El éxodo por el alto precio de los pisos en Málaga, en busca de refugio en pueblos del interior
En Villanueva del Rosario la llegada de trabajadores por la proximidad a la capital desborda la demanda
En esta localidad "una casa de tres habitaciones se vendía en 70.000 euros y ahora por 120.000"
"Soy maestra y tengo que volver a Granada tras cinco años en Málaga porque aquí es imposible encontrar casa"
Terraza y una habitación extra para teletrabajar. Es la demanda inmobliaria que surgió cuando el coronavirus llamó a la puerta de la sociedad precisamente para cerrarla. Y se le abrió una oportunidad a Villanueva del Rosario. "Vivía en Carretera de Cádiz y durante el confinamiento me di cuenta que quería un espacio más abierto", cuenta Félix Morón. Su mujer trabaja en Málaga y se desplaza a diario en coche en un trayecto que ronda la media hora. La rápida comunicación con la autovía es uno de los argumentos más repetidos para la mudanza a este municipio de 3.401 habitantes, pero también el precio de la vivienda en la capital y la Costa del Sol. Por unos motivos u otros, ya aparecen signos de gentrificación: "Una casa de tres habitaciones se vendía en 70.000 euros y ahora por 120.000".
Habla Julie Díaz, que tras varios años de experiencia inmobiliaria en Marbella y Estepona –donde mantiene su principal cartera– acaba de inaugurar la que es la segunda agencia con sede física en Villanueva del Rosario. "Vendí mi primera propiedad aquí en un día y cogí otras dos y las vendí al mismo tiempo", describe Díaz sobre la demanda habitacional que está teniendo este municipio en los últimos meses. Según las estadísticas facilitadas por el Ayuntamiento, sólo por cambio de residencia suma 725 altas desde el 1 de enero de 2019, año en el que se mudaron a Villanueva del Rosario poco más de un centenar de habitantes, los mismos que ya han llegado en lo que va de este 2024. "Hay una demanda creciente de españoles que no pueden comprar en la Costa del Sol", añade Díaz.
Ni alquilar. Como es parte del caso de Yolanda Montiel y Daniel Blacksmith. "Víviamos por la Torre Mónica, cerca de la playa, pero siempre nos renovaban el alquiler con contrato temporal y teníamos miedo de vernos en la calle de un día para otro", cuenta para Málaga Hoy. Afincada en Villanueva del Rosario hace ahora un año y medio, la renta mensual que pagaba en Málaga se duplicó en las últimas revisiones anuales. En cualquier caso, el argumento monetario no fue el principal que le animó a venir a este municipio que ya conocían gracias a una residencia de arte -RARA Residencia– que ha consolidado un ecosistema de artistas en el municipio. "El precio es un punto a favor, pero estábamos buscando una vivienda con más espacio en un entorno no tan urbano y aquí el espacio y la luz es increíble", describe Montiel, que ya es propietaria en Villanueva del Rosario.
La oferta de alquiler y compra, en mínimos
Una afortunada atendiendo a la ya escasa oferta de vivienda en venta o alquiler en el municipio. "Antes del covid, podíamos tener unas 70 casas en venta sólo en Villanueva del Rosario y ahora hay gente que quiere comprar y no hay producto", afirma Rafael Sanchís, propietario de la otra inmobiliaria de este pueblo de moda. Las que queda, describe, son casas que requiere de una importante inversión para una reforma o que no tienen la documentación en regla para que el comprador pueda solicitar un crédito hipotecario. "La primera semana que abrí tras el covid vendí una vivienda súper rápido", recuerda Sanchís, que confirma a este periódico que el precio del alquiler también se ha llegado a duplicar. "Los alquileres de 250 euros ahora están a 450 y se sigue alquilando".
Una subida todavía asequible para Omar Janaan, otro nuevo arrendatario en Villanueva del Rosario cuyo casero le ha incrementado el alquiler en torno al 15% en la última revisión. "Lo entiendo porque ha subido el nivel de vida, pero aún así me sigue saliendo más a cuenta que volver a Málaga, donde estaría pagando mucho más por un piso compartido", manifiesta este artista transdisciplinar que también conoció el municipio a través de RARA Residencia. Marbellí de nacimiento, asegura haber vivido hasta en 30 localizaciones en los últimos años y que el hecho del aumento del precio de la vivienda en la capital y el detrimento de la identidad local ha "adelantado" su decisión de vivir en un entorno rural. Hoy, ya se plantea adquirir una vivienda en propiedad. "Aquí ya me puedo plantear comprar, en Málaga sería imposible", afirma Janaan, que recaló en Málaga capital por primera vez hace algo más de una década para estudiar en la Universidad de Málaga.
Por su última vivienda de dos plantas en Málaga en 2018 en el entorno de El Ejido pagaba 450 euros. "Pasé el otro día por allí y se ha convertido en una vivienda turística a casi 100 euros por persona y noche", asegura a pocas horas de coger un vuelo a Dinamarca. "El pueblo está bien situado, en el centro más o menos geográficamente de Andalucía y yo viajo mucho por trabajo: tengo el AVE en Antequera y el aeropuerto internacional a poco más de media hora", argumenta Janaan, quien también tuvo la fortuna de ser de los primeros en llegar y encontrar oferta. "Es también una cuestión de cultura, la gente ya sí se está acostumbrando poco a poco a alquilar su vivienda, cosa que antes no", puntualiza Llosis González, asesor inmobiliario afincado en el pueblo vecino de Villanueva del Trabuco, pero con cartera saucedeña –gentilizo de la población de Villanueva del Rosario–.
También crece la población extranjera
Esta última fuente también pone el foco en el incremento de los costes de construcción. "Es uno de los factores de que también crezca la demanda de alquiler: ahora entre la compra de un solar y la construcción de tu vivienda no sales por menos de 300.000 euros", cifra González, quien también recuerda el crecimiento de llegada de población extranjera. Es el caso de Sarah Rhodes, que llegó a Villanueva del Rosario procedente de Reino Unido hace menos de un año. "Mi padre lleva viviendo aquí unos 20 años y venía visitarlo con frecuencia hasta que nos hemos decidido venir definitivamente", explica Rhodes, quien todavía no domina el idioma más allá del saludo. No le hace falta: "La gente es súper amable y me encanta los encuentros intergeneracionales que hay: puedes ver en la plaza a niños pequeños y personas mayores compartiendo conversación", se sorprende Rhodes, que ahora busca nueva vivienda de alquiler porque otro propietario ha comprado la vivienda en la que vive junto a su marido como alquilados.
"Es una cosa que sabíamos ya cuando lo alquilamos, pero queríamos venir, conocer a la gente y encontrar un nuevo alojamiento", cuenta. De momento, no hay suerte y ella quiere que sea "Villanueva del Rosario sí o sí". Las infraestructuras sanitarias, académicas y la conexión con la Costa del Sol son sus principales argumentos para acompañar ya de por vida a su padre octogenario en este enclave natural. "Los que compran les gusta más esta localización, a pesar de estar más lejos de Málaga que Colmenar o Casabermeja, por los servicios: vienen con niños y preguntan por el pedriata...", ejemplifica Sanchís, agente inmobiliario de la localidad. Hasta allí también comienzan a aterrizar trabajadores de la Málaga tecnológica, que, a menudo, teletrabajan. "Hay conexión de fibra, eso es un punto más a favor", recuerda Montial. Aunque no todo son ventajas: "Hay que acostumbrarse a este modo de vida", confiesa en la misma sintonía que Morón. "Te tienes que desplazar para algunas cosas, no toda la oferta está aquí, también hay que tenerlo en cuenta", dice este último mientras repite que está "contentísimo de la elección".
"Es imposible no sentir estar gentrificando otro territorio"
Con una sonrisa también están en el Ayuntamiento, gobernando por el Partido Popular desde las pasadas elecciones municipales. "Es un entorno idílico donde vivir, alejado del bullicio de la ciudad y con una localización geográfica idónea que hace que sea muy apetecible", refuerza Kevín Díaz, primer teniente alcalde de la localidad. Para paliar la situación de escasa vivienda en el municipio, un problema que adolecen sobre todo los jóvenes, el partido que ahora gobierna llevó en su campaña electoral la adquisición de varias viviendas en desuso para rehabilitarlas y ofrecerlas en alquiler social a jóvenes. Una iniciativa que, aseguran desde el Consistorio, todavía está paralizada y que será difícil llevarla a cabo en "el corto plazo" debido a una deuda de cerca de medio millón de euros que, sostienen, han tenido que afrontar de la anterior corporación del PSOE.
Mientras tanto, Villanueva del Rosario sufre la escasez de vivienda en alquiler o en compraventa debido al éxodo que se está produciendo desde las grandes capitales. A la inversa que en la segunda mitad del siglo pasado, cuando el día a día del municipio se caracterizó por la emigración a puntos como Cataluña. "Tenemos la esperanza de que el pueblo original no sienta que está sufriendo una invasión como el sentimiento que sí ha sentido la población autóctona de Málaga", dice preocupada Yolanda Montiel, quien insiste en que es importante "la forma en la que te acercas a un territorio e incolucarte en su día a día". El objetivo, dice – y aunque "es imposible no sentir estar gentrificando otro territorio"– es no convetirse en un agente gentrificador más. De momento, sólo se nota en el precio y la oferta de la vivienda.
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