La escasa lluvia y el agua de los pantanos hacen saltar la alerta de una nueva sequía

El actual año hidrológico es uno de los más secos de la serie histórica y sólo se han recogido 141 litros Los embalses tienen el peor volumen desde 2009

Un pescador en la zona del pantano Conde del Guadalhorce.
Un pescador en la zona del pantano Conde del Guadalhorce.
Raquel Garrido Málaga

14 de febrero 2016 - 01:00

Los síntomas de que Málaga está ante el inicio de un nuevo ciclo seco son cada vez más evidentes. Pocos se atreven aún a ponerle el nombre sequía a lo que está ocurriendo este año, pero los datos de los principales termómetros de la pluviometría de la provincia avalan cada día con más firmeza esa teoría. Primero, porque no había llovido tan poco en un otoño-invierno desde el periodo 1994-1995 y, en segundo lugar, porque hay que remontarse a febrero de 2009 para encontrar una cantidad de reservas hídricas acumuladas en los embalses malagueños inferior a las actuales.

No son simples coincidencias. Se da la circunstancia de que ambas efemérides coinciden con los dos últimos ciclos de sequía que ha sufrido la provincia de Málaga. La primera fue de las más duras que se recuerdan y se prolongó entre 1992 y 1995, mientras que la segunda es más reciente y se produjo entre 2005 y 2009 de forma más discontinua.

La situación de los pantanos es probadamente el mejor reflejo de una posible sequía. El volumen actual de agua que acumulan los siete embalses de la provincia empieza a ser preocupante hasta el punto de que por primera vez en siete años está a punto de rozar la mitad de su capacidad. Es decir, a fecha de hoy almacenan unos 333 hectómetros cúbicos, lo que equivale a que están al 54%, según los datos de la red Hidrosur dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

Con estas reservas hídricas embalsadas, el abastecimiento de agua de la población está garantizado durante tres años más en el caso de que no llueva. Pero es significativo el hecho de que a estas alturas del año hidrológico, que empezó el pasado 1 de octubre y tras los meses normalmente más lluviosos de todo el año, y habría que remontarse a febrero de 2009 para encontrar un volumen de agua tan bajo. En aquel momento apenas sumaban entre los siete 303,86 hectómetros cúbicos, aunque mucho peor fue justo un año antes cuando no llegaban a los 162 hectómetros cúbicos.

Lo que hace que las alarmas empiecen a dispararse es que en el pantano más grande de la provincia, La Viñuela, hubo que decretar la prealerta de sequía en julio del año pasado porque el volumen de recursos embalsados había bajado del umbral fijado. Y lo mismo está a punto de sucederle a los tres pantanos del Guadalhorce, y de los que depende el abastecimiento de buena parte de la comarca y de la capital.

Entre los tres no acumulan más de 201 hectómetros cúbicos, lo que significa que cuando las reservas bajen tres hectómetros cúbicos más se activará también el estado de prealerta. La primera consecuencia afectará a los regantes de la zona. De hecho, ya la Junta de Andalucía les ha advertido que no está garantizado el riego después del verano si continua sin llover.

Y es que no es para menos, ya que desde el pasado 1 de octubre estos pantanos han recogido apenas diez hectómetros cúbicos cuando las aportaciones medias históricas por precipitaciones en un año normal son de 140.

Nada más lejos de lo que ha ocurrido en este año hidrológico, considerado hasta la fecha como uno de los más secos de la serie histórica. Lo reflejan los datos de la estación meteorológica ubicada en el aeropuerto de Málaga y que se toma como referencia de la provincia, por ser la única que acumula datos desde 1942. Según esa información del Centro Meteorológico, entre el 1 de octubre del año pasado y hoy, se han recogido en ese punto apenas 141 litros por metro cuadrado en el periodo más lluvioso del año y en el que suelen caer de media 310 litros por metro cuadrado.

Aún así, el periodo de octubre a enero de 2013-2014 fue aún peor y únicamente cayeron 84 litros por metro cuadrado, sólo uno más que en 1994-1995 considerado hasta entonces el peor de la serie histórica desde 1942. Lo que preocupa realmente es que son tres ya los otoños-inviernos consecutivos considerados secos en Málaga porque el anterior a éste también llovió menos de lo normal.

El periodo 2013-2014 terminó al final con 226 litros por metro cuadrados de lluvia acumulada, cuando la media histórica es de 550 litros por metro cuadrado. El año siguiente fue mejor porque cayeron 421 litros por metro cuadrado, pero aún así es menos de lo normal.

Eso es precisamente lo que hace pensar que Málaga se encuentra e un otro ciclo seco, ya que deben darse al menos varios años secos de forma consecutiva para poder bautizarlo como una sequía. Aún así, expertos como el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, o el jefe de Predicción del Centro Meteorológico, Fausto Polvorinos, coinciden en que, aunque hay un déficit de precipitaciones evidente, habría que esperar a ver lo que ocurre fundamentalmente en lo que queda de invierno y la próxima primavera para dar por hecho que se trata de una sequía y no se debe a las características del clima típico del Mediterráneo.

Pase lo que pase en los próximos meses, al menos en lo que queda de febrero las perspectivas de lluvia no invitan a la esperanza, lo que resulta incuestionable es que la provincia ha vivido dos años hidrológicos seguidos con déficit de lluvias y que el tercero va por el mismo camino. A lo largo de las últimas siete décadas, el hecho de que se sucedan varios años secos ha ocurrido en varias ocasiones.

Para que el Centro Meteorológico de Málaga catalogue que un año hidrológico es seco deben caer menos de 435 litros por metro cuadrado en todo el periodo y menos de 353 para considerarlo muy seco. Pues bien, en base a esas referencias desde 1942 ha habido tres periodos secos con más de tres años seguidos con menos precipitaciones de lo normal, a los que podría sumarse el actual si finalmente se confirma.

El primero de ellos se produjo entre 1981 y 1983, con un pequeño respiro en 1984 en el que llovió más de lo normal para que luego se volvieran a suceder otros dos años secos que se prolongaron hasta el año hidrológico 1986-1987.

En la década siguiente, Málaga sufrió otro grave ciclo de sequía. Ésta vez se prolongó entre 1990 y 1995. En el último año hidrológico de ese periodo seco, es decir, 1994 y 1995, llovió la cantidad más baja de toda la serie puesto que cayeron apenas 140 litros por metro cuadrado, lo mismo que este año hasta la fecha.

Menos extrema fue la sucesión de años secos que se produjo entre 2005 y 2009, ya que se recogieron más de 400 litros por metro cuadrado en cada uno de esos años hidrológicos salvo en el de 2007-2008.

Sólo el tiempo dirá, si Málaga sumará este año el cuarto.

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