El eterno volver a empezar de los Baños del Carmen
El Gobierno recupera el compromiso de regenerar el enclave tras la decisión de la Junta de rechazar la ampliación de la explotación a los concesionarios privados
Málaga/Hablar de Málaga y de sus proyectos olvidados es hacerlo de los Baños del Carmen y de la larga aspiración de la ciudad a regenerar uno de sus enclaves históricos. Tres décadas después de que se pusiese sobre la mesa el primer gran proyecto de adecentamiento del espacio, ninguna de las instituciones implicadas ha sido capaz de llevar adelante tan significativa empresa. Lejos de ello, por momentos, el estado de abandono ha sido la tónica. Ahora, con la llegada de una nueva administración al Gobierno central, con el PSOE como soporte, se recupera la oportunidad y el deseo de cumplir con este veterano compromiso.
Esta misma semana, en su primera reunión institucional con el alcalde, Francisco de la Torre, el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, anunció el propósito del Ejecutivo de dar prioridad en los dos años que restan de mandato a la intervención en los Baños del Carmen. No puso ni plazos ni números a la posible inversión. Pero sí habló de la intención de coordinar con el Consistorio la adecuación del último plan de acción sobre la parcela, que data de los primeros meses de 2010, y que afecta tanto a la parte marítima como terrestre.
¿Pero qué incluía aquel documento, que acabó por unificar la intervención marítima junto a la terrestre? De manera esencial se apostaba por la regeneración de la zona de tierra, la construcción de varias sendas peatonales de acceso a la playa, la creación de espacios de estancia, con pérgolas... Y, añadido a ello, una apuesta clara por la regeneración y estabilización de la playa de los Baños del Carmen, afectada por la falta de aportes de los arroyos próximos, la construcción del paseo marítimo y la interrupción del transporte litoral a levante por la construcción de los espigones de Pedregalejo.
Para ello, se propone la construcción de dos espigones, uno en la parte occidental, de mayor envergadura, y otro en la parte este. Asimismo se habla de un nuevo muro de retención de la rampa de acceso desde el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso y la recarga de arena de la playa situada entre la punta del Morlaco y el balneario con unos 90.447 metros cúbicos de arena. Según el documento ambiental elaborado en su día por la Dirección General de Costas, estos aportes se obtendrán de los depósitos existentes en playas de Sacaba y en la desembocadura del barranco de Totalán, así como del pantano del Agujero.
La parte al menos de actuación marítima queda ahora en cuestión, a la espera de conocerse las conclusiones del estudio de impacto ambiental que está elaborando la Universidad de Cádiz. En el supuesto de que el Ministerio de Medio Ambiente detecte una incidencia alta de las obras a realizar sobre el entorno de los Baños del Carmen, cabe la posibilidad de que el proyecto tenga que ser revisado.
Aquel documento situaba en casi 13 millones de euros el monto de la operación y en unos 24 meses el tiempo necesario de obras. En los ya más de ocho años transcurridos desde que el Ministerio de Medio Ambiente diese validez a aquella actuación, tras unos tres años de trámites, los Baños del Carmen han deambulado por una travesía frenética. Un periplo en el que la incapacidad económica del Gobierno dejó aparcada la iniciativa; abrió la puerta a una posible colaboración público-privada, de manera que fuesen los concesionarios del restaurante los que asumiesen los costos de ejecución material de las obras a cambio de una ampliación en el período de explotación, para, de nuevo, recuperarse la intención de financiar solo desde lo público. La hipótesis de colaboración con los privados, objeto de meses de negociación y de un acuerdo que se dio casi por cerrado, incluía la apuesta por la construcción de un hotel en una parcela próxima y de un aparcamiento en los terrenos del parque. Pero la fórmula tampoco vio la luz.
El carácter público de la intervención, al menos de inicio, parece tenerlo claro la Administración central que, por boca de la subdelegada en la provincia, María Gámez, insistió en que se tratará de una actuación a financiar con las arcas del Estado. Sea como fuere esta posibilidad solo resulta factible después de que haya quedado despejado el escenario en lo tocante a la centenaria concesión del enclave, caducada hace apenas unas semanas.
La Junta de Andalucía rechazó formalmente la petición de los actuales explotadores, una sociedad empresarial con los ex concejales Damián Caneda y José Luis Ramos como referentes, y anunció su intención de sacarla a concurso en los próximos meses. Hasta que eso ocurra, la firma privada podrá seguir gestionando el restaurante, ubicado en el antiguo balneario durante seis meses, con posibles prórrogas. Entre las razones que llevaron a la Administración regional a desechar la petición está la variación significativa del espacio objeto de concesión, que pasa a acotarse básicamente al histórico edificio, de uso hostelero, y su entorno más directo. Y ello es lo mismo que a 8.000 metros cuadrados, dejando excluidos otros 33.000 metros, correspondientes al antiguo camping y alrededores.
El mensaje de Gómez de Celis subrayó el papel de coordinación que ha de producirse con el Consistorio. Y ello no es baladí si se tiene en cuenta que la realidad urbanística actual ya obliga a reelaborar partes del plan de 2010. Uno de los aspectos que se incluía en aquella versión era la demolición y reposición algo más hacia el interior del restaurante, extremo que ahora no puede ser ejecutado después de que el Ayuntamiento elevase la protección arquitectónica del edificio.
Pero no parece que sea el único elemento a revisar. Al menos así lo entiende el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, quien si bien confía en la nueva apuesta del Gobierno por ir adelante con la intervención, pone sobre la mesa las condiciones de la ciudad. "La aspiración de la ciudad es que el parque se nos entregue para la gestión de la ciudad", dijo el edil, quien confirmó que la apuesta municipal pasa por una versión "avanzada" respecto a la de 2010 y que tomó forma en el año 2014, cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de que fuese el concesionario privado el que acometiese las obras terrestres.
"Hemos dejado claro que queremos ese parque y lo lógico es que esté en condiciones; si eso se mete como carga al privado... Eso es lo que se acordó en el año 2014; si hay un cambio de modelo es cuestión de que nos volvamos a sentar, porque en los últimos años nadie nos ha llamado ni para que ayudásemos a intermediar", explicó.
Pomares sí fue contundente en insistir en que la intervención sobre la parte terrestre debe ajustarse a lo que quiere el Ayuntamiento. "Que el proyecto sea el que hemos diseñado", subrayó y aunque no quiso mencionar cuáles son los elementos sustanciales de la propuesta, aseguró que es "más novedosa, más impactante; mejoraba mucho lo que se planteaba en 2010".
Al tiempo, incidió en la necesidad de pensar en los Baños del Carmen dentro de una estrategia de ciudad, del distrito. "No pueden ser un proyecto aislado, es un nexo en la unión la zona de Pedregalejo y La Malagueta; tiene que resolverse el tema de las comunicaciones, porque no puede ser una isla apartada, como es lo que es ahora mismo". Y en este marco sigue siendo clave lo que ocurra con otra concesión en fase de rescate, la de Astilleros Nereo. Una de las propuestas manejadas en su día pasaba por retranquear las instalaciones de manera que quedase margen suficiente para ejecutar el paseo de conexión entre la parte este y oeste.
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