, realmente, las familias tienen lo que tienen, no hay más". También lamenta que la confianza del consumidor "no ayuda a que se levante el consumo": "Todo sube: la luz, los seguros, el teléfono, y eso no anima a comprar".

Los malagueños están divididos entre la tradición de las rebajas y los retos económicos que marcan el inicio de 2025. Las bolsas que se llenan y vacían en estos días son un reflejo de las prioridades y preocupaciones de los consumidores: un pequeño lujo para algunos, un capricho, diversión, una necesidad ajustada para otros. Pero a nadie le quita la curiosidad de echar un vistazo a esos carteles que anuncian los descuentos.