El éxito de poner rumbo a España
Málaga Acoge logró durante 2013 la incorporación laboral de casi 240 personas, entre ellas Mohamadou, que emigró con 17 años en busca de un futuro mejor
No son pocas las dificultades que para los inmigrantes sin formación entraña encontrar empleo, al menos desde el recrudecimiento de la crisis, que casi ha limitado esta posibilidad a los colectivos con estudios universitarios. La labor de las asociaciones que trabajan por la integración supone, en este sentido, prácticamente su único balón de oxígeno. Un buen ejemplo de ello lo constituye Málaga Acoge, que durante 2013 ha logrado 239 inserciones laborales.
En total, más de 700 personas participaron en los diferentes programas que desarrolla el Área de Empleo de la entidad, caso de Sumando Esfuerzos e Incorpora (ambos financiados por la Obra Social de La Caixa) y Globaemplea, que atendió a 505 usuarios y permitió obtener 127 puestos de trabajo, fundamentalmente en el sector del comercio, la hostelería y la industria agroalimentaria. El proyecto se centra en la atención a inmigrantes extracomunitarias con dificultades para acceder a un empleo, como es el caso de mujeres con cargas familiares no compartidas o jóvenes con escasa cualificación.
El trabajo que desarrolla Globaemplea en las sedes de Málaga Acoge en Antequera, Fuengirola, Torre del Mar y la capital establece además sinergias con el programa Incorpora de La Caixa. La asociación realizó 170 itinerarios personalizados de inserción durante 2013, cuando consiguió 51 inserciones laborales. "Posicionamos a inmigrantes y otros colectivos con vulnerabilidad social de forma positiva de cara a las empresas", indica el coordinador del área, Alejandro Bernal.
La labor ha sido completada con el proyecto Sumado Esfuerzos, desarrollado en Antequera y cuyo fin es facilitar la incorporación laboral de estos colectivos. Un total de 61 participantes y 26 inserciones laborales dan muestra del éxito de la iniciativa.
Mohamadou Valdeh ha sido uno de los beneficiados por los programas de apoyo impulsados por Málaga Acoge. Su caso se remonta a 2010, cuando sintió la necesidad de emigrar a España por la situación económica de su familia. Sólo tenía 17 años. "Al principio se lo oculté a mis padres porque les daba miedo pensar en el duro camino que me esperaba. Vine a Málaga desde Gambia en busca de un futuro mejor. Tenía ganas de aprender", afirma.
Hasta que cumplió los 18 años permaneció en un centro de menores de la provincia. Fue allí donde aprendió a leer y a escribir. Su experiencia le ha llevado a comprender que estas capacidades le permiten ganarse el pan de una forma digna y segura. De ahí que se haya propuesto que su hermano, al que tuvo que dejar en Gambia, también lo consiga. "Ahora sé lo importante que es estudiar. Estoy haciendo un esfuerzo para que aprenda. Todos los meses le envío dinero y que así pueda pagar el colegio", asegura.
Mientras espera su permiso de trabajo a fin de reincorporarse en la empresa de mecánica en la que ejercía gracias a Málaga Acoge, trata de salir del paso como relaciones públicas de una discoteca. Su cometido es, por el momento, seguir recibiendo clases de inglés por parte de los profesionales de esta asociación, que le ha devuelto la sonrisa.
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