Las ocho especies inofensivas de serpientes en Málaga

El experto internacional de reptiles y anfibios Gabriel Martínez asegura que “no existe ningún peligro real de morir por mordedura ” para el ser humano

Las ocho especies inofensivas de serpientes en Málaga
Las ocho especies inofensivas de serpientes en Málaga
Mayte Cortés

18 de abril 2021 - 08:04

Málaga/No existen serpientes que se estiran en la cama de alguien para medirlo y estimar así si pueden o no tragárselo, tampoco hay enormes reptiles peludos de más de tres metros, ni las que beben leche de ganado o de las mujeres mientras le meten la cola al bebe para que no alerte a la madre. No hay conocimiento sobre aquellas que dicen que se muerden la cola para, en forma de rueda, ir más rápido. Lo que sí es cierto, es que existe un miedo ancestral a las serpientes. En el centro de África, las personas convivieron con algunas de las especies con venenos más tóxicos del planeta, pero no en Málaga.

“En provincias como la nuestra, las serpientes no suponen ningún peligro real para el ser humano. No existe ningún riesgo de morir por su mordedura”, explicó Gabriel Martínez, experto internacional de reptiles y anfibios que ha catalogado en ocho las especies de serpientes que existen en la provincia de Málaga. “Es infinitamente superior el riesgo de morir en Málaga por un ataque de perro o una coz de un caballo y no por ello se les extermina de forma sistemática”, denunció.

No obstante, según señaló, la serpiente andaluza con el veneno más peligroso para el ser humano es la víbora hocicuda. “El número de muertes humanas por mordeduras de víbora en Andalucía es inferior al 1 por ciento de las personas mordidas, y se deben en la mayoría de casos a que los pacientes no recibieron tratamiento médico o lo hicieron muy tarde”, aseguró.

Víbora hociduda.
Víbora hociduda.

“Se trata de una serpiente extremadamente escasa en la provincia de Málaga, que evita al ser humano y las mordeduras se producen por accidentes al apoyarnos en un muro de piedra o meter la mano en un arbusto”, señaló recomendando que en caso de que se produjese hay que acudir a un centro de salud.

Hay otras, como la culebra lisa meridional (coronella girondica) que se encuentra en laderas montañosas o en costas rocosas, que no tienen veneno y ni siquiera suele morder cuando son capturadas. Tampoco tienen veneno la culebra de escalera (zamenis scalaris) que además se alimenta de pequeños mamíferos que mata por constricción.

La culebra de herradura (hemorrhois hippocrepis) tiene un fuerte temperamento y muerde para defenderse cuando se siente atacada pero tampoco tiene veneno.

Culebra de herradura (hemorrhois hippocrepis).
Culebra de herradura (hemorrhois hippocrepis).

La culebra de cogulla (macroprotodon brevis) inocula veneno a sus presas a través de unos pequeños colmillos de la mandíbula superior, pero no se conoce ningún caso de envenenamiento en el ser humano.

“El odio hacia ellas viene de muy atrás, y a pesar de los avances en el conocimiento de estos animales por los expertos son muchas las personas que prefieren creer los bulos y las leyendas de los pueblos antes que la evidencia científica”, relató el también socio del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (Gena-Ecologistas en Acción).

“En Málaga únicamente se conoce la existencia de ocho especies de serpientes autóctonas. Todas en caso de encontrarse con el ser humano se quedarán quietas para intentar pasar desapercibidas o más frecuentemente saldrán huyendo a esconderse a toda velocidad”, indicó Martínez, quien apuntó que raros son los registros de ejemplares que superen ligeramente los dos metros.

“Solo se mostrarán agresivas en caso de sentirse intimidadas y no dejarlas huir. Nos tienen muchísimo miedo pues llevan muchos años siendo exterminadas por el ser humano”, puntualizó, lamentando que “es rara la serpiente que se haya encontrado con una persona y se haya librado de una buena pedrada o un palazo en la cabeza”.

Culebra de cogulla (macroprotodon brevis).
Culebra de cogulla (macroprotodon brevis).

Las más comunes son las “culebras herradura” y la “de montepellier”; la “víbora” escasea más. La primera, es posiblemente la serpiente que más frecuentemente habita zonas humanas. Tiene gran habilidad para trepar así que se encuentra habitualmente en los jardines o muros de los chalets y todo tipo de edificaciones a las afueras de poblaciones humanas, pudiendo verse en ocasiones incluso en edificios urbanos.

Las serpientes suelen proliferar a mediados de marzo, con los primeros días calurosos después del invierno. Incrementan su actividad en abril, y sobre todo en mayo y los primeros días de junio. Es en estas fechas cuando copulan. A finales de agosto y en septiembre eclosionan los huevos de las culebras y paren las víboras. De nuevo se ven muchas serpientes con facilidad pues las pequeñas cuando nacen mudan la piel y se desplazan en busca de un territorio.

En cuanto a los lugares donde se suelen encontrar, el experto detalló que la víbora hocicuda y la culebra de collar necesitan mucha humedad y normalmente habitan en zonas de montaña o costeras. La culebra viperina puede verse en el agua, tanto en los ríos como en las charcas y en los embalses; la culebra lisa suele ocupar hábitats muy naturales “y es rara en aquellos alterados con cultivos”. La culebra de herradura, de escalera o la de montpellier ocupan casi todo tipo de lugares aunque son más raras a gran altitud.

“Hay zonas donde quizás están todas las especies, pero por ejemplo la víbora prefiere la ladera orientada al norte que es más húmeda mientras que la culebra de herradura está en la cara sur, donde pega más sol a lo largo del día. Hay veces que las diferentes especies comparten refugios sobre todo en lugares con gran abundancia de presas”, indicó.

Culebra de escalera (zamenis scalaris).
Culebra de escalera (zamenis scalaris).

Sobre el abandono de las serpientes o lo que algunos llaman “mascotas”, Martínez explicó que “Málaga por su clima es una zona especialmente delicada para la suelta de serpientes, especialmente en la costa oriental donde los inviernos son suaves y los veranos no excesivamente cálidos, es por ello, que pitones de la India, serpientes reales de california y otras típicas mascotas podrían sobrevivir en Málaga en estado natural y ocasionar graves daños en los ecosistemas y especies locales”, opinó el socio de Gena-Ecologistas en Acción.

“La naturaleza es sabia y antes de llegar nosotros ya existía una armonía en los paisajes malagueños. Con cada serpiente que desaparece de un hábitat se genera un desequilibrio. Conocedores de ello, en lugares como Australia o California se protege mucho a las serpientes, incluso especies con venenos potencialmente muy peligrosos para el ser humano”, aseguró el experto, quien se preguntó por qué en Málaga, “un sitio donde no hay serpientes que supongan un riesgo real para los humanos se ven como una amenaza y se maten”.

En este sentido recomendó que dado que las serpientes no suponen ninguna amenaza para nadie si no se las molesta, “lo mejor que se puede hacer en caso de un encuentro con una serpiente es disfrutar de su presencia y que cada uno siga su camino”. “Matar una serpiente es un claro signo de ignorancia, y además puede constituir un delito pues la mayoría de especies están protegidas por la Ley”, agregó el ecologista quien recomendó que si una serpiente entra en una vivienda o se la sorprende habitando en el jardín, contacten con los expertos en el correo gabrimtnez@gmail.com “para poder identificar la especie y devolverla al medio natural lo antes posible”.

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