El espectáculo encuentra su sitio

El IES Jesús Marín es el único centro malagueño que imparte el Bachillerato de Artes Escénicas, una rama implantada este curso · Alumnos de toda la provincia dan sus primeros pasos sobre el escenario

Distintos grupos participan en la teatralización de una fábula y en parejas realizan improvisaciones ante la atenta mirada de Miguel Latorre.
Distintos grupos participan en la teatralización de una fábula y en parejas realizan improvisaciones ante la atenta mirada de Miguel Latorre.
Cristina Fernández / Málaga

20 de octubre 2009 - 01:00

En el hervidero del IES Politécnico Jesús Marín, medio centenar de alumnos procedentes de toda la provincia ha encontrado su sitio. Son los pioneros, los que están echando a andar el Bachillerato de Artes Escénicas y este poblado centro, en Carranque, es el único de Málaga que imparte la rama puesta en marcha este curso. Una clase con 35 alumnos y otra con 18 estudian Francés, Inglés y Lengua, igual que los demás, pero también Artes escénicas, Análisis musical, Comunicación audiovisual y sonora y Anatomía aplicada. Unos llegan con alguna experiencia en danza, música o teatro, otros parten de ser simples aficionados pero todos han comenzado con la firme intención de dar sus primeros pasos sobre el escenario. Su aula es un espacio abierto al espectáculo.

Remedios Gallego y Miguel Latorre pertenecen al departamento de Lengua y Literatura pero en estas clases son los responsables de llevar la materia de Artes escénicas. Con los cuatro puntos principales extraídos del BOJA, los profesores confeccionan por su cuenta la programación de la asignatura. "Intentamos formar a los alumnos siguiendo el método Stanislavski", dice Miguel Latorre. Su clase comienza con unos minutos de relajación, con ejercicios de respiración y continúa con juegos de percepción auditiva y visual. Hoy toca el de la serpiente.

Todos deambulan por la clase con los ojos cerrados y una alumna se encarga de ir eliminando a los compañeros con los que se topa. Una vez terminado, ponen en escena el ejercicio encargado el pasado viernes. Por grupos, teatralizan la fábula del lobo, la zorra y el queso. El grupo de Ainhoa Silva canta a capella para hacer una moderna revisión musical del cuento. Sus compañeros lo llevan a los bajos fondos, lo aplican al contexto de la familia o lo narran con la ayuda de un saxofón. La imaginación se desata en esta clase absolutamente participativa.

"Me encanta la canción española, en el colegio hacía teatro y musicales, he tenido la suerte de que este año hayan puesto este bachillerato", dice Ainhoa, que quiere estudiar Arte Dramático y que sabe que estas improvisaciones le servirán para ir dejando aparcado su pudor. Una timidez que Adriana Rosa ya había perdido en sus cuatro años de teatro en el IES Huelin. "Siempre me ha gustado la interpretación y también cantar, aquí me lo paso pipa", confiesa Adriana. Ella venía de una experiencia negativa y aquí ha encontrado la motivación que le hacía falta. "Antes me buscaba cualquier excusa para no ir al instituto y ahora me levanto con ganas de venir todos los días", asegura.

Mario Rizo supo por el departamento de orientación del centro que se iba a poner en marcha este bachillerato y no dudó en solicitar una plaza. "Es más práctico que teórico, siempre se trabaja en grupo, nos movemos constantemente y la parte de improvisación está muy bien", considera Mario, consciente de que sus clases son de todo menos tradicionales. "Están muy dispuestos a participar, tienen mucha ilusión y la verdad es que es divertido, te ríes mucho con sus ocurrencias", cuenta Miguel Latorre.

Latorre lleva 20 años como profesor pero ahora ha tenido que asumir un nuevo reto. De junio a septiembre, profesores de Arte Dramático los han preparado para poder impartir la asignatura que "pretende ser una iniciación para que ellos vayan enfocando su profesión". Poco a poco, irán introduciendo cada vez más textos para que "conozcan todas las parcelas, no sólo la interpretación, sino también la dirección escénica, la escritura de guiones, ser regidor", añade el profesor.

Francisco García imparte Análisis musical y enseña "a entender y analizar la música, tanto auditivamente como por partituras", comenta. Como tampoco hay manuales ha preparado su propio temario pero el perfil tan heterogéneo de sus alumnos le hace que su trabajo -como el de los otros profesores- sea complejo. "Tengo desde gente que se aburre porque ya está en el conservatorio hasta otros que están empezando", dice.

Los alumnos, llegados desde pueblos como Carratraca, Ronda o Casares y encantados con sus nuevas asignaturas, ya están preparando un musical para final de curso. En su aula es poderosa la llamada del espectáculo, sólo hay que abrir paso a la nueva generación.

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