Los estudiantes de Enfermería de Málaga arriman el hombro en la vacunación contra el Covid

Estudiantes de Enfermería que participan en la vacunación masiva del Fycma. / Marilú Báez

Málaga/A Javier Reina, Estefanía Pérez y Alba Reina le faltan tres semanas para ser enfermeros. Son apenas tres de los ochenta alumnos del cuarto curso de la carrera que de forma altruista colaboran con la vacunación en el Palacio de Ferias de Málaga. “En la situación en la que estamos, todos tenemos que aportar lo que podamos. Es histórico, una pandemia. Nos hemos formado para esto y tenemos que arrimar el hombro”, explica Javier mientras prepara las vacunas junto a sus compañeras.

Alumnos de Enfermería que participan en la vacunación masiva del Fycma. / M. H.

“En este momento hace falta nuestra participación y un granito de arena nunca viene mal; tenemos que dar nuestro apoyo”, agrega Alba. Estefanía acota:“Nos quedan tres semanas para terminar la carrera y aquí hacemos de todo”. No cobran, ni les cuenta como créditos ni forma parte de la rotación de su formación. Es puro altruismo. De los 150 que cursan el último año, sólo participan 80 porque eran las plazas que habían. “Pero se apuntaron más”, aclaran.

Javier Reina, Estefanía Pérez y Alba Reina cargan dosis para su inoculación. / L. G.

Otro estudiante abre la nevera por más dosis para inocular. La fotógrafa intenta captar el momento. Se demora unos instantes. Él le mete prisa:“Rápido, que no se puede perder la cadena de frío”. Será estudiante, pero tiene muy claro su actuación profesional...

Otro estudiante busca dosis en la nevera para su administración. / L. G.

En uno de los boxes, vacunando, está Ángela Moriñigo, también alumna de cuarto. Sin parar de inocular, comenta:“Impresiona al principio tanta gente. Sientes emoción, nervios y responsabilidad por poder colaborar”.

Ángela Moriñigo vacunando a un hombre. / M. H.

María José García, enfermera del Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) y número 2 del dispositivo agradece la colaboración de los estudiantes:“Ahora son alumnos, pero dentro de tres semanas serán compañeros. Su ayuda nos permite que la carga de trabajo se lleve mejor”. De unas 1.500 dosis diarias cuando comenzó a funcionar Fycma, ha pasado a poner unas 4.000. Y no hay incidencias reseñables, confirma la médico Reyes Vallejo. Los usuarios, por su parte, salen satisfechos.