El curso escolar arranca con las quejas de los monitores escolares
El colectivo protesta por sus contratos parciales, que desembocan en una "precarización" de la prestación del servicio
Más de 155.000 alumnos se incorporaron de nuevo a las aulas
Málaga/Las caras de ilusión se entremezclaban con las de tristeza por despedirse de sus progenitores tras un trimestre de vacaciones. La vuelta al cole siempre deja imágenes similares entre los más pequeños del hogar, como también son casi las mismas las preocupaciones entre la comunidad educativa. Y este año, han sido los monitores escolares los que han dado el primer paso reivindicativo en la jornada inaugural del curso.
El colectivo se queja fundamentalmente de los contratos a tiempo parcial que afectan a 80 monitores en la provincia. Este tipo de contratación, denuncian , "va en detrimento de la prestación del servicio", ya que hay periodos del año en el que no tienen contrato de trabajo y no hay ningún sustituto en el centro para suplir su labor. Los monitores escolares -en su mayoría mujeres- tienen funciones de gestión económica en los colegios, están presentes en el comedor y en el transporte escolar, y también prestan servicios de apoyo y supervisión en las bibliotecas de los centros.
De los 80 monitores que tienen contratos parciales, hasta 65 tienen jornadas discontinuas. Esto conlleva a que más de la mitad no tengan siquiera jornadas de 20 horas semanales. "Si un niño se pone enfermo y no estamos en ese momento, ¿quién se encarga de él y llama a los padres? Cumplimos una función esencial aunque muchas veces no se nos tenga en cuenta", cuenta Virginia Vázquez, monitora escolar que estuvo presente en la concentración que el colectivo mantuvo a las puertas de la delegación de Educación para protestar por su situación.
Hasta 112 colegios se reparten a los 80 monitores con contrato a tiempo parcial, que suelen tener un contrato de 10 meses con los centros, que finaliza a finales de julio. Una vez finalizado, estas pasan a cobrar su prestación de desempleo los meses de julio y agosto y vuelven a incorporarse en septiembre. "En septiembre tenemos que hacer todo lo que no hemos podido hacer en julio porque no hemos trabajado. En esas fechas, muchas veces hacemos el trabajo sabiendo que no lo estamos haciendo como nos gustaría, porque no tenemos tiempo para ello", admite Sánchez.
Los monitores dicen que "muchos padres no entienden que no haya nadie en secretarías de los centros" durante los meses de octubre o noviembre, cuando se tienen que marchar de vacaciones porque durante el resto del año no las han tenido, ya que en julio y agosto están en paro. Piden algo simple: un monitor por cada centro y con jornada completa.
El colectivo es el principal nexo de unión entre la comunidad educativa y los padres de los alumnos, que ayer incorporaron a las clases a 155.280 de los más pequeños del hogar. Más de 10.800 maestros se encargarán de dar clases a los ciclos de Infantil, Primaria y Educación Especial. La delegada territorial de Educación, Patricia Alba, destacó que "a pesar del descenso en el número de alumnos en Infantil y Primaria, no hemos prescindido de ningún docente en esos cursos educativos".
Sin embargo, Comisiones Obreras (CCOO) ve la situación de manera diferente. El secretario general de enseñanza en Málaga del sindicato, Felix Martín, cree que la administración autonómica debió aprovechar este año, en el que los recursos económicos son mejores que en cursos anteriores, "para tratar de disminuir el ratio entre alumnos y profesores contratando más docentes". Martín cree que la baja natalidad, a pesar de ser una "mala noticia", debe servir como "una oportunidad para mejorar la calidad de la enseñanza".
El secretario general de educación admite el "esfuerzo" que la Junta ha hecho este año para mejorar la plantilla docente en Secundaria, que se incorpora a las aulas el viernes. "Pero en el 2012, año de los durísimos recortes de Rajoy, se fueron a la calle 900 docentes en ese ciclo, y de los 663 que han sido contratados este año, en torno a 450 corresponden a Secundaria", revela Martín, quien cree que falta aún "un trecho" para que la educación obligatoria malagueña vuelva a estar en los estándares de calidad previos a la crisis.
Padres reclaman más instalaciones en Cártama
Al igual que pasara en Mijas y otros municipios de la provincia en los últimos años, la masificación de las aulas como consecuencia de una generación con más alumnos obliga a muchos alumnos a tener que estudiar en aulas prefabricadas. Sin embargo, mientras en Mijas se ha solucionado el problema con la construcción de un centro, en Cártama los padres continúan luchando por el levantamiento de un colegio que nunca llega. "Está pasando lo mismo que con el Hospital [de Cártama], están dejando pasar el tiempo", dice José Miguel, uno de los padres de los niños que se encuentran en una de las aulas prefabricadas situadas dentro de un instituto cercano al Colegio La Campiña de la Estación de Cártama. "El problema se lleva alargando durante siete años sin que el Ayuntamiento haga nada".
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