"Sin estadísticas, un país es subdesarrollado y manipularlas es peor que la corrupción"
Antonio Requena. Delegado provincial del Instituto Nacional de estadísticas
Considera que lo mejor de Málaga es su carácter abierto a pruebas y experimentos, pero dice que como contrapartida lo malo es que esos ensayos luego no continúan por la falta de tesón
ANTONIO Requena es un hombre tranquilo. Quizás el yoga, que practica desde 1978, sea lo que ha marcado su carácter sereno. Es un funcionario convencido del servicio público que debe prestar y desde 1986 dirige el Instituto Nacional de Estadísticas en Málaga.
-Es el máximo responsable del Censo Electoral en la provincia. Ya han pasado las elecciones municipales ¿Más tranquilo?
-Sí, un poco más tranquilo.
-¿Qué es lo más difícil de este proceso?
-Lo que nos da mucho trabajo es el voto por correo, porque son muchos y es muy delicado. Tienes que mandarle a la persona el certificado y las papeletas [de su municipio]. No te puedes confundir y enviarles papeletas de otros municipios, no puede faltar ni una papeleta porque imagínate que le llega y le falta la suya. Afortunadamente, hemos puesto un sistema y la persona nos llama y se lo solucionamos de forma urgente.
-¿Ha habido incidencias importantes?
-No. Hay discapacitados [físicos] que no pueden ir ni siquiera a pedir el voto por correo. Tienen que valerse de un apoderado. Hemos tenido 500 casos. Dan más tarea porque tienen que pasarse a la Junta Electoral Provincial que es la que controla viendo que está correctamente hecho el poder notarial para estos comicios, que está el certificado médico y que no hay dobles apoderamientos. Antes, lo solían hacer los partidos, se apoderaban de una residencia de ancianos entera. Eso se prohibió porque era...
-Los discapacitados psíquicos no pueden votar...
-Los que están incapacitados por sentencia judicial no. Por cierto, ahora los colectivos se están quejando y van a proponer que no sea automático que le incapaciten. Por ejemplo, para vender una casa, vale; pero que no le quiten el voto a las criaturas.
-¿Que se estudie cada caso en particular?
-Claro. Poco a poco, cuando se avanza en los derechos humanos vas descubriendo cosas que no te habías imaginado. Vi hace poco a un muchacho, con su discapacidad, pero que quería votar.
-¿Qué dicen las estadísticas?
-Los números son apasionantes. Nosotros los presentamos imparciales, pero después los titulares pueden llevar a mentiras. Hace poco me invitaron a una charla sobre cómo mentir con las estadísticas.
-¿Las estadísticas pueden usarse a favor o en contra?
-Omitiendo información podría ser... En aquella conferencia, el profesor dio muchos titulares que llevaban a lo contrario de lo que era realmente el estudio. Nosotros [el INE] sacamos una nota de prensa aséptica, no entramos en valoraciones. Además la sacamos según un calendario establecido para que no haya oportunismo. El INE no sólo tiene que ser neutro, sino parecerlo. El INE tiene que hacer lo posible por ganarse la credibilidad de la gente que es la que nos da los datos. Nosotros vivimos con los datos de los hogares y las empresas.
-Nos imaginamos a los estadísticos como personas grises, aburridas y tristes...
-No tiene por qué. Últimamente las matemáticas se están haciendo cada vez más divertidas. La estadística es más divertida que las matemáticas porque es de más aplicación práctica. Aún así a las matemáticas en sí mismas hay pedagogos que están intentando que no se les tenga odio.
-¿Y qué dicen las estadísticas de la provincia?
-Habla de un incremento de la población. Que sigue aumentando la población, no en la capital, donde se ha quedado bloqueada; sino en la provincia. Antes iban a la par la capital y la provincia. Ahora, cuando España se ha frenado, Málaga sigue aumentando un poquito, pero básicamente en la provincia. De tal manera que el 1,6 millón, el millón está en la provincia.
-Hay extranjeros que no están empadronados. ¿Los ayuntamientos tenían que trabajar más por el empadronamiento?
-En el INE hemos tenido reuniones con ayuntamientos, sobre todo de la costa, y los consulados. Los ayuntamientos ya están presionando un poquito cuando van los extranjeros a inscribir una casa, un coche o lo que sea y le piden que estén empadronado. Es que es dinero para los ayuntamientos. Y al extranjero no le perjudica en nada.
-¿Y las estadísticas hablan de recuperación?
-El paro sigue siendo grande, algo mejora; aunque con trabajo muy temporal, eventual, a tiempo parcial. La realidad sigue siendo perversa y la estadística demuestra la tozudez de la realidad. Nosotros ponemos los datos al servicios del Gobierno, la patronal y los sindicatos y ellos dan la valoración. Lo que sí es cierto es la credibilidad de nuestras estadísticas del mercado laboral.
-¿Hemos perdido con la crisis según las estadísticas que arrojan vuestras encuestas?
-Sí, eso es evidente.
-¿De dónde viene su carácter sereno?
-Por mor de mis oposiciones [para entrar en el INE] conecté con el mundo del yoga. Yo era obeso y espeso y así no iba a sacar unas oposiciones tan duras. Era en el año 1978. Me metí en el yugyoga, que es un yoga altruista, no comercial. Y eso me trajo la salvación. El yoga equilibró mi condición física y mental. Soy profesor de yoga, altruista y formador de profesores de yoga altruista. El yugyoga va a la esencia del yoga, como filosofía de vida.
-¿Hay demasiado estrés y agresividad en esta sociedad?
-Sí, creo que sí. Hay un trabajo muy callado que hay que hacer. Yo soy vicepresidente de la Asociación Unesco para la promoción del diálogo intercultural e interreligioso en Málaga. Tuvimos que contar con la autorización de la Unesco para esta asociación. Defiende el mismo espíritu de tranquilidad, de no agresión, de diálogo en cierto modo como el de Gandhi o los grandes hombres que fundaron la Unesco. Después de las guerras mundiales en las que nos hinchamos de sacar el odio tan terrible, hace 70 años, los promotores de la Unesco reaccionaron e idearon un sistema para erradicar de la mente de los hombres el instinto de la guerra.
-Yo no veo ese instinto muy erradicado, con el yihadismo y tantos conflictos armados...
-Porque tiene que haber un trabajo personal puesto que es en la mente de los hombres donde nacen las guerras. Es en la mente de los hombres donde se tiene que trabajar para tener una cultura de paz. Esa idea está en la declaración de la constitución de la Unesco hace 70 años.
-No se ha avanzado mucho...
-Se va avanzando, podemos ser optimistas. Ahora habría que traducir lo de mente de los hombres en mente del ser humano [que incluye hombre y mujer]. Pero un amigo mío dice que está bien dicho la mente de los hombres porque es en la mente de los hombres-hombres donde nacen las guerras. Las mujeres son más guerreras, pero para defender a sus hijos. A la mujer le cuesta trabajo destruir. La mujer es más conservadora de la vida. Es cierto que ahora la mujer se está incorporando a los ejércitos, pero algún día los ejércitos serán ejércitos para la paz. Para mí quiero esa parte femenina de no tomarse la destrucción tan a la ligera.
-¿Qué le ha aportado el yoga?
-Ha despertado en mí mi parte femenina. El yoga es laico. Es como la estadística. La estadística es neutra, tiene que escuchar a todos. Como la Unesco, también tiene que ser neutra. Yoga, Unesco, estadística... Uno estas tres cosas por su neutralidad. No hay que bloquearse con la creencias. Hay que estar abierto a oír a todos.
-¿Y que por qué le apasiona la estadística?
-Por la voluntad de servicio. La estadística es una herramienta al servicio de los pueblos. Sin estadística, un país está subdesarrollado. Y si se manipulan las estadísticas, es peor que la corrupción porque es faltar a la verdad de una forma exagerada.
-¿Qué es lo que más le gusta de Málaga?
-Málaga es un lugar donde todo florece. Aquí la gente puede probar cosas, ensayar cosas; es abierta, admite pruebas y ensayos. Otras provincias son más cerradas y es más difícil eso.
-¿Lo que menos le gusta de Málaga?
-Que mucho de estos experimentos luego no continúan por falta de compromiso. Es aficionada a pruebas y experimentos, pero quizás había que tener más tesón de continuarlos.
-¿Usa las redes sociales?
-Sí, sí.
-¿Y son buenas o malas?
-Hay que utilizarlas con mucha medida. Creo que están metiendo mucho el compartir. Estamos en los tiempos del compartir. Es el signo de los tiempos, el compartir. La gente tiene ganas de compartir y eso es muy positivo. Es positivo porque eso quita fuerza a los que tratan de convencer. A mí no me gusta convencer, pero sí me gusta compartir. La gente va cogiendo de aquí, de allí. La gente ve lo que comparte otro y puede compartir su experiencia y de pronto la experiencia del otro te vale.
-¿Las redes sociales quitan tiempo a la lectura?
-Sí, algo le quita desde luego, sobre todo a la lectura en profundidad. Pero en las redes sociales también se lee mucho porque no son sólo las cuatro cosillas que dicen los amigos. También te enteras de cosas que han pasado en otra parte del mundo o te dicen es el Día Mundial de la Filosofía y luego te vas e investigas un poco. Pero la lectura en profundidad habrá que estimularla de alguna manera.
-¿Desea añadir algo más?
-Destacar la voluntad de servicio de la estadística, en particular; y también de ese mundo del yoga y la Unesco. Pero en especial de la estadística. Sobre todo, de la estadística funcionarial. A mí me gusta ser funcionario y estadístico. Soy consciente de que el funcionario está para servir a la sociedad en general y al ciudadano en particular. Por ejemplo, la Oficina del Censo Electoral es una oficina de servicio a la sociedad; garantiza el derecho al sufragio. El día de las elecciones mantenemos aquí un operativo de 18 líneas telefónicas para responder como 2.000 llamadas de electores.
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