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La enfermera que salvó del atragantamiento a una niña en Málaga: "Han sido sus Reyes y los míos"

Su actuación y la de un policía local permitieron que la pequeña expulsara un caramelo con el que se estaba asfixiando

Salvan la vida de una niña tras atragantarse con caramelos en la cabalgata de Reyes Magos de Puerto de la Torre en Málaga

A salvar vidas se aprende... hasta con rap

Bárbara Muñoz, ante un buzón de los Reyes Magos, en Puerto de la Torre. / Javier Albiñana

Málaga/Bárbara Muñoz estaba el miércoles por la tarde compartiendo la merienda con unas amigas en su barrio, en Puerto de la Torre. Ella es enfermera. Las demás no son sanitarias. Una de sus compañeras de mesa se percató de la escena de un hombre con su hija en brazos acercándose desesperado a un policía local para que le ayudara. "Corre, Bárbara", le dijo la amiga. Y Bárbara corrió... Tanto que casi la atropella un coche. De hecho, el vehículo la rozó y le dejó un hematoma. "Yo, aunque estaba a cierta distancia, sólo veía a la niña. Creía que estaba convulsionando, aunque no era así. Yo no miré coches ni nada. Me tiré a la carretera y corrí", recuerda.

En unos instantes llegó al sitio donde podía haber ocurrido una tragedia, pero donde sucedió un milagro: la actuación del policía y la enfermerasalvó a la niña, de cuatro años, de morir atragantada por un caramelo. "Que lo expulsara han sido sus Reyes y los míos", dice emocionada la sanitaria, de 35 años y que desde hace cinco trabaja en la UCI del Hospital Regional.

Todo sucedió muy rápido. Fue sobre las 18:00, en la intersección de la Avenida Lope de Rueda con la calle Atlántida de Puerto de la Torre, cuando la cabalgata ya había pasado.

La primera intervención fue del policía, que ante la mirada ansiosa del progenitor, intentaba que la pequeña echara el caramelo. La había puesto con la cabeza hacia abajo, al tiempo que pedía la ayuda de sanitarios. Entonces llegó el ángel de la niña y también del agente. "El policía ya estaba actuando. Me identifiqué como enfermera y le dije 'dámela'. Me la entregó. Ni el padre ni él se movieron de mi lado. Hice un primer barrido y le provoqué el vómito. La niña no estaba inconsciente, pero no respiraba; estaba totalmente atragantada", recuerda Bárbara. El caramelo seguía obstruyéndole la tráquea.

Los segundos parecían horas. "La niña tenía sangre en la nariz y la boca por el esfuerzo que estaba haciendo el angelito. Yo tenía que salvarla. El caramelo tenía que salir", relata Bárbara. Entonces, le dio tres golpes certeros y profesionales en la espalda, a la altura de las escápulas. Y el caramelo salió... "Era muy grande y redondo; esos que son superpeligrosos", recuerda. "Si no la hubiera salvado, hubiera sido una catástrofe", comenta.

Aunque apenas llegó al lugar no se había dado cuenta, ya mientras hacía las maniobras para salvarla vio su cara y se percató de que conocía a la niña: "Es compañera de mi hijo". Bárbara confiesa que lleva llorando de la emoción toda la noche y toda la mañana. "Somos conscientes de que la hemos salvado. Seguimos todos en shock", asegura.

Ni el policía ni los padres quieren hacer declaraciones. Bárbara, como sanitaria que es, aprovecha para dar un mensaje de prevención: "Los caramelos duros, sobre todo si son circulares, son muy peligrosos porque se pueden quedar en la tráquea, como ocurrió en este caso". Por eso, apela a tener muchísimo cuidado con estas golosinas. Luego comenta: "No es irresponsabilidad de los padres. Esto ocurre en un milisegundo porque esos caramelos son peligrosísimos".

Ya más tranquila, aunque aún recuperándose del estrés vivido, la enfermera habló con los padres. La niña está bien. También esos han sido los Reyes para sus progenitores. Todos quedaron en verse este jueves a media tarde. Esta vez, la merienda fue más tranquila para Bárbara...

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