Casi 700 enfermeros pidieron desde 2010 el certificado para emigrar

La amplia mayoría de los profesionales elige el Reino Unido por la cercanía y para aprender inglés El Colegio organiza talleres sobre cómo afrontar las entrevistas de trabajo

Una enfermera (derecha) inscrita en el reclutamiento que el sistema británico de salud hizo en junio pasado en Málaga.
Leonor García Málaga

17 de agosto 2015 - 01:00

Hay una sangría lenta y que se cuenta poco, pero que es una de las pérdidas laborales más significativas del mercado de trabajo de los últimos tiempos: la emigración de enfermeros. Las condiciones precarias en la contratación de la sanidad pública y las escasas salidas que ofrece el sector privado abocan a numerosos profesionales a buscarse la vida en el extranjero.

Casi 700 enfermeros han solicitado desde 2010 la certificación que los acredita como titulados en la profesión, un requisito indispensable para poder trabajar en otro país. Según los datos del Colegio de Enfermería, exactamente han sido 664 las acreditaciones expedidas desde entonces; 60 de ellas en lo que va de año. Desde la entidad colegial se aclara que no necesariamente esos 664 enfermeros están en el extranjero. Algunos puede que hayan solicitado la acreditación pero finalmente no se hayan ido y otros quizás ya hayan regresado. Pero la cifra es un indicativo de la pérdida de capital humano que ha sufrido la profesión durante los últimos cinco años.

"El goteo de solicitudes de acreditaciones es continuo desde que se inició la crisis. Todas las semanas hay diez o 12, explica el presidente del Colegio de Enfermería, Juan Antonio Astorga. La cifra incluso aumenta en los primeros meses del verano, coincidiendo con la finalización de la carrera de muchos profesionales. Los enfermeros que acaban su formación y no consiguen un contrato en la sanidad andaluza, no dudan en hacer las maletas para asegurarse un empleo.

"La razón de tanta emigración es la precariedad tremenda que hay en la sanidad pública y que la sanidad privada no es capaz de absorber el excedente de profesionales", indicó Astorga. Con contratos al 75% y por periodos muchas veces cortos, la estabilidad laboral dentro del Servicio Andaluz de Salud (SAS) es una quimera para muchos recién titulados. Por otra parte, la sanidad privada paga sueldos más bajos que el SAS y ya no genera una oferta capaz de dar salida laboral a los enfermeros en paro.

El 95% de los profesionales opta por el Reino Unido para emigrar, según los datos del Colegio. La razón es la cercanía geográfica, las buenas comunicaciones aéreas y las posibilidades de aprender inglés.

Astorga apunta que es bueno que un profesional que acaba su carrera tenga una experiencia en el extranjero. "El problema es que la salida de enfermeros que se está produciendo no es una opción, sino una necesidad económica", matizó.

El incremento de profesionales que se decantan por emigrar para tener trabajo es de tal calibre en los últimos años que el Colegio incluso organiza periódicamente talleres en los que forma a enfermeros en entrevistas de trabajo en inglés. Así, cuando se producen campañas de reclutamiento propiciadas por empresas o sistemas sanitarios, generalmente del Reino Unido, los aspirantes han amortiguado el miedo escénico a esa situación y han mejorado su nivel de inglés.

Astorga destaca que los enfermeros españoles son muy apreciados en el extranjero por su cualificación. De ahí que en varias ocasiones en los últimos años, haya habido diferentes procesos de reclutamiento en Málaga. Unos de empresas de colocación y otros de sistemas sanitarios públicos de países europeos. El National Health System (NHS) del Reino Unido realizó uno en junio pasado, que continúa abierto.

La emigración como alternativa laboral estable es elegida por muchos enfermeros dado que la contratación en la provincia es bastante precaria y a trompicones. El año pasado, por ejemplo, tras acabar el verano, el desempleo entre la profesión aumentó un 77%. La cifra corresponde a la comparativa de agosto a septiembre de 2014. En aquel mes, había 199 enfermeros en paro. Al siguiente, 352. Es decir, que para los afortunados que consiguieron un contrato en verano, la posibilidad de trabajar se acabó el 30 de agosto.

Ya ha habido algunos profesionales que, tras emigrar, han retornado. Pero Astorga aclara que regresan por razones familiares, culturales o debido al clima: "Pero los que han vuelto, en general, no lo han hecho porque hayan encontrado aquí mejores condiciones laborales que cuando se fueron porque el mercado sigue igual o peor".

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