El enésimo resurgir del Pez Espada
En dos paredes enfrentadas del pasillo principal del hotel Pez Espada de Torremolinos se pueden ver los autógrafos de Sean Connery; la que fue conocida como la novia de América, Mary Pickford; el ex presidente de Argentina Juan Domingo Perón; el Rey Juan Carlos I; el Rey Faisal de Arabia Saudí; el Rey Faruq I de Egipto; o de Sofía Loren. Todos han estado alojados en este hotel, pero no son los únicos rostros conocidos. También durmieron en sus habitaciones Frank Sinatra, Charlton Heston, Julio Iglesias, Ava Gardner, Anthony Quinn o Phil Collins, entre muchos otros, protagonizando anécdotas de todo tipo. El Pez Espada se inauguró en 1959, fue el primer hotel de lujo de la Costa del Sol y en los años 60 y principios de los 70 se convirtió en uno de los principales puntos de encuentro de políticos, artistas y famosos de la época. Ese glamour ya se ha perdido pero el hotel, que el 31 de mayo cumplirá 56 años, sigue más vivo que nunca. De hecho, acaba de ser reformado, tiene altos índices de ocupación para esta Semana Santa y buenas perspectivas para el conjunto del año.
En 1959, el Pez Espada se podía ver desde cualquier punto de Torremolinos ya que la zona estaba poco desarrollada desde el punto de vista urbanístico. Se caracterizaba por su gran torre cilíndrica y está declarado incluso Bien de Interés Cultural. A lo largo de los años la fachada se ha pintado en varias ocasiones, pero la antigüedad y los daños ocasionados por el salitre del mar -está en primera línea de playa- hacían necesario una reforma completa. Al ser BIC, la cadena Medplaya -propietaria del hotel desde 1986- inició los trámites hace ocho meses y comenzó la obra de restauración en enero, finalizándola el pasado 28 de febrero y reabriendo las puertas del establecimiento el 1 de marzo.
Además de fortalecer la estructura, han cambiado los tradicionales marcos de madera de las ventanas por otros metálicos y han instalado un sistema de iluminación LED pionero en este destino turístico. La fachada se ilumina cada noche con colores distintos, simulando los espectáculos visuales de hoteles en Las Vegas, Miami o alguno de Barcelona. "Es una degradación de colores que van cambiando y ofrece hasta 42 posibilidades, aunque no creo que las utilicemos todas. Es una iluminación atrevida que no tiene ningún hotel en la Costa y pensamos que es una forma de dar colorido a la zona, porque los hoteles vendemos alegría e ilusión", explica Miguel Bordera, director de zona de Medplaya. La atracción ha llamado la atención de los turistas y de otros ciudadanos y ya pueden verse vídeos por internet.
Una vez metidos en faena, los gestores del hotel apostaron por el famoso poyaque, es decir, aprovechar el cierre para dar un gran lavado de cara al resto del recinto. Han remodelado por completo 60 habitaciones en la zona derecha, que pasarán a ser comercializadas con una categoría superior; el restaurante; el bar; se ha quitado la moqueta de todas las habitaciones y se ha puesto suelo laminado, así como la grifería o se han sustituido las cortinas de baño por mamparas, entre otras actuaciones. En materia energética se ha incluido el doble acristalamiento, un nuevo sistema general de aire acondicionado o la iluminación LED. "En teoría tendremos un ahorro energético de entre el 20 y el 30% , aunque habrá que verlo dentro de un año", indicó Bordera.
El objetivo de la reforma, además de arreglar la deteriorada fachada, "es que el hotel se vea moderno a pesar de que va a cumplir 56 años", añade el director de zona de Medplaya. Los hoteles hacen continuamente cambios y adaptaciones, aunque la última gran reforma del Pez Espada se produjo en 2002.
Esta Semana Santa están completos el Jueves Santo y, por ahora, tienen reservadas el 85% de las plazas el Viernes y el Sábado Santo "aunque pensamos que se va a llenar porque dicen que va a hacer buen tiempo y la gente tiene ganas de salir, porque está harta de crisis, elecciones y quiere quitarse de enmedio aunque sean dos o tres días", prosigue Bordera. Para el resto del año, este directivo es optimista y cree que va a ser mejor que 2014 pese al aumento de la competencia interna y externa. "Este hotel siempre se ha vendido bien porque está en una situación óptima y confiamos en que la rentabilidad, que ha sido aceptable en estos últimos años, mejore con la inversión que hemos hecho", puntualiza.
El 70% de los turistas les llegan a través de touroperadores y la mayoría de sus clientes son extranjeros. La mitad son británicos y la otra mitad se reparte entre alemanes, españoles, belgas y personas de otras nacionalidades. Son turistas anónimos que desean pasar unos días de tranquilidad y que se sienten, aunque sea por unos días, partícipes de la historia de un hotel emblemático en la Costa del Sol. El propio establecimiento fomenta esa mirada atrás. Uno de sus bares, por ejemplo, se llama Frankie´s Cafe en honor a la figura del cantante y actor norteamericano Frank Sinatra, que protagonizó en octubre de 1964 un momento más que tenso en el Pez Espada que está reflejado en una carta manuscrita por un cliente del hotel y colgada en esa cafetería. Estaba rodando la película El coronel Von Ryan en Málaga y se alojó, junto a su equipo, en el hotel, entonces el más prestigioso de la zona. Según relata el testigo, estaba tomando una copa en el bar junto a un compañero de rodaje cuando una señora, aspirante a actriz, le tocó en el hombro y, al girarse Sinatra, se abalanzó sobre él y alguien les hizo una fotografía. Sinatra se ofendió al pensar que querían sacar provecho y su acompañante se fue para el fotógrafo y le destrozó la cámara. Fueron denunciados, detenidos, encerrados en la comisaría de Málaga y pudieron salir tras pagar una fianza de 25.000 pesetas.
Otra anécdota curiosa fue la de Ava Gardner que, casualidades del destino, se casó años después con Sinatra pero que no coincidieron en el Pez Espada. El hotel tenía servicio de masaje pero, las cosas de la época, los hombres y las mujeres no podían ir a la vez, sino que los primeros iban por la tarde y las segundas por la mañana. Gardner se levantó tarde aquella mañana y, ni corta ni perezosa, se fue a la sauna y se desnudó, sin percatarse de que solo había hombres dentro y que éstos nunca olvidarían aquel momento.
El hotel, con motivo de su cincuenta aniversario, publicó un libro en 2009 con su historia y fotografías, algunas de las cuales se reproducen en este reportaje. En el texto se señala, por ejemplo, que Ingrid Bergman se alojó el 3 de marzo de 1962 para disfrutar del sol pero que solo estuvo tres días porque estaba lloviendo. Esos días también estaba Anthony Quinn. Eran otros tiempos.
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