Unas 150 empresas malagueñas miran de reojo el ataque a Ucrania
Economía
El volumen de exportación a Rusia y Ucrania es bajo, pero se teme una subida del precio de materias primas como el trigo, el aceite de girasol, el combustible y el gas
Málaga/Unas 150 empresas malagueñas exportaron el año pasado sus productos a Rusia y Ucrania y, aunque no son dos mercados prioritarios, sí miran con preocupación la invasión realizada por el ejército ruso y temen las posibles consecuencias, primero humanas y luego económicas. La guerra no solo afecta a las compañías malagueñas que venden allí, sino también a muchas firmas locales que compran productos de ambos países. Un ejemplo. Ucrania es un gran productor de aceite de girasol y de cereales y el conflicto bélico va a provocar, entre otras cosas, un aumento del coste del trigo y de la alimentación para animales.
El año pasado 63 empresas malagueñas exportaron sus productos a Ucrania y 85 a Rusia, si bien es cierto que de forma regular, es decir, que lleven vendiendo sus productos durante más de cuatro años seguidos son solo 9 en Ucrania y 17 en Rusia, según los datos aportados por Extenda.
La relación comercial entre las empresas malagueñas y de ambos países es relativamente pequeña. Málaga exportó productos el año pasado a Rusia y Ucrania por un valor conjunto de 13,6 millones de euros tras realizar unas 19.000 transacciones, según los datos oficiales publicados por Extenda y la Cámara de Comercio de España.
El grupo antequerano Sancho Melero vende mantecados y galletas en Ucrania desde hace años. Su director comercial, Ángel Sancho Melero, afirma a este diario que “nuestros clientes nos transmiten nerviosismo, miedo y muchísima preocupación a nivel de futuro, pero la realidad es que siguen pidiendo mercancía y con previsiones de seguir trabajando, pero no saben donde terminará la situación o si se solucionará pronto”.
Antonio Luque, presidente de Dcoop, comenta que en Ucrania apenas tienen presencia y en Rusia sí venden algo más de aceite, aceitunas o vino. “Nuestro volumen allí es muy pequeño pero estamos preocupados por la guerra comercial que pueda venir con Rusia y el resto de connotaciones sociopolíticas que se puedan producir. Vamos a ver qué pasa. Esperemos que se solucione cuanto antes por las personas y luego por la situación económica”, detalla Luque, quien subraya que sí puede ser un problema la falta de abastecimiento y el encarecimiento de los precios de las materias primas procedentes de Ucrania como la harina de girasol o los cereales. A eso hay que añadirle, el aumento del coste energético por lo que la situación de los ganaderos se puede complicar más.
Angel Sancho Melero, director comercial en Grupo Sancho Melero
“Nuestros clientes nos transmiten nerviosismo, miedo y muchísima preocupación”
Una empresa que estuvo presente en Ucrania y que decidió salir de ese mercado hace tres años es la agroalimentaria Hutesa. Su directora general, María Paz Hurtado, explica que “nos retiramos de Ucrania porque había dificultades en los cobros, había que vender con prepago y aseguradoras, y no queríamos asumir esos riesgos”. En Rusia la situación es parecida. Hutesa sí ha exportado productos al país presidido por Vladimir Putin en 2021, “pero en cuanto cobramos todo lo que teníamos pendiente lo dejamos porque estaban en un ambiente prebélico, son estratégicamente países de riesgo, se ve que la situación no mejora y es complicado atreverse a vender porque no sabes si vas a cobrar”, añade Hurtado. Aún así, la directiva de Hutesa asegura que los clientes ucranianos y rusos le siguen haciendo pedidos pero en la empresa malagueña les han dicho que no.
Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, tampoco oculta su preocupación por la situación bélica abierta en Europa del este. “Desde un punto de vista económico lo vamos a sentir porque va a haber un aumento del precio de la materia prima, del combustible, del gas y se va a reducir el consumo. Esperábamos una reactivación económica en 2022 pero esta incertidumbre no es buena”, afirma.
El peso del turismo ruso es testimonial
El peso del turismo ruso en la Costa del Sol es insignificante por lo que, a priori, no va a tener un impacto directo en este sector. Otra cosa es que se genere tal incertidumbre en todos los mercados emisores, especialmente los europeos, que el número de viajeros caiga y sí se resienta un sector que estaba empezando a remontar el vuelo tras dos años lastrado por la pandemia. “El turismo ruso está enfocado en Estepona y Marbella y su peso en el mix del turismo internacional en la Costa del Sol es muy bajo. En los mejores años no llegaba ni al 3%”, asegura Javier Hernández, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol. Según los datos de la Consejería de Turismo, el año pasado apenas se alojaron en los hoteles andaluces –la mayoría en Málaga– 19.503 turistas rusos que realizaron 43.335 pernoctaciones. Del turismo ucraniano ni siquiera hay datos.
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